El jefe comunal fija postura en relación con la convivencia dentro del Frente de Todos y se proclama "independiente". Sus diferencias con el líder de La Cámpora.
Por Bruno Lazzaro
Al frente de Esteban Echeverría desde hace 15 años, Fernando Gray es uno de los jefes comunales peronistas de mayor poder en el Conurbano bonaerense. Sin embargo, de un tiempo a esta parte, el intendente tomó la decisión de funcionar como “independiente”, según él mismo explica, dentro del espectro político del Frente de Todos.
Los motivos, son simples. En diciembre de 2020, el jefe comunal comenzó a evidenciar cómo desde La Cámpora buscaban quedarse con la representación del PJ provincial, donde el propio Gray oficiaba de vicepresidente. Desde allí lo que siguió fue una serie denuncias en relación a lo que llamó una convocatoria “exprés” e “irregular” para renovar las autoridades bonaerenses del partido en las que finalmente se terminó eligiendo a Máximo Kirchner.
“El PJ fue tomado por La Cámpora. Le tengo respeto a Máximo, pero no es lo mismo Cámpora que Perón. La Cámpora es una organización y el PJ es un partido con más de 70 años de historia”, sostiene Gray en diálogo con Municipios.
Periodista: ¿Siente el partido fue cooptado?
Fernando Gray: Hay que poner cada cosa en su lugar. Y esto me llevó a tener enfrentamientos con determinados sectores de mi partido y del espacio. Pero voy a seguir defendiendo no solo al partido sino también al Frente que integro. Pero sobre todo, y principalmente, a mi país y a mi provincia. No voy a permitir atropellos, ni que no se cumpla la ley. Estoy en la Corte Suprema por esto y voy a bregar porque se respeten las instituciones.
P.: ¿En qué situación política lo deja este enfrentamiento interno?
F.G.: Yo soy miembro, pero tengo una postura independiente. Nuestro frente es muy diverso. Cuando era presidente del PJ bonaerense me tocó constituir al frente a nivel provincial. Convoqué de a uno a todos los partidos. Desde el espacio de Pino Solanas hasta el de Mario Cafiero pasado por el Partido Intransigente, el Frente Grande y el Partido Comunista. Por eso hay que entender que una cosa son los partidos del frente y otra quién lidera la columna vertebral. Y en ese sentido tengo claro que quien lidere debe ser el PJ, con un rol preponderante del partido a nivel provincial.
P.: ¿Y ese peronismo hoy está bien representado con Máximo?
F.G.: La renuncia de Máximo deja mal parado a nuestro partido y al país. Quienes están negociando del otro lado siguen con mucha atención lo que pasa en Argentina porque están negociando la deuda más importante, y lo que pasa no es bueno. Hay que entender que renunció el jefe de bloque oficialista en la Cámara baja, que a la vez es el hijo de la vicepresidenta. Eso genera desconfianza y confusión porque los de afuera se deben preguntar con quiénes están hablando ya que para el que negocia el gobierno es uno solo y no hay sectores. La imagen externa actual no es buena. Y con esto no digo que tenemos que acordar en todo con el FMI. Pero tenemos que tener una postura racional y entender cómo funciona el mundo. Nosotros tenemos que venderle al mundo y para eso tenemos que estar en él.
P.: Fue muy crítico con la renuncia de Máximo a la titularidad de la bancada. Lo tildó de “adolescente”.
F.G.: Es que no se pueden tomar medidas intempestivas como la del exjefe de bloque nuestro. Hay que pensar muy bien porque involucra a nuestros nietos y bisnietos debido a que tenemos una deuda a 100 años.
P.: ¿Y cuál es su posición ante el acuerdo con el FMI?
F.G.: Para graficar el tema del FMI siempre digo que el presidente que más se opuso al fondo fue (Juan Domingo) Perón. En el primer y en parte del segundo gobierno, Argentina le prestaba fondos al mundo. Durante “La gira del Arco Iris”, Evita fue a llevar ayuda, alimentos y recursos a Europa porque Argentina le prestaba a Europa. Ahora nosotros pedimos que nos reprogramen deuda. Perón decía que había que tener mucho cuidado y si yo tuviera que pedir un crédito como país, realmente trataría de no recurrir al FMI porque no es buena la experiencia. Crecimos y nos desarrollamos escuchando hablar del fondo. Pero la realidad es hoy. Y somos el país más endeudado con ellos. Y la respuesta ante eso es muy simple. Se trata de si estamos en el mundo o no.
P.: En esta puja interna no hay muchas voces que se planten en contra de Máximo. ¿Por qué cree que los dirigentes no se pronuncian públicamente al respecto?
F.G.: Está el tema de las minorías bulliciosas y las mayorías silenciosas. En la calle se siente. Cuando dije que no estaba bien que se renuncie en medio de una negociación, puse un pie en la calle y se celebró. Hay mucho dirigente que me llama. Desde gobernadores hasta intendentes pasando por funcionarios. No solo de la política. También del ámbito empresarial y sindical.
P.: En marzo va a ser las elecciones de autoridades municipales del PJ. ¿Qué van a dejar en evidencia?
F.G.: Me duele mucho ver cómo el PJ va perdiendo volumen. En el cierre de listas me mandaron una foto de cómo se llevaba adelante la jornada y estaba vacío cuando siempre fue un motivo de celebración. Es necesario escuchar al militante. Estas discusiones nos alejan de la gente y nos llevan a no tratar lo que realmente importa: bajar la inflación, que haya inversiones, empleo y combatir la inseguridad.
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