Antes de dejar el poder, el oficialismo quiere dejar inaugurado el Centro Cultural Néstor Kirchner, un complejo que aspira a competir con los más grandes del mundo. Crecen las partidas presupuestarias sin control para terminarlo
Mañana se cumplen 4 años de la muerte de Néstor Kirchner, en todo el país La Cámpora realiza jornadas solidarias en su homenaje, Cristina Fernández seguramente irá al mausoleo en Río Gallegos a encontrarse con sus restos y los porteños que anden por el centro también tendrán la oportunidad de recordarlo. Al pasar por la descomunal obra que se está construyendo en la manzana de lo que fue la sede del Correo Central.
Se trata del Centro Cultural Néstor Kirchner, la infraestructura más importante que tendrá Buenos Aires en la materia, superando largamente al Centro Pompidou de París y que pretende acercarse al teatro de la Opera de Sydney, obras que resignificaron el área urbana donde fueron construidas y se transformaron en íconos de la ciudad. En el caso del CCK, se trata de integrar el núcleo cívico-político más importante de la Nación, la Plaza de Mayo y la Casa Rosada, con Puerto Madero, lo que dará lugar a "un nuevo espacio cívico nacional", como dicen los autores del proyecto, el estudio B4FS, de los arquitectos Enrique Bares, Federico Bares, Nicolás Bares, Daniel Becker, Claudio Ferrari y Florencia Schnack, que también idearon el Museo del Bicentenario.
Pero el Centro Cultural Néstor Kirchner no siempre se llamó así. El edificio en 1997 fue declarado Monumento Histórico Nacional y en el 2006, junto con el Jefe de Gobierno de la Ciudad, se decidió hacerlo centro de los festejos del Bicentenario. Eran tiempos más normales de la Argentina, cuando nadie creía que era posible que las autoridades del país gastaran horas de su tiempo y recursos del presupuesto para diseñar desde el Estado una visión sectaria de la historia.
Néstor Kirchner, cuando era presidente, y su señora esposa, entonces senadora, recorrieron el predio junto a Jorge Telerman y el ministro Julio de Vido. Según reveló un testigo consultado, la interesada en el asunto era Cristina, que preguntaba sobre todo. Néstor sólo puso su atención en la sala de filatelia que había en la planta baja y aprovechó el recorrido para discutir con los funcionarios que lo acompañaban otros asuntos pendientes.
Quien puso el dedo en la llaga fue el periodista Rodrigo Alegre, en un informe sobre la "Kultura a la fuerza", el intento de imponer un relato K, que presentó en el programa "Periodismo Para Todos" el domingo pasado. Allí, entre los titánicos esfuerzos de trascendencia que se despliegan en todo el territorio nacional con el dinero público, se recordó que la obra tenía otro nombre hasta el 2012.
En efecto. Se llamaba Centro Cultural del Bicentenario. La página oficial, incluso, sigue siendohttp://www.ccb.gov.ar. Pero el 21 de noviembre de 2012 el oficialismo aprobó sobre tablas un proyecto con sólo dos artículos. Artículo 1: "Denomínase con el nombre de Presidente Dr. Néstor Carlos Kirchner el Centro Cultural del Bicentenario, ubicado en la manzana delimitada por las calles Sarmiento y Bouchard y las Avenidas Leandro N. Alem y Corrientes en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires". Artículo 2: "Comuníquese al Poder Ejecutivo Nacional". El 22 de noviembre, al otro día, estaba promulgado. Es Ley Nº 26794.
Nadie se acuerda del tratamiento de ese proyecto. Se firmó un despacho en la Comisión de Legislación General sin que la oposición estuviera al tanto, no pasó por comisiones imprescindibles, como la de Cultura, y llegó al recinto sin demasiado aviso, en la hora de tratamiento sobre tablas. En la Cámara de Senadores había llevado la firma de todo el bloque del FPV, de Miguel Pichetto para abajo. Era claro que se trataba de una orden personal de la Presidenta, que no quería hacer ruido con el asunto.
Tal como puede verse en la versión taquigráfica, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, lo puso a consideración y sólo pidió la palabra Juan Pedro Tunessi, quien adelantó que el bloque de la UCR iba a abstenerse en la votación por considerar que un centro cultural del Bicentenario exigía "una visión más omnicomprensiva".
Hubo 132 votos por la afirmativa, 39 abstenciones (además de la UCR, el GEN, Libres del Sur y Unidad Popular) y 12 votos por la negativa: Alcira Argumedo, Omar Barchetta, Carlos Brown, Patricia Bullrich, Alfonso Prat Gay, Gladys González, Edgar Muller, Julián Obiglio, Ramona Pucheta, Cornelia Schmidt-Liermann, Enrique Thomas y Pablo Tonelli.
Pero como todo en el Congreso se hace corriendo, para que la oposición no tenga capacidad de reacción, pocos tenían en claro -incluso hoy- que se trataba de semejante obra descomunal.
En el 2009, la diputada Patricia Bullrich presentó un pedido de informes solicitando información del Centro Cultural Bicentenario (3842-D-2009), que perdió estado parlamentario sin siquiera ser tratado. En el 2014 insistió (5765-D-2014). Explica que en el 2008 se había destinado una partida de 60 millones de pesos con ese objetivo y que, a partir de entonces, año a año se fue incrementando hasta llegar a 2014 con un presupuesto de $ 657 millones de pesos, o sea, diez veces más.
"Habida cuenta que se esperaba contar con el funcionamiento de la obra para el 2010 (...) y que suma cada vez más erogaciones dinerarias (...) resulta necesario conocer en qué condiciones se encuentra, cuáles son sus plazos de realización y de qué manera los organismos del Estado responsables han ejecutado las partidas presupuestarias afectadas", solicitó la diputada Bullrich en el nuevo pedido de informes.
Quien también siguió de cerca el tema es el economista consultado por PPT, Facundo Rodríguez, del Grupo de Investigación y Análisis de la República Argentina (Ginra), que viene estudiando el dinero destinado al proyecto que ejecuta la Dirección Nacional de Arquitectura del Ministerio de Obras y Servicios Públicos de la Nación. Allí, constató no sólo las partidas destinadas para el Centro Cultural por los sucesivos presupuestos, sino también las transferencias presupuestarias que logró en los últimos años, sobre todo por obras viales que se suspendieron. El experto calculó que el proyecto lleva gastados ya 3000 millones de pesos, y hay destinados 811 millones de pesos más en el presupuesto 2015 para terminar la obra que, ahora, De Vido promete que estará lista en mayo de 2015.
Más allá de lo curioso que resulta que un Centro Cultural lleve el nombre de quien se jactaba de no haber leído un libro, ni asistido jamás al cine o al teatro, que hasta que fue elegido Presidente solo había viajado a Nueva York y a Miami, que tenía toda su libido puesta en ganar más dinero y poder, hay que tener en cuenta que, para cambiarle el nombre, será necesaria otra ley.
Y algo más. "Estamos hablando de 3.811 millones de pesos solamente para hacer la obra", dijo el economista Facundo Rodríguez en declaraciones a Infobae, "pero para hacer funcionar el Centro Cultural se necesitará presupuesto en personal, funcionamiento, contratación de obras, artistas, curadores. Bueno, nada de eso figura en el Presupuesto 2015, porque el Ministerio de Cultura tiene presupuesto libre para el 2015, sólo necesita la aprobación del Jefe de Gabinete de Ministros ante cada proyecto en cuestión".
- ¿Cómo?
- Así como suena. El presupuesto que ya tiene media sanción de Diputados y que será ley la semana próxima cuando lo apruebe el Senado, dice que el Ministerio de Cultura tiene presupuesto libre para el 2015. El Gobierno podrá hacer lo que quiera en el área de cultura el año próximo.
Motivo para otra nota, seguramente.
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