Felipe Solá blanqueó la bronca del Gobierno con Hugo Sigman por la demora en la entrega de las vacunas y dijo que "tenemos un gran problema que se llama AstraZeneca".

El canciller habló un día después de que el Gobierno nacional hiciera público su primer pedido concreto a AstraZeneca para que apure la llegada de las vacunas que en parte se producen en Argentina y por las que ya se pagaron alrededor de 60 millones de dólares, a pesar de que no llegó ni una sola dosis.

"Nadie tiene la información precisa de qué pasó con AstraZeneca con esto", dijo Solá a El Destape Radio. "No pueden hablar y nadie sale a explicar. AstraZeneca no ha explicado con precisión. Hay un comunicado pero no explica con precisiones", dijo el canciller.

Luego de esas declaraciones, AstraZeneca emitió otro comunicado en el que admitió el incumplimiento con Argentina en la entrega de vacunas debido a un "retraso" en su elaboración y prometió cumplir con la entrega de las 22,5 millones de dosis "en este primer semestre".

El contrato establecía que las dosis tenían que entregarse en marzo. Ante la certeza de que no llegará ni una vacuna antes de mayo, el miércoles, en la sede del Ministerio de Salud, Carla Vizzotti y la asesora presidencial, Cecilia Nicolini, se reunieron con el presidente de la filial argentina de la empresa, Agustín Lamas, junto a Germán de la Llave y Verónica Aguilar, de la misma compañía. 

El Gobierno demoró lo más que pudo ese llamado de atención por la cercanía que tiene con Sigman, propietario del laboratioro Mabxience que ya fabricó 60 millones de la vacuna de AstraZeneca en Garín y todavía no inoculó ni a un compatriota.

Esto no impidió que el fiscal federal Guillermo Marijuán citara este jueves como testigo a Vizzotti, por supuestas irregularidades y falta de entrega de vacunas de Astrazeneca.