Cuando el Estado tomó el control de los fondos previsionales y pasó a ser accionista de compañías a través de la Anses, los empresarios lanzaron pronósticos tremendistas, pero siguieron ganando dinero. Ahora replican la estrategia frente a la Ley de Abastecimiento.
El debate por la ley que regulará las “relaciones de consumo y producción” desató el rechazo generalizado del establishment económico. El argumento central de los representantes de las grandes compañías del país, nucleadas en el Foro de Convergencia Empresarial, fue que “con un mayor intervencionismo del Estado se determinaría la vida o muerte de la propiedad privada”. Esta postura replica lo dicho cuando el Estado decidió recuperar los recursos de los trabajadores en manos de las AFJP. En ese caso, también pronosticaron que la decisión afectaría al sector privado. Sin embargo, las 42 empresas en las que la Anses posee acciones no dejaron de ganar dinero. Página/12 analizó los balances de 2013 y el primer semestre de este año, presentados ante la Comisión Nacional de Valores por las compañías que forman parte del FGS y algunas otras que no tienen participación estatal. En el primer semestre ya cubrieron el 78 por ciento de toda la rentabilidad obtenida el año pasado.
Las empresas que pertenecen al rubro alimentos ya ganaron un 22 por ciento más que toda su rentabilidad del año pasado. Y las sociedades fabricantes de bienes industriales ya alcanzaron una rentabilidad equivalente al 90 por ciento de todo lo ganado en 2013. Estos resultados exceden cualquier posible impacto por inflación o efecto devaluatorio, y explicarían más una conducta especulativa por parte de sus directivos.
“Cuando uno mira los números de crecimiento del salario, también sería bueno comenzar a mirar rentabilidades. Veríamos que son muy importantes”, indicó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su discurso al cierre de la reunión del Consejo del Salario Mínimo, Vital y Móvil. El nuevo marco regulatorio sobre “las relaciones de consumo y producción” establece una serie de pautas para evitar los abusos de posición dominante de muchas de las empresas que cuentan con altas tasas de rentabilidad, pero a las que les molesta la presencia del Estado.
El sector de bienes industriales, compuesto por siete empresas, tuvo una rentabilidad en el primer semestre de 11.737 millones de pesos. Siderar, donde el Estado participa con el 26,03 por ciento, tuvo una rentabilidad en los primeros seis meses de 3753 millones de pesos frente a los 2107 millones de todo 2013. Es decir, en un semestre ganó un 78 por ciento más que lo obtenido todo el año pasado. Aluar, donde el Estado participa con el 9,35 por ciento, tuvo un resultado similar: en un semestre ganó un 74 por ciento más que toda su rentabilidad de 2013.
El rubro bancos también resulta paradigmático. Las cinco entidades que cuentan con participación del FGS tuvieron una ganancia trimestral de 16.676 millones de pesos, es decir, un equivalente al 57 por ciento de toda la rentabilidad del año pasado. Al momento de realizar este análisis, los bancos Macro, donde el Estado participa con el 30,97 por ciento, Francés (7,9), Patagonia (15,29), Hipotecario (4,94) y Galicia (21,28) habían presentado sólo sus balances del primer trimestre, por lo que la ganancia acumulada en el semestre podría ser superior a la obtenida en los primeros tres meses. Las cámaras empresarias vinculadas con estos sectores también manifestaron su rechazo a la nueva Ley de Abastecimiento.
Otro rubro sensible es el de alimentos. En el análisis realizado por este diario, hay empresas que tienen participación estatal, como San Miguel SA (26,96 por ciento), Molinos Ríos de La Plata (0,01), Quickfood (5,27), Ledesma (0,38) y otras que no, Garovaglio y Zorraquín, Carlos Casado, Compañía Industrial Cervecera, Sociedad Comercial del Plata y Grupo Arcor. En sólo seis meses tuvieron una rentabilidad de 1228 millones de pesos, un 22 por ciento más que todo lo ganado en 2013. Este incremento no puede ser justificado por ningún índice inflacionario, ni efecto devaluatorio. De estas nueve compañías, sólo una tuvo pérdidas (Quickfood). Y Ledesma, por citar un ejemplo, ganó en un semestre un 96 por ciento más que todo 2013.
En el rubro de consumo masivo, la empresa Alto Palermo, donde el Estado no tiene participación, tuvo una ganancia en el primer semestre equivalente al 82 por ciento de toda su rentabilidad de 2013: 289 millones contra 351 millones de pesos.
El rubro construcción tuvo una retracción en lo que va del año. De las empresas analizadas, Socotherm Americas SA, con una participación estatal de 6,11 por ciento, Holcim (11,31), IRSA (4,48) y Ferrum, sin participación estatal, lograron una rentabilidad equivalente al 34 por ciento de lo ganado el año pasado. Pero Ferrum tuvo una rentabilidad semestral superior en un 72 por ciento a toda su ganancia de 2013.
“Hay mucha arbitrariedad y discrecionalidad. El Gobierno se está radicalizando ante la crisis económica, yendo a un chavismo extremo”, manifestó el jefe del bloque de la UCR, Gerardo Morales, durante el debate parlamentario. Los números de rentabilidad informados por las empresas en las que la Anses posee acciones dan cuenta de otra realidad.
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