Luis Alberto Acuña es uno de los policías acusados por la muerte del joven Gastón Duffau. La sala VI de Casación lo condenó a prisión perpetua este 14 de julio, junto a cuatro policías más, por "tortura seguida de muerte". También los inhabilitó para ejercer su cargo en la fuerza.

En ese sentido, Acuña expresó a REALPOLITIK que piden "justicia, no impunidad". El caso por el que Casación ordenó la perpetua ocurrió en 2008, cuando el joven Duffau terminó muerto por asfixia mixta, previo sufrir varias torturas. 

"Otros elementos externos a la Justicia hicieron que nosotros hoy tengamos una condena de cadena perpetua. Fuimos juzgados dos veces por tribunales orales por la misma causa, inconstitucionalmente, pero siempre nos sometimos al proceso", indicó Acuña.  Los cinco imputados –eran seis, pero uno de ellos se suicidó durante su estadía en la cárcel, una prisión preventiva de catorce meses- habían sido absueltos por los TOC 4 y 5 de La Matanza. 

Según el policía,  Duffau había recibido lesiones de todo tipo en un Mc Donald's de Ramos Mejía, a donde la fuerza pública fue convocada para llevarlo, y durante el trayecto en patrullero hasta el hospital ocurrió el fallecimiento. "Yo estaba a cargo del turno en ese momento. Solicitamos varias veces a la ambulancia y ante el no arribo, y la necesidad urgente de trasladarlo dado el brote psicótico que tenía (Duffau), recibí la orden de trasladarlo al hospital. Llegó sin vida. Nunca imaginamos las atrocidades que sufriríamos nosotros y nuestra familia", manifestó Acuña a este medio.

El policía, junto a sus colegas Mauro Ponti, Rubén Darío Steingruber, Natalio De Nardis y Leonardo Brandán, comparten ahora la acusación por "tortura seguida de muerte". Denunciaron torturas por parte del servicio penitenciario de la unidad 29 (Melchor Romero) y la intención de "quebrarles la voluntad". Acuña denuncia que lo lograron, por el suicidio de David Mansilla, el sexto imputado en la causa, dentro del penal. 

Se trata de uno de los tantos casos que involucran accionares policiales dudosos, con posible vejación de derechos humanos. En gobernación también se manifestaba la madre de Julio Diego Torales, condenado a diez años de prisión por torturar a Luciano Arruga. Los familiares piden que Vidal los atienda para así poder rever la situación procesal de los policías.