Tras 10 años de espera, el próximo lunes 13 de abril dará inicio el juicio en el cual juzgarán a 5 gendarmes por la muerte, encubrimiento, participación, y falso testimonio en el caso que investigó el cruento crimen de la Gendarme Carola Carretero, hecho ocurrido en marzo del año 2005 en Jujuy.
Ante el inicio del juicio, se dialogó con la madre y el hermano de la joven asesinada, María del Valle Lazarte y Maximiliano Alustiza, quienes expresaron que esperan la máxima condena a los acusados, quienes actualmente se encuentran en libertad, y aseguraron que durante estos 10 años y todo el proceso de investigación desde el momento del homicidio, hubo encubrimientos y retrasos por parte de todas las entidades actuantes. Además sostuvieron que desde el asesinato de Carretero, solo en el año 2006, fueron recibidos por una autoridad del gobierno provincial.
María del Valle Lazarte manifestó a nuestro medio que “han pasado 10 años, un mes y tres días del asesinato de mi hija y lo primero que espero es que se haga justicia, porque quiero verlos presos, detenidos. Ellos son culpables y los elementos de prueba de que son culpables están en el expediente”.
“Ellos son Roberto González, Cristian Monje, Diego Tapia, Agustín Castillo, Mario Olivares, y también me refiero a la cúpula de Gendarmería, porque se ocuparon siempre de decirme que mi hija se había quitado la vida pero ya está demostrado que las cosas no fueron así, a mi hija la mataron. ¿Cuántos fueron? 1, 2, o 3, no lo sé, pero ellos son responsables del asesinato de mi niña”, aseguró visiblemente conmocionada.
Recordó a su hija diciendo “mi niña era un ser especial, un ángel, era una persona transparente, íntegra, frontal, llena de amor, quería ascender, superarse, le gustaba Gendarmería, le encantaba el lugar donde trabajaba, estaba contenta. Siempre quería salir adelante, quería que su hermano tuviera una buena carrera y se preocupaba. Era muy querida por sus amigos, y más allá de lo que pueda decir ahora, era muy querida por sus compañeros de trabajo, el que la hubiese conocido hubiera quedado encantado”.
Acerca del tiempo que demoró el inicio del juicio, 10 años, Lazarte expresó “eso está claro, primero porque ellos tenían que hacer ver que era un suicidio y al darse vuelta las cosas comenzaron a interponer recursos, también por la negativa de la fiscal de no imputar, equivocaciones del Juez Aróstegui. Todo el tiempo iba y volvía el expediente. Por eso se demoró, porque interpusieron recursos todo el tiempo”.
En relación a sus sospechas de encubrimiento, la madre de la gendarme asesinada sostuvo “claro que hubo y por eso se demoró tanto. Interpusieron recursos, pretendían hacer pasar esto como un suicidio, desde el vamos había encubrimiento”.
“Desde el momento que iniciaron las pruebas pasó esto, más la dilación de la fiscal en perder una prueba como el semen que se encontraba en la vagina, eso se perdió con el tiempo. La negación del Juez que no hizo lugar a varios pedidos que hicimos”.
“Claro que hubo encubrimiento de la misma fuerza, de parte de la Policía que me decían que no hable con nadie porque iba a entorpecer la causa, que eso no se debía hacer. Encima me estaban vigilando, sé que me seguían porque los he visto, escuchaban las llamadas telefónicas, nos intimidaban, se reían de nosotros”, aseguró.
Sobre la situación de los inculpados, sostuvo que “están todos libres. Roberto González cumplió 5 años de prisión y por un habeas corpus quedó libre. Cristian Monje también después de tres años y medio de prisión, por un habeas corpus quedó libre, y los otros tres que están por encubrimiento agravado, estuvieron un tiempo detenidos y quedaron libres”.
Se consultó a la madre de la joven gendarme asesinada si durante todo el proceso investigativo fueron recibidos por las autoridades de los distintos gobiernos provinciales, a lo que Lazarte comentó “en una oportunidad, cuando marchábamos con los vecinos autoconvocados en el 2006 aproximadamente, nos atendió el señor Cavadini, no recuerdo que cargo tenía en ese momento, y la verdad que dejó mucho que desear porque nos atendió pero todo el tiempo prestaba atención al teléfono, a la puerta, se levantaba, se sentaba, iba, volvía, yo lo entendí como que se estaba riendo de nosotros, porque no estaba sola, estaba junto a varias mamás que atravesaban una situación similar, y esa fue la única vez que tuve la oportunidad de estar con gente del gobierno, y esa fue la respuesta que tuve, después nunca más”.
María del Valle Lazarte manifestó que “hoy rezo mucho, y también confío en la justicia, porque quiero que se haga justicia, que esto sirva como ejemplo para la sociedad, quiero que mi hija descanse en paz y que nosotros podamos estar tranquilos porque esto es como vivir todos los días aquel 5 de marzo”.
“Cuando se inicio todo esto alguien me dijo que la justicia no venía en avión porque yo quería que todo se resolviera ya. Hoy lo sé y aun hoy creo en la justicia, sé que se va a hacer justicia. Creo en los jueces que integran el Tribunal, en los doctores Kamada, González, Burgos, en el fiscal. Sé que se va a hacer justicia, quiero que se haga justicia, exijo justicia”.
Por su parte, Maximiliano Alustiza, hermano de Carola Carretero, manifestó “espero que sean condenados con la pena máxima, pero no por una cuestión caprichosa sino por la seguridad que nos tendría que dar Gendarmería al tener su personal idóneo, y obviamente no lo hicieron sino que nos querían hacer creer que había sido un suicidio, que se había ahorcado del caño de la ducha con un cinto de cuero, pero se hicieron las autopsias y quedó todo en el expediente, la primera indicaba que su muerte fue por asfixia por ahorcamiento y estuvo mal hecha por lo que se hizo una segunda que determinó que murió producto de asfixia por estrangulamiento”.
Alustiza comentó “venían y nos decían que no hagamos nada, que no busquemos abogados porque esto solo se iba a resolver, que nos quedemos tranquilos, y eso nos decían los jefes de Gendarmería. Ahora esperamos que se haga justicia”.
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