La familia del niño fallecido en el Hospital Materno Infantil, Luciano Abraham Gastón Martínez, se presentó como querellante y actores civiles en la causa caratulada como homicidio culposo, que se tramita ante la fiscal Gabriela González.
El representante legal de Justina Martínez, madre de Luciano quien falleciera en el hospital luego de ser trasladado desde Cachi por un golpe sufrido en la escuela, señaló que la causa tiene datos aberrantes que no coinciden con la realidad.
"Existen descargos que hicieron los médicos que no fueron agregados a la causa, como otros que figuran y no son verdad, como que Justina, en declaraciones efectuadas ante la fiscal, señaló que nunca le pusieron suero al niño en horas de la noche, que había vomitado y que sí pidió pañales para colocarle, por tanto si algún médico de guardia lo hubiera revisado, podría haber advertido la urgencia del caso", señaló Tobío.
Por otra parte y en tres oportunidades, profesionales del Cuerpo de Investigaciones Fiscales, concurrieron al hospital a solicitar la historia clínica del niño, sin embargo les fue negada, y tras varios pedidos les entregaron una fotocopia.
"Esto deja al descubierto un deficiencia institucional terrible, donde las demoras terminaron con la vida del menor, los clínicos, el pediatra, los de guardia son todos responsables", señaló Tobío.
La querella presentó a un médico que actúa como perito de partes, Walter Maldonado quien analiza el expediente, para solicitar los puntos de pericia.
En los próximos días será citado a declarar el doctor del hospital de Cachi, Belmont, quien revisó y determinó la urgencia del traslado, mientras que en la jornada de hoy concurrirá la médica del Cuerpo de Investigaciones Fiscales, Velázco, quien determinó que la demora se produjo en la Guardia.
La familia de Luciano presentó el viernes pasado una denuncia penal en contra de Sergio Heredia, Martín de la Arena, y Mario Morosini y María Sola Avellaneda, bajo una carátula inicial de incumplimiento de los deberes de funcionario público.
Finalmente Tobío insistió en conocer quién hizo la grabación y de qué manera se efectuó ese trámite, que permitió dejar dentro de la sala donde se reunieron los directivos del nosocomio tras la muerte de la criatura, el grabador correspondiente.
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