El grupo Visión Jujuy tiene el Canal 7, AM 630, FM 97.7, Radio Perico, Radio Libertador, Codivisión, el hotel Howard Johnson Plaza Jujuy y la Finca Fruitland. Aunque el grupo está manejado por la esposa del senador, Eulalia Quevedo Carillo, sus hermanos Teresa y Marcelo la enfrentan en los tribunales por maniobras fraudulentas para quedarse con el poder. Para los medios locales, el senador fue el padrino político de Néstor Ulloa.
El grupo Visión Jujuy tiene el Canal 7, AM 630, FM 97.7, Radio Perico, Radio Libertador, Codivisión (un circuito de televisión codificada), el hotel Howard Johnson Plaza Jujuy y la Finca Fruitland. Además, tiene unas 15 repetidoras por Jujuy y Salta, por lo que la ley lo perjudicaría. La familia Jenefes (por su mujer, Euladia Quevedo Carrillo) está vinculada también a la industria tabacalera. De hecho, Jenefes es miembro de la Cooperativa del Tabaco de Jujuy y su hijo Pablo es miembro de la Cámara del Tabaco.
El multimedios pertenecía al suegro de Jenefes, Marcelo Quevedo Cornejo. Luego de su muerte, los tres hijos se quedaron con las acciones: Eulalia (37%), Teresa (31%) y Marcelo (26%). En la actualidad, Teresa y Marcelo están enfrentados judicialmente con Eulalia, por las supuestas movidas fraudulentas que realizó para quedarse con acciones de la primera.
El propio Jenefes fue presidente del grupo Visión por lo menos hasta fines de 2006. Y cuando se lo consulta por la posible incompatibilidad para tratar la Ley de Medios, él no niega su estatus de empresario periodístico. Incluso, Jenefes fue directivo de la Asociación de Teledifusoras Argentinas (ATA), que se opone fuertemente a la ley. Hoy en su lugar está Juan Jenefes, uno de sus hijos, que también ocupa un cargo en la Asociación de Radiodifusoras Privadas Argentinas (ARPA).
El enfrentamiento entre Marcelo Quevedo y Jenefes no sólo es judicial. Políticamente hoy están en veredas opuestas: Quevedo fue electo concejal por la lista de Carlos Snopek, enfrentado a Eduardo Fellner, caudillo del espacio de Jenefes. Sin embargo, todos tienen un vínculo con el caso Skanska. Jenefes y Fellner, según medios provinciales, eran "padrinos" de Néstor Ulloa, titular de Nación Fideicomisos, implicado en el caso de corrupción. Y Ulloa colocó como directivo del Nación a Quevedo, su primo.
La Ley de Medios no es la primera que enfrenta al senador oficialista con el Gobierno. En 2007 el entonces ministro de Salud, Ginés González García, acusó a Jenefes de ser el principal lobbista en la Cámara alta en contra de la Ley Antitabaco. El argumento que utilizó para no excusarse de participar en la votación es similar al que repite ahora: "Es como si un médico se abstuviera de votar una ley sobre salud, o como si un maestro se abstuviera de votar una ley sobre docentes".
Ahora, cuando le toca debatir la nueva Ley de Radiodifusión, Jenefes se encuentra en una situación comprometida como entonces: es multipropietario de medios pero entiende que tiene que participar del tratamiento de la norma porque, según él, no existe conflicto de intereses.
Los fantasmas, otra vez en el Senado
Cada vez que un proyecto clave y controvertido llega al Senado, los fantasmas de la 125, la única votación perdida por el kirchnerismo en el Congreso, vuelven a aparecer. Sin embargo, desde aquella fatídica madrugada, el oficialismo ganó todas las votaciones importantes en la Cámara alta, algunas incluso superando por amplio margen los 37 senadores necesarios para el quórum.
El tratamiento de esos proyectos tiene algunos puntos clave para analizar. Con la Resolución 125, hubo ocho senadores del bloque que se rebelaron. De esos, cuatro se alejaron (entre ellos Carlos Reutemann) y no volvieron a acompañar. Los otros cuatro siguen en el bloque, pero algunos reiteradas veces volvieron a ser una incógnita, como Elena Corregido, Roberto Urquía y Teresita Quintela. Con la Ley de Medios, los tres vuelven a ser motivo de dudas.
Entre los aliados hay que nombrar a los fueguinos ex ARI y a Horacio Lores, del Movimiento Popular Neuquino, que acompañaron la mayoría de los proyectos, excepto la 125 y el artículo en particular que estableció el blanqueo de capitales. Hoy los fueguinos todavía no dan señales de su posición, pero reclaman la aprobación de un proyecto clave para su provincia. Y de Lores se sabe que sus pares del MPN en Diputados votaron en contra del proyecto oficial.
Por último, está el caso de Rubén Giustiniani. El socialista rechazó casi todos los proyectos. Solamente en la reestatización de las AFJP votó junto al Gobierno, por ser un reclamo histórico de su partido. Misma situación se da con el tratamiento actual.
En todos los casos, el oficialismo consiguió que los proyectos se aprobasen sin modificaciones en particular, hecho que tiene altas chances de suceder en esta oportunidad.
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