El padre de una chica golpeada por un policía y un militar criticó el lento avance de la causa judicial, trabada en parte porque cuatro efectivos no se presentaron a declarar – en calidad de testigos – y no fueron buscados “por la fuerza pública”, como ocurre en el caso que un civil adopte una conducta similar.
Oscar Natel, padre de la joven, dijo a SanLuis24 que ya se presentaron 11 testigos del episodio ocurrido a mediados de junio de este año, y que, sin embargo, el juez Eduardo Sebastián Cadelago Filippi no tomó ninguna resolución para esclarecer el episodio.
La hija de Natel junto a dos amigas fueron atacadas por el alférez Gustavo Sosa (27) y el militar César Andrés Lucero (23), que se ofrecieron a llevarlas cuando salían de un boliche.
Los hombres llevaron a las jóvenes a un domicilio de la calle Rawson, donde no solo las golpearon sino que también les gatillaron con un arma descargada.
La golpiza no fue mayor por la intervención de una vecina, que alertó a la Policía y le gritó a agresores para que abandonaran su comportamiento.
Tras el episodio, Sosa fue pasado a disponibilidad en la Policía, pero Lucero fue dado de baja del Ejército. Ninguno de los dos se encuentra detenido.
Natel afirmó a SanLuis24 que incluso se cruzó, en el campeonato de los empleados públicos, a Sosa quien lo provocó buscando una reacción de parte del padre de la chica de 20 años.
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