Se trata de un grupo de dirigentes sin aspiraciones personales, con vocación de trabajar sin poner en riesgo la unidad y con la suficiente experiencia política para alcanzar rápidos consensos en momentos álgidos. ¿Mayor capacidad operativa o más burocracia?
Todavía impactados por el desorden que mostraron a fin de año, apenas asumidos los nuevos diputados y senadores en el Congreso nacional, Juntos por el Cambio decidió que a falta de líder, encumbrará directores ejecutivos. El caótico diciembre dejó muy mal parada a la coalición opositora, a pesar de que había ganado las elecciones legislativas de un modo contundente, incluyendo distritos donde el peronismo jamás había perdido.
Esta decisión parte del reconocimiento de que la mesa nacional no está en condiciones de tomar decisiones consensuadas en pocas horas, pero también supone un gran desafío para los que fueron nominados para esa responsabilidad, que deberán trabajar a destajo ante cada crisis o cambio de escenario, mientras ponen orden en la agenda nacional de JxC.
Ante la horizontalidad que impusieron los hechos tras la salida del poder, el esfuerzo de coordinación se fue haciendo cada vez más difícil -incluso- por esa gran victoria en las legislativas. Más cerca del poder, con por lo menos una decena de candidatos a presidente posibles, las disputas internas se expresaron públicamente, lo que en tiempos de Mauricio Macri en la Casa Rosada era inimaginable.
Nada de esto cayó bien en el electorado, tal como lo verificaron las encuestas y focus group que compartieron entre la dirigencia, por lo que se acordó reparar esas falencias en un grupo sin aspiraciones personales, con vocación de trabajar sin poner en riesgo la unidad y con la suficiente experiencia política para alcanzar rápidos consensos en momentos álgidos.
Quienes fueron nominados como directores ejecutivos son Jorge Triaca (ex ministro de Trabajo y ex diputado nacional, propuesto por el PRO), Ramón Mestre (ex intendente de Córdoba, propuesto por la UCR), Jorge Franco (histórico dirigente del PJ de Rio Negro, propuesto por el peronismo republicano) y Fernando Sánchez (ex secretario de Gabinete y ex diputado nacional, propuesto por la Coalición Cívica, aún sin confirmación).
Para los cuatro significa un reseteo después de años de estar en la primera línea del fuego, lo que es muy claro en la experiencia de Triaca y Mestre, aunque por motivos distintos.
El caso de Jorge Franco es particular porque empezó a conocer Juntos por el Cambio cuando Miguel Angel Pichetto fue elegido candidato a vicepresidente, y ahora va a tener la oportunidad de interactuar bajo una responsabilidad propia. Como se adelantó, Fernando Sánchez aun no fue confirmado por la CC, quizás por algún ruido interno. "Estamos evaluando perfiles", dijeron a El Cronista desde la CC.
"Juntos por el Cambio es hoy como una Torre de Babel, distintos partidos que habla cada uno su idioma, porque además de los cuatro que forman parte de la mesa nacional, hay más de 100 con los que se tienen acuerdos locales, que incluyen dirigentes importantes como Omar de Marchi en Mendoza, Emilio Monzó y Margarita Stolbizer en Buenos Aires, Alfredo Olmedo en Salta", fue la explicación de la nueva instancia de conducción. Y agregó: "todos tienen que sentirse parte".
La preocupación es por institucionalizarse y, a un mismo tiempo, no perder novedad. La aparición de Javier Milei y su crítica a "la casta" política incluye, para el electorado que fue atrás de él, a Juntos por el Cambio. "Tenemos que empezar a movernos y sacar a la opinión pública lo que estamos haciendo, por ejemplo, un plan de lucha contra el narcotráfico que vamos a presentar en marzo y llevaremos por todo el país". detallaron.
Claro que el riesgo, también, es burocratizarse.
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