El Programa Nacional de Mosca de los Frutos de la Patagonia (PROCEM) podría quedar inactivo este año por el fuerte déficit presupuestario que presenta.

En lo que va del período 2019-2020 lleva acumulado un rojo de más de 60 millones de pesos producto de la falta de aportes estatales acordados oportunamente para su ejecución.

Este nuevo escenario pone en riesgo exportaciones frutícolas que, en destino, generan ventas por más de 80 millones de dólares. La caída del PROCEM dejaría atrás años de trabajos en los que se consiguió el reconocimiento internacional a la región patagónica como “Área Libre de Mosca de los frutos”.

La caída del programa afectaría el comercio con gran parte de los destinos externos que tiene la actividad, como es el caso de Estados Unidos, China y las salidas de fruta por los puertos chilenos que hoy se usan para abastecer la mayor parte de los países del Pacífico.

“Para la fruticultura del Valle es muy importante poder sostener este programa. Sería un retroceso enorme dejarlo caer por falta de presupuesto”, confió con preocupación Agustín Argibay, presidente de la CAFI, ante una consulta de RÍO NEGRO.

El programa se financia a través de tres canales bien definidos y durante el año en curso se proyectó un presupuesto de gastos de 118,7 millones de pesos.

El principal aportante es el sector privado. Participa con el 54% del total de los fondos (63,7 millones de pesos) que son recaudados a través de un porcentaje de las exportaciones, ventas al mercado interno y las colocaciones de la industria que se realizan en cada temporada.

Para la fruticultura del Valle es muy importante poder sostener este programa. Sería un retroceso enorme dejarlo caer por falta de presupuesto”,

Agustín Argibay, presidente de CAFI

En segundo término, están las provincias (Río Negro, Neuquén, La Pampa, Santa Cruz, Chubut y Buenos Aires) que participan con aportes que representan el 25% del gasto presupuestario. Para este año se proyectan de este sector fondos por poco más de 30 millones de pesos.

Por último, están las transferencias a nivel nacional que se realizan a través del SENASA. Para este año se proyectaban aportes por 25 millones de pesos de las arcas estatales, cifra que equivales al 21% del presupuesto total del programa.

Estos dos últimos actores son los que no están aportando los fondos necesarios para poder continuarlo. Quedaron pendientes deudas por más de 5 millones durante el ejercicio anterior y en lo que va de este año estos pasivos superan los 55 millones de pesos. 

“A pesar de los aportes de las entidades privadas el programa cuenta con un importante déficit proyectado para el segundo semestre del corriente año. Esta situación hace peligrar la continuidad de las acciones, con la consiguiente pérdida del estatus fitosanitario alcanzado después de tantos años de trabajo. Contamos con dinero hasta fines de agosto, todo aportado por el sector privado. Después de esa fecha no hay más recursos para sostener el programa”, remarcó Argibay.

Datos clave

118,7 millones de pesos son los que se prevén invertir este año en el programa para el control de mosca de los frutos.

54% de la partida presupuestaria del programa es aportado por el sector privado. El resto por Nación y las provincias.

Los Estados, con pocos recursos para poder repartir

Los problemas de caja que están presentando los estados provinciales y nacional están afectando los aportes comprometidos a los programas sanitarios de todo el país.

El jueves se concretó una reunión entre los distintos referentes de la actividad frutícola de la región y la jefa de Gabinete del Ministerio de Agricultura de la Nación, Diana Guillén, para tratar de destrabar los fondos que están pendientes de girar al PROCEM y de esta manera continuar la segunda parte del año con su ejecución. Guillén informó que todos los programas sanitarios del SENASA están sin presupuesto este año y que están gestionando con Economía partidas especiales para poder garantizar los fondos adeudados.

Los referentes provinciales en la reunión fueron en esta misma línea: mencionaron la falta de recursos para el programa.