Una empresa proveedora del empresario K habría comprado facturas truchas al Grupo Penta de nuestra ciudad, según lo refleja el diario Perfil.
Una resolución administrativa elaborada por la División Revisión y Recursos de la AFIP a cargo de una contadora habría impugnado hace más de dos meses un puñado de facturas de la empresa Grupo Penta, de Bahía Blanca, por considerarlas truchas. Se trata de facturación dirigida a Constructora Patagónica Argentina, otra firma investigada desde hace un tiempo por la AFIP y también proveedora de las empresas de Lázaro Báez. Así se lo confirmaron a PERFIL dos fuentes que tuvieron acceso a la disposición interna. Serían las facturas de Grupo Penta Nº 392 del 26 de noviembre de 2010 por $ 508.325, Nº 389 del 5 de noviembre por $ 468.750 y Nº 386 de octubre del mismo año por $ 303.756. Las fuentes coinciden en que el período objetado es 2010 y 2011 por un monto total de casi 4 millones de pesos. Viene de largo. Incluso, una fiscalización anterior que se inició sobre Grupo Penta antes de que haya sido descabezada el área también habría alertado sobre la facturación dudosa. Desde la AFIP explicaron que siguen investigando a la firma y cualquier comentario “sería imprudente”. Lo llamativo es por qué las facturas de Penta son truchas para Constructora Patagónica y no lo son para Austral Construcciones. La respuesta del organismo que dirige Echegaray: “a veces estas empresas no siempre utilizan todos sus años de facturación de manera irregular”. Lázaro Báez ya tiene antecedentes de facturas truchas. En 2007, un equipo de la DGI comprobó más de $ 500 millones facturados por Gotti SA, una de las principales compañías del empresario kirchnerista. El fisco nunca lo denunció. Delito precedente. La comprobación del delito de evasión puede tener otras consecuencias. Si un tribunal lo reconociera, la Justicia de la Argentina, de Uruguay y Suiza tendrían las pruebas para avanzar en la desclasificación de las cuentas bancarias sospechadas de lavado de dinero, según confirmaron fuentes judiciales. Por eso, la investigación de la AFIP en Bahía Blanca es crucial para Lázaro Báez, más allá de los vericuetos tributarios de la investigación.
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