El factor Larreta en la elección porteña: suben las apuestas y el macrismo sufre

El factor Larreta en la elección porteña: suben las apuestas y el macrismo sufre

La irrupción del exmandatario porteño en las legislativas de la Ciudad trastocó los planes de su sucesor, Jorge Macri. El plan para volver a gobernar la Ciudad en 2027. La guerra de gestiones.

María Cafferata

Jorge Macri tenía un plan cuando desdobló las elecciones porteñas: desnacionalizar los comicios, evitar el arrastre de Javier Milei, y aprovechar la polarización opositora para retener el control en la Ciudad. Pero la irrupción de Horacio Rodríguez Larreta dinamitó los planes. El PRO ahora no solo tiene que compartir la pecera de votos con La Libertad Avanza, sino también con quien había sido su cara más visible en la Ciudad en los últimos ocho años. El desembarco de Larreta había subido la apuesta y cambiado el cariz de la discusión: los comicios en CABA se habían convertido, ahora, en una vidriera de cara a 2027.

Larreta le dedicó mucho tiempo a tomar la decisión. Sabía que necesitaba volver al ruedo después de la derrota en la interna presidencial con Patricia Bullrich, pero dudaba si presentarse como candidato a diputado nacional o si “bajar” a la Legislatura. Para alguien que había sido ocho años jefe de Gobierno porteño y, además, candidato a presidente, la Legislatura parecía un puesto menor. Fue una discusión con los pocos aliados que le habían quedado luego de la ruptura con el PRO —como Emmanuel Ferrario, Guadalupe Tagliaferri, Álvaro González o Pablo Avelluto—, pero terminó prevaleciendo la lógica localista.

La Legislatura sería solo el disparador. Larreta tiene un plan para resurgir de las cenizas de la derrota: el objetivo a mediano plazo es la Jefatura de Gobierno en 2027 y, si todo sale mal para el gobierno de Milei, comenzar a trazar un nuevo armado que le permita volver a competir en las ligas nacionales. Pero para ello, primero, tiene que medir fuerzas con el resto de las fuerzas locales.

En el equipo de campaña de Larreta están entusiasmados. En el último par de semanas, los laderos del exjefe de Gobierno porteño pasaron de mostrar encuestas que le dan 10-11 puntos a mostrar nuevas que le dan hasta casi 20. Los más entusiastas sacan pecho y se jactan de que, desde que anunció que competiría, los números de Larreta no paran de subir. Otros recuerdan el chascazo de 2023 y tratan de bajar las expectativas. “Acá lo que importa es que, aunque saquemos ocho puntos, sabemos que son ocho puntos nuestros. No sé si Jorge puede decir lo mismo”, razona un dirigente larretista.

Jorge Macri, en campaña NA

La lógica que impera es la de unas PASO. Por eso celebran competir con fuerzas que, hasta el año pasado, solían ser aliadas. Larreta, después de todo, solo llegó a cerrar un acuerdo con Graciela “Hormiguita” Ocaña. No así con el radicalismo de Evolución, que lidera Martín Lousteau, o la Coalición Cívica, que llevará a Paula Oliveto a competir. “Necesitamos saber cuánto mide cada uno, es una PASO para 2027”, repiten en el larretismo. 

Con un razonamiento similar al de Karina Milei, Larreta quiere ir a la elección porteña solo con los propios “puros”. Es por ello que, a excepción de Ocaña, solo lo acompañarán en la lista algunos de sus dirigentes más cercanos. Tagliaferri, que este año vence mandato como senadora nacional, irá en segundo lugar y le seguirá el legislador Emmanuel Ferrario. También irá Maxi Corach, armador larretista e hijo del exministro menemista, Carlos Corach.

“Hay olor a pis”

Larreta busca convertirse en el vocero del descontento con la gestión de Jorge Macri. La frase “Hay olor a pis” se convirtió en un verdadero eslogan de campaña en las filas larretistas, que juran y rejuran que la famosa frase de Larreta en una entrevista televisiva —que fue viralizada hasta el cansancio— no fue resultado de un focus group, sino de las reuniones que viene manteniendo con vecinos desde diciembre. El exjefe de Gobierno porteño pretende aprovechar los bajos índices de aprobación de Jorge Macri y compararlos con los suyos cuando estaba al frente de la Ciudad: es una guerra de gestiones en la que Larreta, sabe, tiene mucho para ganar.

Es así que Larreta, libreta en mano, volvió a calzarse el traje de gestor todoterreno y encabeza recorridas en todos los barrios de la Ciudad. Quienes lo conocen admiten los errores del pasado e insisten en que, esta vez, en vez de intentar “humanizarlo”, hay que dejar que “haga lo suyo”. Es decir: ocupar el rol de fanático de la administración que esta focalizado solo en la gestión de la Ciudad de Buenos Aires. 

Horacio Rodríguez Larreta resurge de sus cenizas luego de la derrota aplastante en la interna con patricia Bullrich NA

“La Ciudad no está bien. Hay menos policías en la calle, más delitos y menos limpieza”, repite Larreta que, cada vez que puede, insiste en que CABA se vino abajo desde que  terminó su gestión. Una cantinela que ha despertado el odio de gran parte del macrismo. Los más amables lo acusan de ser “funcional” al kirchnerismo, mientras que los más furiosos lo califican, lisa y llanamente, de “traidor”.

En el último par de días, las críticas veladas en off the record se fueron transformando, paulatinamente, en dardos públicos provenientes de los principales dirigentes del macrismo capitalino. “Es un político de esos que quieren eternizarse en los cargos y en la política y no entiende que su tiempo ya pasó”, lo cruzó Darío Nieto, exsecretario privado de Mauricio Macri que hoy lidera el bloque oficialista Vamos por Más en la Legislatura porteña. Y remató: “Es una naranja que ya no tiene jugo”.

Larreta se había convertido, así, en el enemigo público número 1 para el macrismo, que venía de resistir los embates del karinismo y Pilar Ramírez para terminar enredado en una batalla contra quien había sido, hasta hace dos años, su candidato a presidente. Lo mismo valía para el propio Larreta que, por su parte, nunca le perdonó a Jorge la caza de brujas que encabezó en el Gobierno porteño apenas asumió. “Horacio le financió el aterrizaje desde PBA y lo único que hizo fue echar a toda su gente. Ya está, estamos mejor solos”, razonan, con bronca, desde el larretismo.

Fernán Quirós, el ministro de Salud porteño, pica en punta para encabezar la lista de legisladores porteños del PRO NA

La duda, sin embargo, es quién competirá por parte del PRO. María Eugenia Vidal era la candidata preferida de Macri, pero ella se resiste y uno de los motivos está directamente relacionado a que su principal competidor será Larreta, que es un amigo personal. Lo curioso es que el segundo nombre que pica en punta es el de Fernán Quirós, quien fue ministro de Salud de Larreta y, hasta hace unos años, un dirigente muy cercano. En las últimas horas, Quirós también salió a diferenciarse de Larreta:“ Es obvio que no (hay olor a pis), salvo que tenga Covid y no pueda oler bien. Esto es bastante evidente”, afirmó, en una entrevista con Radio Con Vos.

La actitud de Quirós no cayó bien en el larretismo. “A Quirós lo inventó Horacio”, masculla un dirigente cercano a Larreta, y se encoge de hombros: el larretismo está dispuesto a ir a la guerra y la elección del 18 de mayo será solo el primer paso. Larreta, insisten a su alrededor, está preparado para volver.

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