Lo dejó entrever el intendente Juan abaleta durante una entrevista con Adrián Noriega en el programa periodístico primer plano. Los trabajadores fueron indemnizados y la empresa dejó de intoxicar a los habitantes de la zona.
“Tenemos no conocimiento oficial, pero sí datos, de que posiblemente lo pongan en venta. Sabemos que puede llegar a haber un desarrollo inmobiliario en la zona”. El intendente de Hurlingham, Juan Zabaleta, respondió de esa forma ante la consulta de Adrián Noriega en el programa periodístico Primer Plano en torno a lo que ocurrirá con el predio en donde funcionó, hasta abril del año pasado, la fábrica Rousselot, que causó un verdadero desastre en la calidad de vida de la población cercana.
Durante décadas, el reclamo de vecinos y vecinas estuvo referido a los ruidos molestos primero y luego a los olores nauseabundos que emanaba el proceso productivo. Más allá de las advertencias de los distintos gobiernos locales, recién en abril del año 2018 la empresa se encontró con una clausura efectiva y una multa económica de casi medio millón de pesos impuesta por el Municipio, con exigencias complementarias como el permiso de vuelco de efluentes líquidos emanado por la autoridad provincial competente y los planos electromecánicos actualizados.
Obviamente, la clausura nunca fue levantada porque la firma de capitales extranjeros no cumplimentó el pedido. Incluso acudió a la justicia ordinaria a través de su representante legal, Julio Fonrouge, pero también cosechó un resultado adverso a su planteo, dado que el Juzgado Contencioso Administrativo Nº 1 de Morón, a cargo de la jueza Mónica López, se declaró incompetente para tratar un tema que se encuentra en la órbita de la Justicia Municipal de Faltas, en donde se debe tramitar.
Desde entonces, Rousselot intentó presionar con el despido completo de su plantilla de personal, cosa que el gremio resistió. Y después de varias reuniones con las autoridades de la empresa, el Municipio y funcionarios del Ministerio de Trabajo provincial, se acordó que cada uno de los empleados perciba su indemnización porque la firma no iba a abrir sus puertas tal cual se la conocía. Hasta hace poco funcionó como un centro logístico, pero ahora todo indica que el predio será vendido para un desarrollo inmobiliario.
“Hubo trabajadores que se quedaron sin empleo, pero también 50 mil vecinos que hoy tienen calidad de vida, cuando estuvieron durante 70 años respirando caca. Uno toma decisiones en favor de las mayorías”, indicó el intendente Zabaleta. Hace un tiempo, Primer Plano Online había publicado una nota con varios de los habitantes de la zona. “Hasta las flores y los árboles tienen un brillo que nunca vimos”, expresó Oscar Cragno, uno de los abanderados de las protestas contra la firma.
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