A partir de que el gobierno nacional se hizo cargo de las megaobras K de energía en Santa Cruz, la cosa está girando para lados imprevisibles. Algunos podríamos ver que “el discurso se está acomodando” y quienes ayer criticaban, desde la oposición, hoy encuentran que la cosa “no está tan mal”. Eduardo Costa se refirió a temas claves y muy sensibles, como la Usina de RT y las Represas, sobre las que confirmó, cuestiones que anteriormente le había criticado al FPV. Matías Mazú se lo agradeció.
El tema de las obras de energía desarrolladas en estos últimos años en la provincia y que fueron permanente y fuertemente criticadas por la oposición (léase UCR y en el último tiempo FUPVM/Cambiemos), ellos son YCRT, usina termoeléctrica de Río Turbio y Represas, están cambiando de enfoque. De las dos, hoy bajo el control del gobierno nacional, al menos en el caso de YCRT (Yacimientos carboníferos de Río Turbio) y la usina de la cuenca, son manejados por partidarios del UPVM/Cambiemos de Santa Cruz, a instancias del actual diputado nacional (UCR) Eduardo Costa.
Recordemos que Costa y en general todo el arco político-opositor del FPV, durante estos años han abierto un fuerte cuestionamiento sobre los millonarios fondos que se usaron para construir la usina por parte de Isolux Corsán, las deficiencias en la construcción, el funcionamiento dual (carbón-gas), los sobrecostos, la corrupción en todo el proceso y particularmente sobre YCRT, la corrupción, el robo del patrimonio, los sobrecostos en las compras, el manejo discrecional de los fondos, la superpoblación de empleados producto de los compromisos políticos (vía Depetri), la imposibilidad de sacar carbón para abastecer la usina, etc.
Todo esto parece haber cambiado, con la llegada de UPVM/Cambiemos al gobierno. El sábado, en el programa “Sintonía fina”, por Fm News, Eduardo Costa se refirió a ambas obras y los planes que tiene el gobierno nacional de Mauricio Macri para desarrollarlas.
Con respecto a las represas sobre el Río Santa Cruz, Costa desdramatizó todo, dijo que se bajó la categoría de la obra, que “solo utilizará el agua” del cauce del río (no explicó cómo) para mover las turbinas y que por tal motivo “no habrá impacto sobre los glaciares” ni el ecosistema, como si se presumía antes. “Y colorín colorado…” para nosotros este cuento no se ha terminado, o al menos es otro cuento y no el mismo que nos hacía el FPV. Pregunta tonta: Si era tan fácil construir una obra de este tipo sin daños ambientales desastrosos como los previstos ¿Por qué no se hizo así y no como se había planteado todos estos años?.
Carbón limpio, usina joya (del EIA no hablemos)
Particularmente me llamó mucho la atención cuando Costa habló sobre el inicio de la actividad futura de la usina de Río Turbio, haciendo abstracción de un tema excluyente, fundamental como el EIA (Estudio de Impacto Ambiental), que mantuvo a esta obra bajo la lupa permanente de la sociedad y de grupos ambientalistas del extranjero e incluso a las poblaciones chilenas más cercanas, por el tremendo impacto que tendrá en su entorno la actividad de esta planta generadora y de la cual no existe ningún estudio serio que informe sobre las consecuencias y la mitigación, como así tampoco se han cumplido los 50 puntos observados al EIA de ese momento (año 2009), realizado con una clara tendencia a cumplir con el formalismo, solo para dar inicio a las obras civiles, como tenía previsto Julio De Vido, lo que finalmente consiguió.
Eduardo Costa dijo en la radio, que la usina está completada en un 86% y que están “acondicionando la última etapa” (lo mismo sostenía el FPV cuando la administraba hasta el 2015), dijo que la tecnología utilizada es “de última generación” y que “quemarán solo carbón” (esto fue sostenido siempre desde la administración K que tuvo el yacimiento).
El problema es que, como opositor, todos estos años Eduardo Costa y gente de su espacio político,sostenían que se había importado una tecnología que ya no se usaba más en el mundo o se usa muy poco, que el carbón de la cuenca no es bueno, se necesita refinarlo para quemar en la usina, donde falta la planta depuradora y a su vez sostenía el nivel altamente contaminante de esta forma de generar energía. Muchas veces se lo ha escuchado al propio Costa, sostener estos y otros argumentos similares. Contrastándolo con lo que dice ahora, preguntamos ¿Mentía antes o miente ahora?.
Un detalle no menor en la entrevista realizada es que, cuando a Costa le hicieron ver que el Estudio de Impacto Ambiental, formalizado en el 2009 estuvo mal hecho, forzado, con errores y que no daba información suficiente para prever que el nivel de contaminación va a ser importante, el referente de UPVM/Cambiemos en Santa Cruz, evitó referirse puntualmente a aquel EIA trucho y nunca cumplimentado como manda la ley y sacó la pelota del área chica justificándose en que “la tecnología que se utiliza para esta usina, es tan buena que el impacto será mínimo”. Ergo, Costa dijo algo así como “No se necesita ningún EIA porque lo que va a contaminar es ínfimo” (¿?).
Prisionero del discurso
Grave, muy grave la actitud que ha tomado el diputado nacional, otrora implacable crítico del FPV y de Julio De Vido a quienes muchas veces acusó de haber arrastrado a los habitantes de la cuenca a un destino incierto de contaminación futura, solo por satisfacer la captación de votos partidarios en la cuenca carbonífera por parte del entonces oficialismo K y justificar los sobreprecios de las compras y las obras que se vienen haciendo hace años en YCRT y en la usina.
¿Qué cambió entre diciembre de 2015 y agosto de 2016, que le permita decir hoy a Eduardo Costa que la usina no contaminará, poniéndose en paralelo con el discurso del FPV, quienes salían al cruce de cada información que dábamos al respecto? ¿El problema de la contaminación y la falta de planificación en los procesos de remediación y de impacto negativo, desaparecieron solo con la llegada de Macri al gobierno y a partir de que el manejo de YCRT le fue concedido bajo su responsabilidad (vía el Interventor Omar Zeidán), o los problemas de ayer siguen y lo que ha variado es su posición política en el discurso, porque ahora quien va a usufructuar de esa “ganancia política-electoral” es él? ¿Cómo puede decir Eduardo Costa que la “nueva tecnología” de la usina (cosa que negaba hasta hace pocos meses) va a impedir que el impacto contaminante sea “importante”, cuando no se ha dicho ni establecido ni previsto dónde irán a parar las miles de toneladas diarias de cenizas, ni cuál será el nivel de emisión de la chimenea, ni cómo, de dónde y a qué costo se traerá la piedra caliza necesaria para el filtrado?.
Hasta donde recuerdo Eduardo Costa era crítico de estas cuestiones que hoy dá prácticamente por resueltas, pero que todos sabemos no han sufrido modificación.
Haz lo que yo digo…
Es probable, entonces, que Eduardo Costa esté girando su brújula hacia las próximas campañas 2017 y 2019 y empiece a hacer lo que tanto le criticó al kirchnerismo en estos 12 años: usar a la población de la cuenca carbonífera para sus fines políticos.
Un tema no menor que filtró Costa en la entrevista es que, prevén que para agosto o septiembre del 2017, entrará en funcionamiento el primer módulo de la usina y un año después, 2018 estaría en capacidad de hacerlo el segundo. Estos mismos tiempos y estos mismos cálculos eran los que llevaban al FPV a diagramar plazos, estirarlos, acortarlos, acomodarlos etc de acuerdo al interés políticos existente en la coyuntura, especialmente si cerca había elecciones de medio tiempo o elecciones a gobernador o generales.
Téngase en cuenta que de aquí al 2017, la campaña de UPVM/Cambiemos, va a mantener la atención en toda la provincia y particularmente, la cuenca carbonífera, ha sido un lugar históricamente reducto del FPV y se le ha negado sistemáticamente a Costa. Las promesas de llevar los trabajos hasta esa fecha, aumentan las expectativas públicas y ayuda a mantener en alto la posibilidad de arrastrar votos para su candidatura a senador. Si acaso en el 2017 uno de los módulos de la usina puede entrar en servicio (cuestión que nadie cree, en estos momentos), le daría el otro impulso que necesita para llegar al 2019 con un lanzamiento directo de Costa a la gobernación y Omar Zeidán, hoy en la intervención de YCRT, a la intendencia de Río Turbio, previo paso, quizás, a una posible gobernación en el futuro, si se dan las cartas que el radicalismo del ala de Eduardo Costa, cree que van a salir del mazo de la suerte.
Sin embargo falta mucho para esa instancia y antes de esta jugada absolutamente previsible que desnudamos acá, Costa, Zeidán y Cia deberán explicarle a la sociedad, por qué lo que antes era malo hoy es bueno; por qué si hasta diciembre la usina era altamente contaminante debido a que usaba tecnología en desuso, hoy es maravillosa y de punta; por qué el carbón era sucio y altamente contaminante hasta diciembre, cuando habían dos factores inevitables: emanación y acumulación de cenizas que no estaban resueltos y ahora resulta que la contaminación en casi nula y del repositorio de cenizas nadie habla. No podrá evitar Costa, explicarle a la gente por qué no se hace como corresponde una nueva asamblea de oposición y un Estudio de Impacto Ambiental válido, serio, científicamente avalado y respetando todas las leyes y las normas de seguridad ambiental, porque inclusive él mismo lo criticó muchísimas veces y sectores políticos aliados a su frente, hicieron denuncias penales muy graves que hoy se dirimen en la justicia Federal. La respuesta a esto sería: “Ya está, llegamos hasta acá, no podemos volver atrás, porque ahora es la nuestra”.
Gracias Eduardo
Por eso hoy, el diputado del FPV Matías Mazú, quien políticamente es más rápido que un choique lanzado a toda carrera entre las matas negras de la estepa santacruceña, inmediatamente que Costa dijo esto salió haciendo declaraciones en un medio pago del gobierno donde expresó “cuestionaban el carbón, el sistema que habíamos elegido, cuestionaban la megausina y nosotros siempre dijimos que habíamos trabajado con mucha responsabilidad, con mucha seriedad”, remarcó Mazú arqueando las cejas, poniendo cara de circunstancias y mirando con ojos entrecerrados hacia un punto distante fuera del foco de la cámara, sintiéndose víctima de los peores y crueles ataques de la oposición por tanto tiempo y apoyado en los dichos de Eduardo Costa, prosiguió diciendo “Hicimos (la usina) con mucho criterio y buscamos la mejor tecnología, por eso cuando hablan de los valores de lo que cuesta o costó, no es lo mismo un sistema convencional como nos querían vender en un momento, que con un módulo se consumía 5 millones de litros de agua por día; y este sistema que hemos elegido en el que participé, es un sistema de circuito cerrado como el auto, que se enfría con aerocondensadores como un radiador y no consume prácticamente agua”, dijo el legislador dando una magistral clase de inversión financiera en tecnología de punta, mezclada con la industria automotriz.
Ya sin límites y alentado por el reconocimiento público que hizo Eduardo Costa de todo lo actuado por el FPV en materia de “inversión” y “medio ambiente” en la cuenca, Mazú disparó a quemarropa: “me alegra que se hayan dado cuenta que estábamos haciendo las cosas bien, ya que durante tanto tiempo y tantas campañas criticaron nuestro proyecto, pusieron en duda si servía o no servía, dijeron, el propio presidente (Mauricio) Macri, que habíamos construido una usina que no puede quemar el carbón de Río Turbio” y sacando pecho, elevando un gran reconocimiento a la labor póstuma de Néstor y a la continuidad excelsa de Cristina, sin privarse de dejar a Costa como alguien que durante muchos años habló de más y sin saber, concluyó “hicimos un trabajo responsable, con una audiencia pública donde participó la oposición e ingenieros que hoy se están presentando en la justicia pero cuando tuvieron la posibilidad de hablar allí y no lo hicieron” y “colorín colorado”, de esta manera el FPV cree que ellos han acertado y a Costa (que no lo vio venir) se lo han facturado.
Ahora que la ex oposición a nivel nacional es oficialismo, Eduardo Costa tiene un problema: debe seguir con los negocios que vienen en marcha, dejar de lado el planteo apocalíptico de la usina y el yacimiento inviable, posicionar a su candidato estrella en la cuenca, Zeidán, tal vez para que lo acompañe como segunda opción al senado, donde quedaría en “la gatera”, ante el eventual caso de convertirse él en gobernador, o como Intendente, etc pero siempre, al igual que lo hicieron por muchos años los del FPV, para capitalizar los vientos a favor que generen las obras, YCRT, la usina, etc, las cuales ahora ya no contaminan, están hechas de la mejor tecnología y el carbón se ha transformado en un combustible de vanguardia, que los santacruceños no debemos dejar de mirar para ennegrecernos (perdón, quise decir enriquecernos) en el futuro.
Lamentablemente…
Algo que ni Mazú ni Costa ni nadie podrán evitar, es que aquí sigamos contando, denudando e informando sobre cada una de estas artimañas políticas, la corrupción y las maniobras dolosas que cometen en el camino por llegar, aún cuando eso signifique ir en contra de sus propios principios o pisoteando promesas y posiciones que parecían irreductibles y que solo eran mentiras de campaña, sin ningún sustento ni seriedad.Recuerdo un viejo y ordinario dicho de un viejo profesor de ciencias políticas de la universidad, cuando, hablando de compatibilidades, traiciones y renuncias en el ámbito político y la necesidad de esta equidistantes de las amistades tóxicas, decía “hay veces es mejor que te puteen, a que te lo agradezcan“.
Para graficar este momento hay una metáfora muy elocuente que se denomina “el abrazo del oso”. Consiste en la muestra de afecto desarrollada entre la familia de los úrsidos, que implica una acción “protectiva” de alguien mayor y más alto a otro oso más pequeño que permanece erguido, regularmente mirando hacia arriba como pidiendo perdón por alguna macana que realizó. El oso más grande se encorva levemente, envuelve firmemente con sus brazos los hombros del otro, el más bajo apoya la cabeza sobre el hombro del mayor y éste le da dos palmaditas de consuelo, para decirle que está perdonado.
Eduardo Costa, recibió el abrazo del oso de parte de Matías Mazú y del FPV en su conjunto.
Comentá la nota