Un repaso por los días de abril de 2012 en los que Cristina Kirchner presentó el proyecto "Soberanía hidrocarburífera de la República Argentina"
Antonio Brufau, el presidente de Repsol, seguramente pensó que se iba a manchar la corbata. Es muy probable, también, que haya insultado por lo bajo. Estaba en la principal sala de reuniones de la torre de YPF en Puerto Madero, negociando la expropiación de la petrolera que había manejado hasta hacía unos días y que el Estado argentino, gobernado por Cristina Fernández, había intervenido.
Le preocupaba su corbata porque el sorpresivo menú que había ordenado para el meetingAxel Kicillof –por entonces viceministro de Economía e interventor junto a Julio de Vido de la empresa– fue bondiola completa para todos los presentes. Mandó a su chofer a comprarlas en los carritos de abajo, en la Costanera. Los españoles de Repsol y los banqueros del JP Morgan, que había contratado la española para negociar los términos de su salida, degustaron el tradicional sándwich como pudieron. "Hubo chimichurri para todos y todas. Les gustó", resume ahora alguien que estuvo presente en aquella reunión.
Incluso si no le gustó la bondiola o se manchó la corbata, Brufau quedó más que conforme. Luego de esa negociación de días, el Estado le pagó a Repsol USD 4.000 millones en bonos –más del doble con intereses, según algunas fuentes– por el 51% de la empresa que fue "argentinizada" con la aprobación del Congreso. Haber dejado afuera de la negociación a los inversores minoritarios terminó, siete años después, como argumento central del juico en el que ayer la Corte Suprema de EEUU rechazó un recurso de jurisdicción que habían interpuesto los abogados argentinos. Una suerte de "manotazo de ahogado", luego de dos fallos en contra. Ahora la demanda comenzará formalmente y el Estado nacional podría tener que pagar hasta USD 3.000 millones.
¿Salvar a Vaca Muerta?
El proyecto que Cristina Kirchner presentó en el salón Juana Azurduy de la Casa Rosada, el 16 de abril de 2012, llevó el nombre de "Soberanía hidrocarburífera de la República Argentina". "No es de estatización sino de recuperación de la soberanía y control de los hidrocarburos", dijo la presidenta acompañada de su vice, el hoy detenido Amado Boudou, todo su gabinete y los pasillos y patios colmados de militantes.
El ex presidente ejecutivo de Repsol YPF, Antonio Brufau
Al otro día, Clarín tituló: "La Presidenta intervino la empresa y nombró al frente a De Vido y Kicillof" y "Repsol considera 'ilícita' la expropiación de YPF y anuncia medidas legales". Página 12, en tanto, celebró: "Volvió YPF". Acompañó la imagen una bandera en primer plano y, atrás, la presidente.
¿De quién fue la idea de la expropiación? "Salió de Economía, del equipo de Kicillof. Él se lo propuso a la presidente, que miró los números, tanto del potencial petrolero como de la falta de inversión de Repsol, y aceptó", asegura otra fuente que participó de la operación.
"Se discutió mucho. Repsol quería vender Vaca Muerta para financiarse en Medio Oriente. Podía hacerlo, pero nos hacía un agujero. Por eso se tomó la decisión. El Tribunal de Tasaciones aprobó; la AGN lo mismo, todos los informes fueron positivos. La oposición dice que la pagamos caro y la justicia de EEUU, barato", asegura Emanuel Álvarez Agis, por entonces subsecretario de Programación macroeconómica e interventor del downstream de YPF, o sea del negocio de venta al público.
"Si no hubiésemos hecho esto, Techint no estaría haciendo lo que hace hoy en Vaca Muerta. La YPF estatal hizo la inversión de riesgo: hoy se explora gracias a esa operación que hicimos", asegura el economista que recuerda esos días de 2012 como "horribles, de mucho trabajo y negociación, dos meses enteros discutiendo bonos, colaterales y precios".
La trampa del oso
Hoy, los demandantes sostienen que al momento de la estatización no se cumplió con los estatutos de la compañía, según los cuales quien se quedara con el 51% debía hacerle una oferta al resto de los socios. Por entonces, a los gritos en el Senado, Kicillof daba sus argumentos: "Créanme que si uno quería comprar acciones para entrar a la compañía y pasaba el 15%, pisaba la trampa del oso y tenía que comprar el 100% a un valor equivalente a USD 19.000 millones. ¡Porque los tarados son los que piensan que el Estado tiene que ser estúpido y comprar todo según la ley de la propia YPF, respetando su estatuto!". Fue el 17 de abril de 2012 en Salón Azul del Senado en la reunión Plenaria de las comisiones de Presupuesto y Hacienda, Asuntos Constitucionales y Minería y Energía en la que el kirchnerismo defendió la expropiación. Lo acompañó De Vido, su "jefe" en YPF.
"Esas palabras usaron los demandantes para justificar que el país no cumplió con las leyes", aseguran hoy desde la Procuración de Tesoro que comanda Bernardo Saravia Frías.
Bernardo Saravia Frías, procurador del Tesoro
Si bien la leyenda urbana asegura que el ex ministro y hoy candidato a gobernador de la provincia de Buenos Aires se habría ufanado en esos días –tanto en público como en privado– de que la expropiación no iba a costar un peso, él se encargó de desmentirlo varias veces (Kicillof no respondió los llamados de Infobae para esta nota).
"El valor lo va a determinar el tribunal de tasación, y ese va a ser el valor que corresponde. Después, Antonio Brufau puede reclamar donde quiera, denunciarlo ante el Banco Mundial, el FMI, el FBI o la CIA. Si quiere, que recorra los tribunales de España presentando la denuncia y quizá le vaya mejor que a los directores de Marsans, la empresa de turismo que vació Aerolíneas Argentinas, que terminaron con pedido de prisión en su propio país. Allá les fue peor que acá", dijo Kicillof en una entrevista a la TV Pública.
"Axel nunca dijo 'no vamos a pagar un dólar? Siempre se habló de pagar lo que indicaba el Tribunal, y eso se hizo", afirma Álvarez Agis.
"Recuerdo la soberbia de Kicillof de esos días: con el dedo decía que no iba a pagar un sólo el peso. Le pagamos a Repsol y ahora vamos a tener que volver a pagar", refuta la ex senadora María Eugenia Estenssoro.
"En 1999 me opuse a la extranjerización de YPF; mi postura siempre fue igual, a diferencia de los Kirchner. Lo de 2012 fue una confiscación, en rigor. Terminamos pagando en títulos de la deuda unos USD 8.900 millones, con lo intereses, por una empresa que valía USD 6.000 millones. Y se dejaron hilos sueltos. Estaba de acuerdo que tenía que ser argentina, pero no pude votar eso. Hoy discuto con las autoridades de YPF que además del planteo de jurisdicción de estos cuatro años, que era evidente que no se los iban a dar, había que haber hecho las denuncias por cuestiones de corrupción, tienen que ser querellantes activos", argumenta Estenssoro.
Lo de 2012 fue una confiscación, en rigor. Terminamos pagando en títulos de la deuda unos USD 8.900 millones, con lo intereses, por una empresa que valía USD 6.000 millones (Estenssoro)
"Repsol arrancó pidiendo USD 10.000 millones. La cuenta fue beneficiosa para el país. La oferta pública no se debió haber hecho para todos porque recuperamos la mitad de la empresa, no toda. No fue una decisión a tontas y locas. Lo que pasa es que la Justicia de EEUU permite que Elliot Managment haga lo que hizo (por los holdouts) y que Burford litigue ahora. Y en 2012 no estaba el antecedente de Griesa. Esto que pasó hoy, en 2012 era impensado", agregó Álvarez Agis.
Las crónicas del día después describen cómo las acciones de YPF en Wall Street pasaron de subir 7% a desbarrancarse casi un 19 por ciento cuando habló Cristina.
No sólo eso, hay otros detalles. "Mientras la Presidente promediaba su discurso, el subsecretario de Coordinación del Ministerio de Planificación, Roberto Baratta, se presentó en la sede central de YPF, en Puerto Madero, con el decreto de intervención y un listado de las personas que deberían abandonar el edificio en 15 minutos", detalló el artículo de tapa de Página 12. ¿Al funcionario, hoy preso como su jefe De Vido, lo habrá acercado a Puerto Madero su chofer, Oscar Centeno, el mismo que escribió los cuadernos de la corrupción?
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