El Consejo Federal de Medio Ambiente que reúne a las autoridades ambientales de todo el país y es presidido por la Ministra jujeña María Inés Zigarán, en el marco de su 81 Asamblea Ordinaria que sesionó en la ciudad de Córdoba, aprobó un instrumento que declara de interés federal la ceremonia a la Pachamama – Madre Tierra- que se realiza en el mes de agosto en el bloque andino y que adquiere en Jujuy -la provincia más diversa e intercultural- una centralidad que ha sido reconocida por el Estado argentino, a través de la Ley 26891.
La declaración del COFEMA expresa en su artículo 2 un reconocimiento especial al “aporte de los pueblos originarios que han legado a la sociedad global una particular valoración de la Madre Tierra, de la que deriva una cosmovisión que enriquece la gobernanza ambiental y brinda claves para fortalecer la política de preservación de la tierra, el territorio y los recursos naturales”.
La misma declaración hace llegar “a las comunidades indígenas, al pueblo y al Gobierno de Jujuy el reconocimiento de las provincias argentinas hermanas por su riqueza cultural y por haber preservado la Pachamama, como parte del universo cultural y simbólico que nutre su manera de ser y estar en el mundo”.
En los considerandos de la Declaración se destaca la sanción de la Ley 26891 que instituyó a Jujuy como “Capital Nacional de la Pachamama” y se señala que “dicha normativa expresó el reconocimiento del Estado argentino a una práctica cultural ancestral y enriqueció la institucionalidad estatal poniendo al estado en un diálogo intercultural, que no sólo valoriza el culto a la Pachamama sino todo lo que está implícito en ella: el respeto por la tierra, su cuidado, la protección del medio ambiente y el compromiso con generar condiciones que hagan posible la vida para las generaciones presentes y futuras”.
Pero también la Declaración destaca las disposiciones del Convenio 19 de la OIT, la Declaración Universal de los Pueblos Indígenas y la Declaración Americana de Derechos de los Pueblos Indígenas, como instrumentos que reconocen los derechos indígenas y el rol de las comunidades como guardianas de la cultura ancestral de los pueblos que habitaron históricamente estas tierras.
“La ceremonia a la Pachamama es una oportunidad anual de encuentro que favorece los lazos sociales, construye espacios colectivos y fortalece la pertenencia a la comunidad. Por eso se trata de una práctica cultural donde se refuerza el sentido colectivo de la existencia. Pero es además un momento donde los hombres y mujeres andinos confirman la particularidad del vínculo que los une con la tierra, un vínculo que no sólo es productivo y material, sino cultural, espiritual y simbólico. En el marco de ese vínculo es que la Madre Tierra adquiere un status distinto y genera un vínculo de respeto, de cuidado y de veneración” destaca la Declaración.
También allí se pone de manifiesto que “la Pachamama como núcleo de sentidos es una oportunidad para revalidar el compromiso con el cuidado de la tierra, el territorio y los recursos naturales y recuperar los valores ínsitos en la ceremonia como la solidaridad, la reciprocidad, la comunión, la comunidad como espacio de realización”.
“Argentina es un país diverso que se enriquece en el diálogo intercultural y multiétnico y esta característica es una invitación a repensar la democracia y la gobernanza ambiental como comprensiva de esos marcos culturales diversos que pervivieron por la resistencia cultural de los pueblos que habitaron ancestralmente el territorio” concluye finalmente la Declaración.
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