Se desarrolló con gran éxito, el pasado sábado, la Jornada "De qué hablamos cuando hablamos de autismo", organizada por el grupo de padres, profesionales y amigos de personas con trastornos del espectro autista (TEA) de Concepción del Uruguay, con el apoyo de la institución anfitriona y el respaldo de otras entidades, comercios y empresas.

Fue en la Facultad de Ciencias de la Salud de la Universidad Nacional de Entre Ríos (UNER), ante más de más de 350 asistentes ­convocatoria que superó las expectativas-, no sólo de la ciudad sino también de distintas localidades de Entre Ríos, quedando (según los datos obtenidos) unas 70 personas sin poder concurrir por haberse llegado al cupo que era limitado y quedaron en lista de espera, lo que demuestra el éxito del evento y el interés en el tema, destacándose que fue declarado de interés por el Ministerio de Educación de Entre Ríos.

De alto nivel resultó la instancia de concientización a cargo de los psiquiatras infanto-juvenil Natalia Barrios, del Instituto Fleni, y Sebastián Cukier, del Programa Argentino de Niños, Adolescentes y Adultos en Condiciones del Espectro Autista (Panaacea). Como objetivo principal, se tuvo el instalar el tema en la sociedad y reflexionar en torno a las principales necesidades de las personas diagnosticadas con esos trastornos. En diálogo con participantes de la Jornada y familiares de personas con esta afección, coincidieron en señalar que el autismo no es una enfermedad, por lo que no tiene una cura, pero es fundamentar (como en cualquier tipo de afección o enfermedad) un diagnóstico y acción temprana, que permite importantes mejoras y avances para una mejor calidad de vida.

Uno de los organizadores destacó que el autismo sufrió un notorio incremento en los últimos años, por lo que se trata de analizar qué factores pueden estar influyendo para que esto suceda, ya que se desconoce su origen. Las personas con este mal, sufren trastornos neurobiológicos que alteran las capacidades de comunicación y relación, con síntomas que pueden ser leves a muy graves, según el grado de pérdida de habilidades sociales y de comunicación, y la aparición de comportamientos repetitivos u obsesivos.