Alberto trató hasta último momento de que su ex ministro de Defensa conduzca Seguridad pero Cristina, en otro guiño a Perotti, logró imponer a Aníbal Fernández.
El desembarco de Aníbal Fernández al gabinete para reemplazar a la antropóloga Sabina Frederic en el Ministerio de Seguridad fue un capítulo aparte en las frenéticas horas que se vivieron hace una semana con las tensiones internas del gobierno estalladas tras haber perdido las PASO.
Según fuentes al tanto de las pujas por la conformación del nuevo gabinete, Alberto Fernández insistió hasta último momento con la vuelta de Agustín Rossi a su equipo luego haber tenido que dejar Defensa para desafiar a Perotti en la interna santafesina. El ex funcionario fue doblado en votos por Marcelo Lewandowski, el candidato oficialista.
Es que Alberto fue quien entusiasmó a Rossi para que compita contra Perotti, a través del entonces jefe de Gabinete Santiago Cafiero. Para ello, el ex ministro llevó a la vicegobernadora Alejandra Rodenas en la boleta quien reporta al senador Armando Traferri, cada vez más complicado en la causa que se investigan sus vínculos con la mafia del juego clandestino.
Cristina cuando se enteró que el nombre de Rossi volvía a figurar, esta vez para estar al frente de Seguridad, puso el grito en el cielo, le bloqueó la vuelta al gabinete y no dudó en apoyar, una vez más, al gobernador Omar Perotti, uno de los más interesados en la cartera que tiene a cargo las fuerzas federales.
Ante la resistencia de Cristina, Alberto le pidió un nombre a su vice y el Ministerio terminó recayendo en Aníbal Fernández quien centró toda su atención en la provincia de Perotti desde el primer minuto en que se supo su designación y fue al primer gobernador que recibió. Luego de ello, este jueves se reunió con el ex ministro y actual titular de la Oficina de Investigaciones, Marcelo Saín, para intercambiar información sensible sobre las causas penales más importantes vinculadas al narcotráfico, lavado de activos y otros delitos complejos que en los barrios más pobres se traducen en homicidios casi a diario.
Cristina cuando se enteró que el nombre de Rossi volvía a figurar, esta vez para estar al frente de Seguridad, puso el grito en el cielo, le bloqueó la vuelta al gabinete y no dudó en apoyar, una vez más, al gobernador Omar Perotti, uno de los más interesados en la cartera que tiene a cargo las fuerzas federales
Sucede que el balance que se hace en Santa Fe del primer año y medio de gobierno nacional es particularmente negativo y no solo por las dificultades económicas sino por decisiones de alto impacto en el resultado de las PASO como el cierre de las exportaciones de carne que fue un cimbronazo para una de las principales provincias productoras.
La malograda estatización de Vicentín, anunciada por el presidente en una conferencia de prensa donde no había un solo representante santafesino que derivó en un levantamiento de las localidades del norte provincial, fue otro de los pasos en falso que le achacan a Nación: "al gobernador ni lo consultaron", decían los funcionarios por aquellos días.
De hecho, Juntos por el Cambio supo aprovechar aquel error y Dionisio Scarpin, intendente de Avellaneda, ciudad de origen de la agroexportadora concursada, fue el compañero de fórmula de la ex periodista Carolina Losada que se impuso en la interna. En el departamento del norte provincial, la lista de Scarpin arrasó.
Una semana antes de las elecciones, cuando Rosario atravesaba una escalada de violencia extrema con seis crímenes en menos de 24 horas, la entonces ministra de Seguridad Frederic se negó, sin titubeos, a enviar refuerzos federales a Santa Fe
Vale recordar también que una semana antes de las elecciones, cuando Rosario atravesaba una escalada de violencia extrema con seis crímenes en menos de 24 horas, la entonces ministra de Seguridad Frederic se negó, sin titubeos, a enviar refuerzos federales a Santa Fe. Las declaraciones terminaron de irritar a los funcionarios de la Casa Gris que venían hacía rato reclamando mayor compromiso del gobierno nacional en materia de seguridad.
Ahora, el arribo de Aníbal al gabinete y la predisposición que mostró en las primeras horas llevó tranquilidad a Perotti con quien diseña un esquema orientado a cortar el aceitado vínculo de las mafias con las financieras ilegales y sectores de la política y la justicia, engranajes de un mismo mecanismo que en su cara más cruel riega de sangre las calles de los barrios populares en guerras sin cuartel por el control territorial para la venta de drogas.
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