Tendría policías autónomas, con altos sueldos y rotación. Esperarán a que Macri mande el suyo.
Mauricio Macri prometió en la campaña crear una agencia nacional antinarcóticos, pero hasta ahora el proyecto nunca llegó al Congreso y los senadores del peronismo trabajan en un borrador, a la espera de una definición oficial.
El más interesado es Miguel Pichetto, jefe del bloque Frente para la Victoria, quien hace dos años delinea los ejes principales de la iniciativa junto a Adolfo Rodríguez Saá, presidente hasta diciembre de la bicameral de seguridad interior y narcotráfico.
También trabajó Juan Manuel Abal Medina y ayer le pidió Macri cumplir con su promesa y enviar cuanto antes su proyecto de Agencia Federal Antidrogas, para empezar a darle forma a esta suerte de DEA argentina.
Pero el presidente quiere tomarse un tiempo, tras la traumática experiencia del escape y captura de los condenados por el triple crimen de General Rodríguez.
El precursor en la idea de crear una agencia especializada en el combate al narcotráfico fue el ex ministro porteño, Guillermo Montenegro, hoy relegado por Macri a la embajada del Uruguay.
El precursor de esa agencia fue el ex ministro de Seguridad porteño, Guillermo Montenegro, relegado por Macri a la embajada de Uruguay. Patricia Bullrich nunca estudió el tema, pese a que es quien tiene bajo su órbita las áreas encargadas de combatir el narcotráfico, transferidas hace dos años por el Sedronar, tras la llegada a ese puesto del cura Juan Carlos Molina.
Según supo LPO, Bullrich está lejos de controlar su cartera. Ni siquiera cubrió las terceras líneas y en ese déficit se explicaría mucha de su impericiaen el operativo para detener a los hermanos Lanatta y Víctor Schillaci.
Los senadores peronistas esperarán recibir el proyecto que delinee Macri de su proclamada agencia antinarcóticos para discutir sobre esa base.
La DEA argentina
El senador Abal Medina anticipó a LPO los puntos centrales que intentarán plasmar en la futura agencia. "Tiene que ser autónoma, con controles y auditoria permanentes de los agentes, rotación en las posiciones y un fuerte acento en inteligencia financiera porque está probado que lo que más complica a los carteles es golpearlos en sus finanzas".
La idea central gira entonces en torno a la creación de un cuerpo de policías o detectives muy capacitados, para desterrar por siempre las disputas entre efectivos federales y de las provincias, evidente en los recientes operativos en Santa Fe. Y sobre todo para evitar su cooptación por parte de los narcos.
Por eso la palabra clave es: autonomía. Es la manera de poder garantizar sueldos mucho más altos que de los actuales policías, una manera de tratar de blindarlos ante los intentos de corrupción de los carteles.
Por otro lado, las desinteligencias con las policías provinciales y otros organismos del Estado no es una historia nueva. En 2005 Aníbal Fernández incomunicó a la Policía Federal con el Sedronar, por entonces encargado de luchar contra el narcotráfico. Fue el comienzo de su disputa con José Granero, ambos salpicados por el tráfico ilegal de efedrina a México.
Los federales ni siquiera asistían al consejo federal, donde los gobernadores enviaban a los jefes de sus policías provinciales y las reuniones terminaban reducidas a intercambio de información menor.
Es que las provincias sólo pueden intervenir en casos de narcomenudeo y el tráfico de estupefacientes está reservado a la órbita federal, división del trabajo que suele entorpecer las investigaciones. La policía antinarcóticos resolvería el problema.
La nueva fuerza antidrogas pensada por los senadores del PJ podría absorber la división de narcóticos de la Federal, una de las dependencias que Macri retuvo en la transferencia a la órbita de la Ciudad de Buenos Aires. Es un área de menor envergadura, que habría que engrosar y reposicionar con un nuevo escalafón.
La nueva Agencia podría absorber la división de narcóticos de la Policía Federal, una dependencia que Macri no quiso ceder a Larreta en el reciente traspaso de las comisarías porteñas.
El modelo que más atrae a los senadores es el de la Policía se Seguridad Aeroportuaria (PSA) una fuerza que se hizo desde cero con criterios más modernos y que demostró una eficiencia considerable.
Además de un control continuo, similar al del FBI o la DEA, donde los agentes son sometidos a constantes interrogatorios ante detectores de mentiras.
Y mucho foco en inteligencia financiera, que Cristina Kirchner recién abordó en los últimos años de su gobierno, cuando ubicó a José Sbatella en la Unidad de Información Financiera. El propio Sbatella llegó a admitir que su antecesora Rosa Falduto, protegida por Néstor Kirchner, casi no ejercía su tarea.
El problema de Macri
Pero antes de poder avanzar es crítico que el poder Ejecutivo defina que quiere hacer en la materia, algo que más allá de los discursos mediáticos parece lejos de ocurrir. De hecho, fuentes del Ministerio de Seguridad confirmaron a LPO que no tienen ni un borrador de la agencia prometida en campaña por el Presidente.
“El problema de Macri es que no sumó gente con experiencia y le va a ser muy difícil avanzar por más estructura que arme. Es disparatado que haya hablado de un golpe al narcotráfico por detener a tres hampones”, sostuvo ante LPO una ex funcionaria de Sedronar, que prefirió mantener su nombre en reserva.
“En Argentina hay tránsito de drogas y células pequeñas que no son carteles y buscan complicidad policial para territorializarse. Cuando ese proceso no se detiene se asientan, como ocurrió en Santa Fe. Pero si se ataca el problema con la idea de que estamos en Colombia o en México no se llega nada”, agregó.
Comentá la nota