El canciller empuja las condenas a la invasión de Putin en contra de la línea del Instituto Patria que representa su vice. El diplomático de carrera Gustavo Pandiani es otra figura que crece.
La Cancillería no es ajena a las internas del Frente de Todos. Si bien las disputas no son tan explícitas como en otras áreas del oficialismo, el acuerdo con el FMI y la invasión rusa a Ucrania agudizaron las contradicciones entre Santiago Cafiero y su vicecanciller, el kirchnerista Pablo Tettamanti.
Desde la llegada de Alberto Fernández a la Casa Rosada, los posicionamientos ante diferentes crisis regionales y mundiales han generado ruido. Sobre todos aquellos que toca las viejas lealtades del kirchnerismo cómo es el caso de Venezuela y las violaciones a los derechos humanos del chavismo o posturas cercanas a la mirada de Estados Unidos, que empujan Cafiero y Gustavo Beliz.
La gestión de Felipe Solá estuvo atravesado por los chispazos internos por las condenas en la ONU. El fuego amigo siempre se encendió cuando la crítica estuvo dirigida a los viejos aliados de Cristina.
Con la llegada de Santiago Cafiero esto no cambió. El ex jefe de Gabinete siguió siendo hombre de confianza del Presidente y supo construir su poder interno a dos bandas: escuchando y jerarquizando a los diplomáticos y colonizando las áreas estratégicas con funcionarios de su confianza. Del felipismo no quedó nadie y ahora a quien buscan correr es a Pablo Tettamanti, vicecanciller que reporta al Instituto Patria.
Cafiero colonizó áreas estratégicas del Ministerio de Relaciones Exteriores con hombres de su confianza y ahora a quien buscan correr es al kirchnerista Pablo Tettamanti, nada menos que el vicecanciller que reporta directamente al Instituto Patria.
Inicialmente la designada para ocupar el lugar de vice era Cecilia Nicolini, como reveló en exclusiva LPO, pero la "tradición de un segundo diplomático" y la mano de Cristina lo impidieron. La ex asesora presidencial terminó en el Ministerio de Medio Ambiente con un cargo vinculado al cambio climático, una manera de mantener un pie en el mundo de las relaciones exteriores.
Pero no es solo una cuestión de organigrama, Cafiero centralizó la línea general de la Cancillería y eso incrementó la tensión con el kirchnerismo, sobre todo después de la invasión rusa en Ucrania. Fuentes diplomáticas consultadas por LPO confirman que el Canciller "ordenó alinearse" con la mayoría de los países de Occidente y eso se cristalizó en la votación de María del Carmen Squeff (diplomática rosarina cercana a Rossi y al kirchnerismo que fue embajadora de Cristina en París) en la Asamblea General de la ONU a favor de un documento que planteaba la "deploración" de las acciones rusas en Ucrania.
Lo que está rompiendo Cafiero es la línea del Instituto Patria de "no copatrocinar" resoluciones de la ONU o la OEA para no quedar alienado con Estados Unidos.
Argentina acompañó la creación del una comisión para investigar la violación de los derechos humanos de Rusia en la guerra en un mensaje político muy fuerte a Putin. Estas votaciones, sobre todo la del Consejo de Derechos Humanos generaron malestar en el kirchnerismo, que empezó a sentir el fuerte realineamiento de la política exterior del gobierno que integra.
La orden de Cafiero fue alinear a todos los embajadores a la postura de condena a Rusia independientemente de sus ideologías y eso le restó poder al kircherismo que había visto la posibilidad de incidir en la línea. "Los kirchneristas manejaron las definiciones hasta que Cafiero habló en Suiza en el Consejo de Derechos Humanos. Desde ahí ya no manejaron el tema", reveló a LPO un experimentado diplomático .
Un desplazamiento que también tuvo otro efecto interno en la Cancillería simétrico a la pérdida de influencia de Tettamanti: el crecimiento de Gustavo Pandiani, nuevo subsecretario para América Latina que para muchos diplomáticos es el mejor posicionado para ocupar el cargo de vicecanciller si se produce una crisis.
Pandiani viene de la embajada de Barbados -curiosa escala de la última gira del Presidente a China y Rusia-, es diplomático de carrera, pero con un perfil particular. Sus pares, con humor, lo definen como "un Conurbano con Harvard" por combinar academia, experiencia diplomática y peronismo bonaerense.
Pandiani fue embajador de Barbados entre 2018 y 2020, es diplomático de carrera, pero con un perfil particular. Sus pares, con humor, lo definen como "un Conurbano con Harvard" por combinar academia, experiencia diplomática y peronismo bonaerense.
Tettamanti fue embajador en Rusia en el gobierno de Cristina, durante el macrismo quedó sin destino y con el regreso del peronismo al poder, el Instituto Patria lo ubicó como número dos de la Cancillería durante la gestión de Felipe Solá y conservó el cargo con el arribo de Cafiero, que está claro no es a quien reporta.
En estos deslizamientos, otro de los ganadores es Jorge Arguello. El embajador en Estados Unidos carga con la medalla de haber conseguido la reunión con el secretario de Estado, Antony Blinken, supuestamente clave para destrabar el acuerdo con el FMI.
Como anticipó LPO, a partir de entonces la idea del Gobierno era acentuar la relación con Washington y profundizar votaciones en conjunto. Algo de eso paso: Argentina condenó a Nicaragua en la OEA y a Rusia en la Asamblea General de la ONU y en la Comisión de Derechos Humanos del mismo organismo. En el medio hubo una abstención en la OEA a una resolución impulsada por Estados Unidos que decidieron no acompañar.
"El primer comunicado sobre lo de Rusia lo impuso el sector pro-ruso. Los siguientes tienen una mirada más pro-occidente. Después en la OEA otra vez el sector pro-ruso y así cada una de las batallas", explicó a LPO un diplomático un poco sorprendido que la política exterior de la Argentina se mueva al ritmo de la interna peronista.
En este contexto, Tettamanti también fue corrido de la metodologías internas para informar las posiciones nacionales ante determinados conflictos. Antes se realizaba mediante comunicados que redactaba el equipo del vicecanciller pero ahora las comunica directamente Cafiero.
Tettamanti también fue corrido de la metodologías internas para informar las posiciones nacionales ante determinados conflictos. Antes se realizaba mediante comunicados que redactaba el equipo del vicecanciller pero ahora informa directamente Cafiero
En casos delicados como el estallido de una guerra, el gabinete del canciller o del vice instruye por escrito a los embajadores para adoptar posiciones. El canciller antes de pronunciarse consulta a las áreas técnicas y luego se informa la decisión. Eso parece haber cambiado.
Dentro de la Cancillería reconocen que estos cambios está vinculados con dos cuestiones: un recambio generacional de diplomáticos y una nueva forma de comunicar, más directa y con mas presencia en las redes sociales en reemplazo de los tradicionales comunicados de la web del ministerio. En el fondo, nadie lo dice abiertamente, lo que hay es una disputa por la conducción de la política exterior.
En medio de la guerra de Ucrania, el Gobierno tiene dos posiciones interesantes para hacerse ver, con dos diplomáticos de buena reputación en el exterior. Federico Villegas, embajador ante los organismos internacionales de Ginebra y hoy presidente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU y el presidente de la Organización Internacional de Energía Atómica, Rafael Rossi. Ambos concentran un capital que Cafiero parece decidido a utilizar en la relación con Estados Unidos.
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