Ambas organizaciones encarnan las principales caras en la batalla interna del Frente de Todos. La provincia de Buenos Aires es el territorio donde despliegan sus principales armas.
El campo de batalla en el que se desenvuelve la pelea intestina en la coalición de Gobierno posee de las más variopintas trincheras. La amplitud del espectro de espacios políticos que lo componen tiene enormes grietas en algunas zonas, pero en otras el límite entre las fronteras se torna difuso.
La disputa por hegemonizar la alianza saca a relucir el arsenal con el que cuenta cada sector. Por eso, el despliegue territorial -y de recursos- es fundamental, sobre todo, en tierras bonaerenses. En este escenario bélico, dos de las tropas que más sobresalen son el Movimiento Evita y La Cámpora.
Al margen de sus actuales posicionamientos en el tablero del Frente de Todos (FdT) existen elementos a tener en cuenta a la hora de una comparación -siempre odiosa-. La historia militante de sus dirigentes, el origen de las organizaciones y la diferencia de clase son algunos de los tantos aspectos a resaltar.
Los eviteros, hoy encolumnados fuertemente detrás de la figura del presidente Alberto Fernández, tuvieron su origen en el 2004. Un momento histórico clave para el país tras las desolado ras consecuencias causadas por las políticas neoliberales de los años 90 y el fracaso estrepitoso de la administración de Fernando de la Rúa.
De hecho, varios de sus integrantes provienen del MPR Quebracho, una emblemática organización formada en 1996, de orientación nacionalista revolucionaria y que contaba entre sus filas con Fernando Esteche y el fallecido Raúl “Boli” Lescano. Además, otros provienen de la Corriente de Trabajadores Desocupados Aníbal Verón, que formaban parte de los albores del movimiento piquetero.
Los camporistas, acérrimos cristinistas al pie del cañón, más allá de algunas afirmaciones que plantean que nacieron en el 2003, formalmente se constituyeron en el 2006. Una época de pleno apogeo económico, con un kirchnerismo que se plantaba fuerte y llevaba a cabo un proceso de institucionalización de movimientos sociales que levantaban las banderas de luchas históricas.
Con una clara impronta en la defensa de los derechos humanos, tal es así que muchos de sus referentes son hijos de desaparecidos - detenidos durante la última dictadura cívico militar, se proponen continuar con los lineamientos de la Juventud Peronista (JP). Entre otros, Emilio Pérsico, Fernando “Chino Navarro” y Leonardo Grosso son los dirigentes más conocidos del Evita. Máximo Kirchner, Eduardo “Wado” de Pedro y Andrés “Cuervo” Larroque son los de la “orga”.
Los mismos comenzaron a tener posturas encontradas cuando aumentaron el calibre de las hostilidades del kirchnerismo hacia el Presidente. Incluso tales diferencias también se trasladaron al Partido Justicialista, ya que ambos forman parte de la estructura. Navarro habló de “afiliaciones truchas” en el PJ bonaerense que preside Máximo y la respuesta del kirchnerismo no tardó en llegar.
“Rechazamos el intento de desprestigiar al partido y a la militancia por parte de sectores que sólo piensan al PJ como una mera herramienta electoral”, contraatacaron desde la Séptima sección peronista. Mientras Martín Guzmán es el blanco de las críticas del cristinismo, la puja entre los espacios mencionados se trasladó además a poner sobre la mesa el uso de recursos económicos del Estado.
La caja de los programas sociales que están bajo la órbita de Pérsico en el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación es mirada de reojo. Es que se estima que se trata de alrededor de 1.200.000 planes, y desde el Evita sacan pecho al respecto debido al poderío que implica, más allá de que los mismos estén distribuidos en varias organizaciones sociales oficialistas y opositoras.
De todos modos, desde el otro lado remarcan que La Cámpora maneja fondos multimillonarios. Por citar algunos ejemplos, a nivel nacional conduce ANSES y PAMI. En tanto en la Provincia están al frente de IOMA e IPS. De cara al 2023, la disputa interna no parece menguar y cada reducto de poder será clave para ganar espacios y candidaturas. Por eso, la medición de fuerzas será fundamental tanto en el Congreso como en la Legislatura bonaerense, intendentes y concejos deliberantes.
La conformación actual del tablero es una fotografía que seguramente el año próximo tendrá movimientos que se expresarán en la disputa electoral no solo interna, sino también con Juntos por el Cambio.
Congreso Nacional: el kirchnerismo gana por goleada
El bloque del Frente de Todos tiene 34 diputados nacionales por la provincia de Buenos Aires. En ese reparto, los legisladores que pertenecen a La Cámpora le ganan por goleada a quienes responden al Movimiento Evita. El motivo es bastante sencillo: Máximo Kirchner, líder de la organización kirchnerista, fue jefe de bloque hasta comienzos de este año, cuando decidió pegar el portazo en desacuerdo con el principio de entendimiento con el Fondo Monetario Internacional.
Ese cargo le facilitó la posibilidad de sumar a varios de los suyos en las listas. Además del hijo de la vicepresidenta ocupan una banca el tandilense Rogelio Iparraguirre, Constanza Alonso (Chivilcoy), Florencia Lampreabe (Hurligham) y Lucio Yapor, también oriundo de Chivilcoy, que ingresó a la cámara tras la renuncia de Facundo Moyano.
Además podría mencionarse en este grupo a Vanesa Siley, que, si bien no militó en las filas de La Cámpora, es contada como propia desde su vínculo político con el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro. Por el lado del Movimiento Evita, la provincia de Buenos Aires solo tiene la representación de Leonardo Grosso, de General San Martín, quien ya va por su segundo mandato.
Legislatura: Manejo de bloque y abrumadora diferencia para los camporistas
En el parlamento bonaerense, la relación de fuerzas entre ambas agrupaciones es absolutamente desigual y a favor de La Cámpora que, en total, cuenta con 13 legisladores. No sólo eso, la “orga” además maneja el bloque del Frente de Todos en la Cámara Baja desde hace más de dos años.
En 2019, cuando Axel Kicillof llegó a la Gobernación, fue Facundo Tignanelli el designado para conducir la bancada, pero, al no lograr su renovación en el 2021, el cargo quedó para César Valicenti, representante de la Séptima sección. En Diputados, La Cámpora cuenta con legisladores de casi todas las regiones, con excepción de la Cuarta.
Por la Primera sección electoral, por caso, ocupa una banca Roxana López, exfuncionaria de la Municipalidad de Tigre. Por la Segunda logró renovar por cuatro años más Fernanda Díaz. En la Tercera, en tanto, cuentan con dos representaciones femeninas: Mariana Larroque, hermana del “Cuervo”, y Berenice Latorre, exfuncionaria de Mayra Mendoza.
Por la Quinta está Juan Ignacio “Cote” Rossi, quien logró la reelección el año pasado. Por la Sexta cumple funciones Maite Alvado. Y por la Octava asumió, en diciembre de 2021, el exconcejal platense Ariel Archanco. En Senadores, en tanto, el camporismo tiene cinco legisladores, y aquí sí tiene representación la Cuarta sección.
Es a través de María Elena Dafunchio, quien consiguió renovar su banca por otros cuatro años en los comicios de 2021. Completan la nómina Facundo Ballesteros, por la Segunda sección; Emmanuel González Santalla, por la Tercera; y Pablo Obeid y Gervasio Bozzano, por la Quinta sección electoral.
Por su parte, el Evita apenas cuenta con una sola legisladora, y es de la Tercera sección. Se trata de Patricia Cubría, quien despertó la polémica en torno a la territorialidad de ambas agrupaciones al revelar sus intenciones de competir por la intendencia de La Matanza en los comicios de 2023. Así, Alberto Fernández apostaría a sumar músculo en un distrito clave en medio de la interna que sostiene con el kirchnerismo.
Primera Sección: Dos por uno en las intendencias y parejos en los concejos
De los 24 partidos que integran la Primera sección electoral, 18 son administrados por intendentes del Frente de Todos. Sin embargo, solo dos pertenecen a La Cámpora: Hurlingham y Mercedes. En el primero de los casos, Damián Selci se hizo cargo del Municipio luego de que Juan Zabaleta, jefe comunal electo, pidiera licencia para asumir al frente del Ministerio de Desarrollo Social de la Nación.
Como el joven camporista había liderado la boleta de concejales se convirtió en el sucesor natural, pese a la tensa relación que Zabaleta mantiene con la agrupación que lidera Máximo Kirchner. Tal es así que en el distrito no hay concejales de la “orga”, pero tampoco los hay que respondan al Evita.
En el segundo de los casos se trata de Juan Ustarroz, hermano de la vida del ministro del Interior de la Nación, Eduardo “Wado” de Pedro, y uno de los principales referentes de La Cámpora. Allí la agrupación también cuenta con tres concejales.
En total, en los distritos del AMBA que pertenecen a la Primera sección la agrupación tiene 21 ediles repartidos en los siguientes municipios: Campana (2), General Rodríguez (1), General San Martín (1), José C. Paz (2), Malvinas Argentinas (2), Mercedes (3), Merlo (1), Moreno (1), Morón (1), Pilar (2), San Fernando (1), San Miguel (1), Tres de Febrero (2) y Vicente López (1).
Por el otro lado, el Movimiento Evita tiene una sola intendencia: la de Moreno, en manos de Mariel Fernández, quien despojó al alcalde peronista Walter Festa en una furiosa interna, allá por el 2019. Por eso, la agrupación hoy ostenta seis bancas en el Concejo Deliberante, de un total de 16 que posee en otros distritos de la sección electoral que pertenecen al Conurbano: Escobar (1), Luján (1), Malvinas Argentinas (1), Mercedes (1), Morón (1), Pilar (1), Tres de Febrero (1), Vicente López (2) y General San Martín (1).
Así, a pesar de contar con una intendencia menos, el Evita ha sabido desplegarse de manera territorial en la Primera sección, donde también buscará pelear por nuevos municipios de cara al 2023. La posibilidad de que se abran las PASO, incluso en los distritos donde gobierna el FdT, es una idea que entusiasma a la agrupación que hoy respalda al presidente Alberto Fernández en su interna con el kirchnerismo.
Tercera Sección: Ventaja para el Movimiento Evita en los HCD del bastión peronista
Pese a que corren con desventaja en cuanto a las intendencias, el Movimiento Evita cuenta con mayor cantidad de concejales en la populosa Tercera sección electoral, el principal e histórico bastión peronista.
Según pudo saber La Tecla, la organización que lidera Emilio Pérsico cuenta con 14 ediles en los principales distritos de la región que integra el Area Metropolitana de Buenos Aires, incluso en municipios donde La Cámpora no ha logrado colar siquiera una representación.
En detalle, el Evita tiene representantes locales en Berazategui (1), Cañuelas (1), Ensenada (2), Ezeiza (2), Florencio Varela (2), Lanús (2), Lomas de Zamora (2), Quilmes (1) y San Vicente (1). Por su parte, la organización ultra K cuenta con una intendencia orgánica, la de Mayra Mendoza en Quilmes, y una “no tan orgánica”, como es la de Almirante Brown, a cargo de Juan José Fabiani.
En el primero de los casos, Mendoza es una dirigente de peso dentro de La Cámpora e integra la “mesa chica” del hijo de la vicepresidenta. Es más, fue una de las grandes ganadoras en el reparto de cargos que se negoció recientemente en la Legislatura, donde también tiene una diputada que le responde.
No obstante, actualmente en el Honorable Concejo Deliberante (HCD) de Quilmes hay solo otros tres ediles de La Cámpora. El caso de Almirante Brown es para otro análisis. Si bien el intendente electo fue Mariano Cascallares, este pidió licencia para asumir como diputado provincial, por lo que hoy la Municipalidad está en manos de Fabiani.
Sin embargo, no todos lo cuentan como un camporista más, un “orgánico”, pese a que mantiene una excelente relación con la agrupación. Quien sin dudas pertenece a La Cámpora es José Lepere, concejal del distrito y segundo de Wado de Pedro. Además de los tres en Quilmes y uno en Almirante Brown, el camporismo tiene otros ocho concejales distribuidos en municipios conurbanistas de la Tercera: Avellaneda (1), Berazategui (2), Berisso (1), Lomas de Zamora (2) y San Vicente (2).
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