Esperan que los padres tengan en cuenta los octógonos y busquen evitar los más nocivos, a la vez que el Estado lo aplique en las compras destinadas a los comedores.
A poco tiempo de la entrada en vigencia de la Ley de Etiquetado Frontal de Alimentos, en la cartera sanitaria aseguran que, entre sus efectos, la industria se verá impelida a elaborar alimentos más saludables porque aumenta la educación del consumidor y, en consecuencia, su conciencia a la hora de comprar.
Sandra Tirado, doctora en Medicina, pediatra y vicejefa del Ministerio de Salud de la Nación, analizó estos primeros tiempos de la norma en diálogo con El Interactivo (lunes a viernes de 12 a 14 por Facebook y YouTube de Ciudadano News), y afirmó: “La verdad que estamos en un proceso de implementación de la ley en donde ya se cumplieron los plazos que tienen que ver con las grandes empresas. Por eso tenemos mayor cantidad de productos en las góndolas con los sellos y así podemos medir el impacto y el cambio de hábitos".
A su vez, sumó que "por ahí necesitamos un poco más de tiempo, pero sabemos que desde las primeras entrevistas y las primeras repercusiones que tenemos que, por un lado, la ley ha sido bien recibida, y eso significa que las personas necesitaban tener esta información de manera más accesible, más clara. Hay un estudio que nos indica que ocho de cada diez personas ven bien que se haya hecho esta ley y se haya implementado".
Al respecto, las autoridades consideran que, seguramente, esas personas que dicen esto es porque la están utilizando. "De alguna manera, contar con esa información y utilizarla seguramente va a llevar a algún cambio de conducta en lo que hace a la alimentación, que es el objetivo principal de la ley, que es promover una alimentación más saludable", consignó.
Acatamiento
Desde la entrada en vigor, “hay empresas que se están poniendo a tono. Hay productos que las empresas definieron, que tienen que ver más con lo que se consume", lo que permitirá "empezar este proceso de cambiar su composición para que tengan menos grasas y menos azúcares".
Esto tiene que ver por un lado con que al momento de elegir, las personas van a optar por productos con menos sellos, y por otro lado porque tener sellos ya hace que no se pueda hacer publicidad para niños, niñas y adolescentes. Entonces también tener sellos dificulta o prohíbe esto que sabemos que en algunos productos relacionados con niños y adolescentes la publicidad influye mucho".
También dijo que se llevó a cabo una encuesta de nutrición y salud que demostró que "más del 25% de los adultos en la última semana había comprado algún producto por pedido de los niños, y que seguramente tenía que ver con la publicidad y con este incentivo de algunos dibujitos animados o algunos animales en las cajas".
Antes, los adultos, sin saber lo que contenían, se los compraban por pedido de los chicos, "entonces que dejen de estar las figuras de animales influye, y nosotros sabemos que los hábitos alimentarios que uno tiene de chico, por ahí de adulto son más difíciles de modificar. Entonces, generar hábitos saludables desde los niños hará que después de grandes tengan buenos hábitos", resaltó Tirado.
En su opinión, “la ley de etiquetado frontal es muy abarcativa, porque tiene esto de la publicidad y también regula los entornos educativos. Esto significa que en los quioscos de los colegios no se pueda vender productos que tengan sellos, o que en los comedores escolares no se adquieran los productos que tienen sellos. Es un trabajo también con docentes para capacitar sobre alimentación saludable y qué significan los sellos para que los chicos los interpreten".
También regula las compras por parte del Estado para los comedores familiares u otros comedores, donde el Estado es el que compra en un trabajo conjunto con el Ministerio de Desarrollo Social. Aparte de eso, en el Ministerio de Salud de la Nación se realizan trabajos con otras áreas relacionadas con la industria en lo que hace a grasas trans o a contenido de sodio.
"Después están las políticas que se llevan a cabo para disminuir el consumo de tabaco y de alcohol. Son varias líneas que sabemos que producen lo que llamamos enfermedades no transmisibles, como diabetes, hipertensión u obesidad. Esto tiene mucho que ver con nuestros hábitos alimentarios, así que también buscamos mejorar desde la regulación para que tengamos una baja de estas enfermedades no trasmisibles”, completó la funcionaria.
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