Por: Agustin Ferreira.
La Ley de Etiquetado Frontal, que establece la obligación de informar de forma clara y visible sobre el contenido de nutrientes críticos en los alimentos envasados, entró en vigor hace unos días en Argentina. La medida, que busca promover una alimentación saludable, ha sido bien recibida por los nutricionistas del país.
Según la licenciada en Nutrición Gabriela Reyna Allan, la implementación de la ley es positiva. La medida no va en contra de la industria, sino que busca informar a la gente para que tenga la oportunidad de decidir respecto a la calidad nutricional de los alimentos que consume. Antes de esta ley, nadie sabía realmente qué contenía un alimento procesado. “La industria tiene que ver que sus productos respeten los límites de nutrientes críticos, y así llevar etiquetas de advertencia o emergencia” destacó. En caso de incumplimiento, los consumidores pueden denunciar a través de la página web de la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología (ANMAT).
La ley también contempla la educación alimentaria en las escuelas. Los productos que contienen nutrientes críticos no pueden ser vendidos en kioscos ni entregados en el desayuno de los chicos. En este sentido, la licenciada destaca que las escuelas son formadoras de hábitos y es importante dar un mensaje claro sobre la importancia de una alimentación saludable.
La experiencia de Chile, que tiene una ley similar desde hace quince años, fue positiva en cuanto a la disminución del consumo de alimentos dañinos. “La responsabilidad también es de la sociedad civil y de los consumidores, deben ser conscientes de lo que compran y lo que consumen” destacó la nutricionista.
La implementación de la Ley de Etiquetado Frontal en Argentina fue bien recibida por los nutricionistas del país. La medida busca promover una alimentación saludable, informando de forma clara y visible sobre el contenido de nutrientes críticos en los alimentos envasados. La industria tiene la oportunidad de leer su producción para que los productos respeten los límites de nutrientes críticos, y los consumidores pueden denunciar en caso de incumplimiento. Las escuelas son clave en la formación de hábitos alimentarios saludables, y la responsabilidad también es de la sociedad civil y de los consumidores.
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