Así lo indicó la nutricionista Mariana Gil en su visita a los estudios de Radio Nuevo Día. El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública.
El consumo excesivo de azúcares, grasas y sodio es un problema de salud pública que se asocia a las enfermedades no transmisibles que más afectan a la población: el sobrepeso u obesidad, la diabetes, la hipertensión arterial, y las enfermedades vasculares, cardíacas, cerebrales y renales.
En pos de una mejor alimentación y cambios de hábitos, fue sancionada el 12 de noviembre de 2021 en Argentina la "Ley de etiquetado nutricional frontal". Finalmente fue reglamentada el 22 de marzo de 2022 (Decreto 151/2022).
"Como colectivo de nutricionistas venimos peleando hace mucho tiempo. La ley se sancionó y no solamente habla del etiquetado frontal y los sellos negros en los alimentos, sino que también incluye regulación de publicidad. La ley es muy amplia y la idea es brindar información al consumidor, de manera simple. Que se pueda entender y leer", indicó la licenciada en nutrición, Mariana Gil, en su visita a los estudios de Radio Nuevo Día.
Y agregó: "La idea es que de manera simple, concreta y legible el consumidor sepa qué está comprando. Desde la ley se brinda la información, luego uno elige".
Los alimentos empaquetados a partir del 20 de agosto, deben llevar los rótulos indetificatorios. Ya es común encontrarlos en gaseosas, galletas, snacks, caramelos, alfajores.
"Saber leer el rótulo alimentario para saber que tipo de alimentación uno quiere tener. Estamos acostumbrados a la industrialización. Hay que hacer pequeños cambios que generen una diferencia notoria en el estado de salud", agregó Mariana.
Los objetivos de esta ley son:
• Promover una alimentación saludable, brindando información nutricional simple y comprensible de los alimentos envasados y bebidas analcohólicas envasadas.
• Advertir a los consumidores sobre los excesos de azúcares, grasas totales, grasas saturadas, sodio y calorías en los alimentos envasados y bebidas analcohólicas envasadas. Y también advertir sobre la presencia de edulcorantes y cafeína, con el fin de no recomendar o evitar su consumo en niños
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