El 20 de agosto comenzó a regir esta norma en alimentos y bebidas sin alcohol que deban portar octógonos negros si exceden los niveles de azúcar, sodio, grasas saturadas, grasas totales y calorías que fija la ley a partir de una fórmula elaborada por la Organización Panamericana de la Salud (OPS). Sobre los primeros alcances, dialogó con FM Vos (94.5) y con Diario San Rafael Rubén David, gerente del mayorista “Oscar David”.
Deben cumplir esta ley todas las personas, humanas o jurídicas que fabriquen, produzcan, elaboren, fraccionen, envasen, encomienden envasar o fabricar, distribuyan, comercialicen, importen, pongan su marca o integren la cadena de comercialización de alimentos y bebidas analcohólicas de consumo humano en Argentina. Los productos envasados y comercializados con nutrientes críticos y valor energético superiores a los establecidos en esa ley, deben incluir en la cara principal un sello de advertencia indeleble por cada nutriente crítico en exceso, según corresponda. Deberán decir “exceso en azúcares”; “exceso en sodio”; “exceso en grasas saturadas”; “exceso en grasas totales”; “exceso en calorías”.
Es una norma aplicada desde el 21 de agosto, siempre y cuando las empresas productoras no hayan pedido prórroga (las microempresas, y las pymes tienen hasta un año para empezar a hacer el cambio). David advirtió que son pocos aún los productos que llegan con el logo correspondiente. “Recién se está empezando a recibir algo, porque son todos los productos que se producen a partir del 21 de agosto. Es decir, en las góndolas van a convivir los productos hechos antes del 21 de agosto con los nuevos”, dijo.
Respecto del impacto que esto puede llegar a tener en el consumo, manifestó que las primeras en colocar estas etiquetas son multinacionales que ya tienen esta aplicación de ley en distintos países, y que tienen vasta experiencia. “Va a ser una ventaja competitiva para quien pueda, de alguna manera no tener esos logos negros en el etiquetado. Cuando un consumidor se pare frente a las góndolas, mire y compare los productos -por supuesto que por experiencia en otros países- mira cuáles son más saludables y cuáles menos”, señaló y agregó que en las economías menos avanzadas, o con algunos problemas en cuanto al consumo, muchas veces tienen un precio más barato los productos de menor calidad, motivo por el cual hay que ver cuál será la reacción de los consumidores. Por supuesto que hay productos que no requieren de ningún logo en el packaging para saber que no son muy buenos para la salud, especialmente aquellos destinados a los niños, como las papas fritas, chizitos, manís salados, etcétera. Independientemente de eso –expresó David– es bueno que el consumidor esté advertido, más allá de que lleve los productos igualmente.
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