Luis Miguel Etchevehere es consciente que muy difícilmente vuelva a presentarse otra oportunidad tan clara como la que tuvo en diciembre pasado cuando estuvo a punto de ser nombrado ministro de Agroindustria por el presidente Mauricio Macri.

En ese entonces, Etchevehere era número puesto para ocupar ese cargo hasta que sobre la hora Alfonso Prat Gay logró convencer a Macri que desista de esa decisión por el alto costo político que le traería y lo designe finalmente al radical Ricardo Buryaile.

Pero no todas fueron pálidas para el actual presidente de la Sociedad Rural (SRA). A partir de la asunción de Macri, Etchevehere cambió notablemente su perfil crítico y se posicionó políticamente por la buena relación que tiene con el presidente.

La cuestión es que en el campo todos saben que Etchevehere sueña con la posibilidad de pasar del gremialismo rural a la política. Y el desafío no es nada sencillo en función de los antecedentes de varios dirigentes agropecuarios que fracasaron en el intento.

Para evitar repetir esos casos, según pudo averiguar La Política Online con diversas fuentes, el entrerriano ya montó un operativo dentro de la SRA para que lo habiliten a un tercer mandato, lo que generó un alto grado de preocupación entre sus opositores.

El tema es que Etchevehere dio un paso fundamental para lograr su re-reelección al garantizarse el apoyo del Comité Directivo compuesto por los ex presidentes Luciano Miguens, Hugo Biolcati, Horacio Gutiérrez y Enrique Crotto.

Son justamente estos ex presidentes quienes quieren mantenerlo a Etchevehere en el cargo con la excusa de que no es conveniente cambiar la presidencia en el marco del 150 aniversario que festeja este año la tradicional entidad rural.

En la SRA los presidentes suelen permanecer durante dos mandatos (cuatro años). Sin embargo, se descuenta que con el apoyo político del Comité Directivo, Etchevehere no tendrá problemas en acceder a un tercer mandato en septiembre próximo.

En tanto, si bien el titular de la SRA tiene el apoyo de los ex presidentes, aún mantiene varios focos de conflictos abiertos con dirigentes juveniles nucleados en el Ateneo, directivos y técnicos de carrera de la entidad que critican su modo de gestionar.

Como sea, los que conocen las internas de la SRA, cuentan que Etchevehere irá a fondo con la idea de obtener un nuevo mandato dado que lo necesita como plataforma para lograr su objetivo político personal de convertirse en ministro de Agroindustria.

Lo cierto es que esto último encendió luces de alarma en la cartera de la avenida Paseo Colón porque ven al presidente de la entidad moverse prácticamente como si fuera ministro siguiéndole los pasos a Buryaile en cada evento al que asiste.

De hecho, la semana pasada Etchevehere viajó a China para participar de la cumbre de ministros de Agricultura del G20 y la anterior aprovechó para hacerle marca personal a Buryaile en una cena del INTA en la sede del ACA en donde estuvo este medio.

En esta línea, un dato no menor es la fuerte influencia que le atribuyen a Etchevehere sobre otras áreas de gobierno. Según publicó La Nación, hace unos días atrás fue a ver a Gustavo Lopetegui para solucionar el conflicto con Monsanto por el pago de regalías.

En los despachos de la Casa Rosada circula la versión de que fue el propio Etchevehere quien solicitó la reunión con Lopetegui y luego el propio dirigente citó al encuentro -supuestamente sin avisar- al presidente de Monsanto, Juan Farinati.

Lo que generó aún más molestias es que hace unas semanas atrás Macri citó a su despacho a Buryaile, quien al llegar a la Casa Rosada se encontró con la grata sorpresa de que en ese lugar estaba nada menos que el presidente de la SRA.

En Cambiemos dudan que Etchevehere pueda lograr su objetivo de ser ministro de Agroindustria de Macri en algún momento, no solo por las causas judiciales que tiene, sino también por el costo que pagaría el presidente al cederle un Ministerio a la SRA.