Se despachó con un peligroso e irresponsable exabrupto que abre la puerta al gatillo fácil policial y a "justicieros" civiles.
El ministro de Seguridad, Marcelo Sain, se declaró a favor de "cagar a tiros a todos" los delincuentes del narcomenudeo. Y el exabrupto le valió al gobierno de Omar Perotti un traspié que la oposición, y también algunos en el peronismo, aprovecharon para criticar al más vehemente del gabinete provincial. Es que con esa frase suelta pareció que el ministro le abriera la puerta al gatillo fácil policial y a los mal llamados "justicieros" en la sociedad civil. El gobernador dijo a Radio 2 que no eran atinadas esas expresiones y aclaró que "si es necesaria la acción, la policía debe tenerla".
El funcionario fue consultado ayer sobre cómo el aparato de seguridad debe planificar el abordaje de la violencia urbana que se traduce ya en más de 170 homicidios en Rosario y en numerosos atentados con disparos de arma de fuego a viviendas particulares. Y la respuesta de Sain sorprendió a la periodista que lo entrevistaba por Radio Sí 98.9: "Yo soy partidario de cagarlos a tiros a todos porque veo que enfrente no hay un Estado que corresponda. No estoy alentando con esto gatillo fácil ni nada, lo que digo es que hubo un Estado endeble".
Sain enfoca su expectativa en la reforma de la operatividad policial que alienta, a caballo de los 3000 millones de pesos que Nación comprometió para que Santa Fe adquiera un paquete tecnológico aplicable a modernizar a la fuerza provincial. "Siempre dijimos que la policía en la calle estaba muy mal dispuesta, corta, y no trabajaba sobre el diagnóstico del delito, que no acontece en todos lados de la misma manera", abundó.
El titular de la seguridad pública analizó que "a partir de la mayor circulación de personas en la ciudad se intensificaron los delitos predatorios de calle, el hurto, el arrebato, el delito no profesional. Como siempre pasó al amparo de cada crisis económica. Las tasas criminales tocaron un pico en 2002 luego del segundo lustro de los 90. Ahora ese terremoto social vino en 4 o 5 meses, de 30% pasamos a 50% de pobres. Es una catástrofe social y viene acompañada de elevados niveles de violencia", se justificó.
Entonces Sain se explayó acerca de todo lo que comprará con el aporte del Estado nacional "para planificar la intervención, el patrullamiento (sic) orientado a cada problemática criminal, y a la policía cuesta enseñarle esto porque no sabe trabajar de otra manera", cuestionó.
También fue crítico de la burocracia estatal santafesina. "Estamos trabajando al 30% de la administración pública, con 25% de personal y a las 2 de la tarde el Estado cierra, menos la policía. Me encantaría pero no puedo cambiar esa cultura de trabajo. Si te parás a las 14.30 en la puerta del Ministerio, un pelotón que sale te pasa por encima", chanceó, filoso como siempre.
Fue entonces que ante la pregunta de cómo abordar la ofensiva de la violencia urbana y el crimen organizado, Sain lanzó eso de que es "partidario de cagarlos a tiros a todos".
Para Perotti "si es necesaria la acción, la policía debe tenerla, uno sentía que la policía había perdido capacidad, presencia. La acción, el uso de la fuerza es parte de su rol".
La frase del ministro de Seguridad desató una serie de críticas. El constitucionalista Domingo Rondina cargó contra Sain: "Estas cosas no deben decirse ni en broma. Después nos arrepentimos cuando la policía se desboca y termina en muertos por gatillo fácil. La señal de la política debe ser de prudencia y de profesionalismo, no de violencia".
También llovieron palos socialistas. "¿La respuesta de la provincia a la inseguridad es más violencia? Exigimos al gobernador urgentes explicaciones por los dichos de su ministro. ¡Necesitamos un plan de seguridad y no más balas! ¿Esto era la paz y el orden?", apuró la diputada Lionella Cattalini. "El intento de aplicar la ley del talión muestra la impotencia de la política de seguridad en la provincia. La paz y el orden a balazo limpio viola todo principio constitucional", reprochó la concejala Susana Rueda.
La racionalidad del Pájaro
"Las balaceras –analizó Sain– están concentradas en el 13% del territorio en Rosario y en el 7% en Santa Fe, limitadas a un espacio de disputa de los mercados ilegales de droga. Las organizaciones están esmeriladas en sus primeras y segundas líneas, sus jefes están presos. A diferencia de Santa Fe, donde el narcotráfico es más negociador y subordinado al Estado, pacífico, en Rosario priman los tiratiros. Hoy los gerentes del territorio en Rosario son muy violentos, rústicos y no conocen la negociación con el Estado ni con otros sectores criminales.
Se disputan un barrio y se matan dos o tres cada uno. Con sujetos racionales negociaríamos. Esa racionalidad primaba con el Pájaro Cantero, Luis Medina y otros referentes; pero hoy eso no está presente, y no hay un Estado que lo ordene legal o ilegalmente", abundó.
Tras ello, atribuyó a Ariel "Guille" Cantero –preso en Piñero y condenado a 22 años de prisión– el origen de esta escalada de violencia, y por eso reclamó mayor intervención estatal sobre las instituciones del sistema. "Hay que ver el rol de los servicios penitenciarios en el régimen de encarcelamiento de estos altos criminales, aislados y sin comunicación porque son el origen de esta violencia. El último ejemplo, el asesinato de Trasante", relacionó.
Por último, repitió un argumento que en su momento también esgrimían desde los gobiernos del Frente Progresista: "Esto existe y tiendo a pensar que detrás hay mucha gente a la que le causamos daño, porque no negociamos con nadie, con ningún sector policial ni criminal. Somos una gestión incómoda para todos estos", dijo Sain.
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