Quiere ganar en Salta este año y no apoyará a ningún candidato en las legislativas de la provincia de Buenos Aires. Asegura que “el peronismo está gravemente herido”
Juan Manuel Urtubey abrió ayer el período de sesiones ordinarias. Su mensaje estuvo centrado en lo local, porque quiere volver a ganar, como lo hace desde 2007 en forma ininterrumpida. Este año hay elecciones legislativas y buena parte de la población se queja porque dedica mucho tiempo a recorrer el país con su segunda esposa, Isabel Macedo, descuidando lo que sucede en la provincia.
Sin embargo, no se privó de dar mensajes nacionales muy puntuales. Agradeció las obras del Plan Hábitat, con una inversión de 3500 millones de pesos de la Nación para la construcción de viviendas en zonas vulnerables, el aumento del corte de etanol en naftas y la reducción de las retenciones agrícolas, pero pidió la disminución de las cargas patronales en "estas zonas de menor desarrollo relativo", como parte de un esfuerzo para mejorar la competitividad. También acicateó algo al Plan Belgrano, por sus demoradas obras de infraestructura. Fueron las críticas más fuertes que le hizo a Mauricio Macri.
No es que esté de acuerdo con todo lo que hace el Presidente, ni tampoco que no comparta diálogos con sus pares, los gobernadores peronistas, cada vez más críticos con el gobierno nacional ("matalo al hijo de puta ese", es una de las tantas recomendaciones que recibe al respecto), sino porque está convencido de que en la Argentina de hoy existen claramente dos polos, Macri y Cristina, "no podés estar en la mitad".
Urtubey llegó a esa conclusión porque es un profesional. Antes de iniciar su carrera estrictamente política, cuando fue elegido diputado nacional en 1999 (llegó a ser presidente del bloque PJ a los 33 años y presidente de la Comisión de Asuntos Constitucionales a los 35), fue secretario de medios del gobernador Juan Carlos Romero. Actualmente tiene el equipo de comunicación más profesional del peronismo, con encuestadores propios que jamás erraron un cálculo electoral, con quienes analiza semanalmente el estado de ánimo de la sociedad.
Así es que sabe que aunque la imagen negativa del Presidente aumenta cada día, la mayoría de la población quiere que al Gobierno le vaya bien, porque "no hay forma de que le vaya bien a nadie, si a la Argentina le va mal". Y que "solo los fanáticos quieren volver al pasado con Cristina, todos los demás quieren ir para adelante".
Hoy en la provincia de Salta tiene el 65% de imagen positiva y a escala nacional alcanzó el 70% de conocimiento. Infobae le preguntó a un estrecho colaborador si se trataba del "efecto Macedo", que le permite ingresar al Gobernador al circuito de los programas de la tarde en la televisión. "Al arrancar el 2015, Juan Manuel tenía 31% de conocimiento, pero subió al 60% porque recorrió el país haciendo campaña para (Daniel) Scioli, o sea, antes de formalizar su relación con Isabel. Desde entonces aumentó otro 10%, es lo que le sumó ese vínculo", explicó. Ya se dijo más arriba, profesionales de la comunicación.
Por eso Urtubey no va a respaldar ningún candidato en la provincia de Buenos Aires. Y no porque no se lo hayan propuesto. Desde su punto de vista, hay cuatro espacios peronistas en el principal distrito del país: kirchnerismo duro, kirchnerismo peronista, peronismo tradicional y massismo. "Un peronismo dividido en cuatro está herido de gravedad", dicen cerca de él, "no hay posibilidad de que gane y, por el contrario, si el peronismo pierde nos allana un poco el camino, porque facilitará la construcción de un liderazgo que hoy no advertimos".
En concreto, para la gente de Urtubey, "una cosa es la elección de este año y otra la del 2019". Agregan: "Nuestra construcción es periférica, de afuera hacia adentro, posicionándonos sin sobreactuar, serenos, sobre todo ahora que estamos tranquilos, desde que el año pasado le ganamos en forma contundente a nuestro rival político".
Hablan de Juan Carlos Romero, el segundo caudillo peronista que tuvo la provincia (el primero fue su padre, Roberto Romero), que libró durante ocho años una dura pelea contra Urtubey. "¿Viste la guerra de los Kirchner contra Clarín? Bueno, esta fue inmensamente peor", aseguró un funcionario salteño.
Sucede que, en el 2007, Urtubey le ganó con el sello FpV a Walter Wayar, candidato del PJ que comandaba Romero, por un ajustado margen. En el 2011 fue reelecto con una diferencia aplastante, cuando compitió contra Alfredo Olmedo que, aunque tuvo el respaldo de Romero, apenas alcanzó el 25% de los votos. En las elecciones a gobernador de mayo de 2015 fue Romero, directamente, el que salió a la competencia, en una fórmula que compartió con el sojero, pero volvió a ganar Urtubey con el 51% frente a 31% que alcanzó su rival.
Es por eso que en esta provincia se valoró especialmente la presencia de los cuatro gobernadores salteños vivos en la inauguración del Museo Güemes, o sea, Urtubey, Romero, Hernán Cornejo y Roberto Ulloa, un mensaje de alta institucionalidad, muy bienvenido después de ocho años de batallas políticas internas, que continuarán, pero en un marco de convivencia.
El espacio para dar ese mensaje no pudo ser mejor. Martín Miguel de Güemes fue el primer gobernador elegido sin intervención de Buenos Aires y su figura es ejemplo de patriotismo y valentía: "Nada temo, porque he jurado sostener la independencia de América y sellarla con mi sangre".
El Museo Güemes es una cruza excepcional de tradición con alta tecnología. Se trata de una puesta realizada en la casona donde nació y vivió el prócer hasta los 14 años, cuando se trasladó a Buenos Aires a luchar en las Invasiones Inglesas.
En un recorrido por 10 salas, que empieza con pantallas donde hablan sus padres, Gabriel de Güemes Montero y María Magdalena Goyechea, y termina con una producción titulada "Legado", donde a partir del cuadro de Antonio Alice (pintado en 1910), que refleja la agonía de Güemes después de ser herido en una emboscada, un grupo de actores vestido como los personajes de la obra pictórica representa un texto que logra emocionar a los visitantes.
El doloroso final del líder de la guerra gaucha que protegió las espaldas de San Martín para que pueda atacar a los realistas por Chile y Perú, el único general muerto en el campo de batalla, no aceptó la atención médica que le ofrecían los godos a cambio de rendirse. Infobae fue testigo de la gran cantidad de personas que sale conmovida del recorrido museístico, igual que Macri, que también quedó impactado con la experiencia, según informaron los empleados que estaban el día de la inauguración.
Finalmente, de eso se trata la apuesta de Urtubey: tradición, modernidad, peronismo republicano. Mientras tanto, administra una provincia pacífica, que hasta se puede dar el lujo de tener clases normalmente, porque los gremios docentes aceptaron un aumento de 16% en dos tramos. La pobreza estructural sigue siendo un grave problema, y también la desnutrición infantil, pero hay activos en marcha. Del otro lado, mejoró el empleo y la actividad económica, "aunque muy despacito".
Cerca de él aseguran que, al modo de Güemes, tiene previsto dejar su propio legado, a saber, que los gobernadores solo puedan ser reelegidos una vez. Cuando alguien le pregunta por qué aceptó una segunda reelección explica que "pude haber sido candidato a vicepresidente de Scioli, pero preferí volver a competir como gobernador porque, de otro modo, la provincia corría el riesgo de volver al pasado" (con Romero). Si se lo consulta acerca de si tiene previsto coronar su carrera política postulándose a presidente en el 2019 solo dice "si tiene que suceder, será".
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