La estrategia que insinúa Raverta para volver a presentar batalla

La estrategia que insinúa Raverta para volver a presentar batalla

La titular de Anses prepara su sendero electoral en un escenario convulsionado por las internas del Gobierno. Combinará los duros planteos de su bloque en el Concejo con una agenda positiva. El intendente, con mayor protagonismo y lejos de Kicillof.  

Por Ramiro Melucci

Hay dos escenas que Fernanda Raverta mira en simultáneo. La primera es la descomposición del vínculo entre el presidente Alberto Fernández y la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner, que repercutirá el año próximo en la grilla electoral del Frente de Todos. La segunda es la elevación del perfil público de Guillermo Montenegro, con embestidas al kirchnerismo y contrapuntos con Axel Kicillof.

Los problemas conyugales en la cúpula del poder son percibidos como un asunto irresoluble que, de todos modos, no desembocará en una ruptura definitiva. En el Frente de Todos eligen para retratar el momento la figura de un matrimonio que solo por conveniencia no firma el divorcio. La titular de la Anses, identificada con la vicepresidenta, cree que la convulsión interna llegó para quedarse y que en ese escenario debe diagramar su hoja de ruta para ir otra vez por la intendencia. Esta vez con una probable competencia previa en las PASO para dirimir la candidatura.

Bajo los misiles cotidianos que vuelan entre Olivos y el Instituto Patria e impactan en la Casa Rosada, la funcionaria mantiene la relación de trabajo con las diversas áreas de la administración, incluso con el Ministerio de Economía. Por cierto, en los últimos días definió la instrumentación del refuerzo de ingresos para jubilados y pensionados con el equipo de Martín Guzmán, el hombre del Gobierno más resistido por su jefa política.

En medio de los asuntos de gestión no pasan desapercibidos los movimientos del intendente. La lectura del Frente de Todos es que el raid mediático de Montenegro forma parte de un posicionamiento provincial en la interna de Juntos por el Cambio y, en especial, del PRO. Es evidente, bajo esa óptica, que el jefe comunal empieza a compartir protagonismo con los alcaldes amarillos del conurbano. La semana pasada, Néstor Grindetti, de Lanús, y Diego Valenzuela, de Tres de Febrero, también se negaron públicamente a salir a controlar precios ante la escalada inflacionaria, como les pidió el gobernador, y a clausurar comercios, como propone el proyecto de ley del senador provincial Francisco Durañona, del Frente de Todos.

La decisión de tomar distancia de Kicillof y las duras críticas al kirchnerismo son interpretadas a su vez como una estrategia del PRO para evitar una fuga de votos por derecha, ante el atractivo que despierta la figura de Javier Milei. En el Frente de Todos analizan que este nuevo rostro que muestra el intendente (“el verdadero”, definen) no impacta en el electorado de Raverta, sino que está destinado a confirmar el propio.

Aunque el espacio que conduce la jefa de Anses seguirá ejerciendo una oposición tenaz en el Concejo (lo que se volvió a ver el jueves en el recinto), evitó responder las acusaciones del intendente vinculadas a la obstrucción de la gestión y, por el contrario, insinúa una agenda positiva para empezar a delinear el sendero electoral. En ese derrotero se inscribió la celebración del comienzo de las obras de cloaca en los barrios Parque Independencia y Nuevo Golf con financiamiento provincial. También la presentación del Corredor Atlántico de Aerolíneas Argentinas, que terminó juntando en Mar del Plata a Kicillof con el presidente de la línea de bandera, Pablo Ceriani, ante un nutrido grupo de empresarios de diversos rubros.

El éxito de la convocatoria fue subrayado particularmente por Ariel Ciano, director de Desarrollo Turístico de Aerolíneas. El concejal en uso de licencia no tiene dudas de que ese acercamiento con el sector privado es el mejor aporte que puede hacer el Frente Renovador en la coalición que es oposición en Mar del Plata.

Para variar hubo controversia. El intendente no fue invitado. Un pase de factura por la conferencia de prensa que, tras el anticipo de Aerolíneas, había organizado dos semanas antes el Ente Municipal de Turismo junto a autoridades de Puerto Madryn. El teléfono que entonces no sonó fue el de Ciano.

 

En el Frente de Todos analizan que este nuevo rostro que muestra el intendente no impacta en el electorado de Raverta, sino que está destinado a confirmar el propio.

 

Montenegro, por su parte, jugó otra carta que había orejeado días atrás en el marco del siempre escurridizo debate por la coparticipación provincial: pidió ser querellante (y fue aceptado) en la causa por la posible adulteración de la cantidad de habitantes de La Matanza en el Censo 2010, iniciada por Valenzuela.

Después de que su par de Tres de Febrero pusiera énfasis en la proporción de vacunados y de electores habilitados, el intendente aportó en su presentación ante la Justicia el porcentaje que representa la matrícula educativa en la población total. En General Pueyrredon es del 22,4%. En La Plata, Merlo, Lomas de Zamora, Tigre y Quilmes va del 21,5 al 26%. En La Matanza, en cambio, apenas llega al 14,7%. “Una proporción inusualmente baja”, hizo notar.  Así reforzó sus sospechas de que ese distrito, históricamente en manos del peronismo, fue beneficiado en detrimento de los demás en la distribución de fondos.

La tensión política encontró su mejor caja de resonancia en el recinto del Concejo, con la vuelta de las cuestiones previas: temas de actualidad que se debaten antes de la aprobación de los expedientes con dictamen de comisión, suspendidas en la etapa anterior de común acuerdo entre el oficialismo y la oposición para acortar las sesiones en la pandemia.

Una aludió al reconocimiento facial para prófugos. El Frente de Todos confirmó su oposición al proyecto local. Al citar la reciente suspensión judicial en CABA y la prohibición en otras ciudades del mundo, el bloque ratificó la teoría del espionaje y dijo que es un sistema “incompatible con la democracia” que “atenta contra la privacidad y los derechos humanos”. Tras semejantes definiciones ya ni siquiera podría pensarse que reiterará la abstención solicitada en la Comisión de Seguridad, la primera que trató el expediente.

El oficialismo respondió con el manual del gobierno porteño: dejó entrever que el que no está de acuerdo con el reconocimiento facial para prófugos favorece el delito. El presidente del bloque, Agustín Neme, argumentó que en aquel distrito fue clave para capturar a 1695 delincuentes. El dato lo había enarbolado Marcelo D’Alessandro, ministro de Seguridad de Justicia y Seguridad de CABA, antes de presentar una denuncia penal por abuso de autoridad contra el juez que suspendió el sistema. 

El kirchnerismo promovió además un debate sobre el funcionamiento de los centros de salud municipales, que ya había tenido un primer capítulo en la Comisión de Salud, donde se habían escuchado críticas a la salita del barrio Belgrano. Más que involucrarse en esa discusión, Juntos por el Cambio abrió otra paralela, vinculada al estado de la aparatología de los hospitales provinciales. Unos y otros hallaron tierra fértil para detectar falencias donde las buscaron. En ese sentido la realidad sanitaria no defrauda.

El cortinado de fondo era el Congreso Provincial de Salud, del que el municipio no participó y en cuyo cierre, encabezado por Kicillof, la figura política más invocada fue la de la vicepresidenta. En el acto quedó en claro la preferencia del gobernador en la interna oficial, tanto como el momento que atraviesa su relación con Montenegro: vino dos veces a Mar del Plata en una semana y participó de tres actividades, ninguna con el intendente.   

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