La economía circular es un pilar clave en la sostenibilidad. Algunas industrias ven el tema como transversal a sus procesos y cadena de valor. Uno de los ejemplos en el país es el de Coca-Cola FEMSA, que ha transformado sus plantas hacia procesos más ‘verdes’, y trabajan con las comunidades y recicladores de oficio para identificar sus necesidades y así construir soluciones en conjunto.
Durante la Semana de la Sostenibilidad 2024, hablamos en exclusiva con Johana Cerpa, vicepresidente Legal y de Asuntos Corporativos de Coca-Cola FEMSA, para profundizar en sus estrategias y visión a futuro de la industria, así como sobre los principales desafíos que tienen las organizaciones para ser más sostenibles.
Cerpa comentó, por ejemplo, que en los más de 20 años de presencia en Colombia han buscado generar un impacto económico ambiental y social positivo en la sociedad y sus colaboradores. Además, que de allí se desprende su premisa máxima, que la sostenibilidad no es un tema de un área o punto en la cadena de suministro, sino que es transversal y fundamental para la operación.
“Nada hacemos desde el nivel directivo tomando decisiones si nuestros colaboradores no lo viven. Por eso, todas las decisiones que se toman deben pensarse en ser sostenibles, ser eficientes en el uso de residuos post industriales, en tener una mentalidad ágil y digital. Pero no solo para el bienestar de los colaboradores o clientes, también ser buenos vecinos e ir en pro de los consumidores y las comunidades donde tenemos presencia”.
OBJETIVOS CLAROS
La vicepresidente dice que Coca-Cola FEMSA tiene unos objetivos muy claros que comienzan ‘en casa’; por ejemplo, sus siete plantas de producción están certificadas Basura Cero por Icontec, un reto que busca recolectar reutilizar esos materiales post industriales. En esa línea hacia la economía circular hoy trabajan con una fundación de mujeres en Cartagena para reutilizar toneladas de ropa de sus uniformes de dotación que se transforman en nuevas prendas.
A nivel externo, su principal objetivo es tener un mundo sin residuos, una meta ambiciosa que espera a 2030 recolectar y reciclar el equivalente al 100 % del material que ponen en el mercado en envases y empaques. También le apuntan a un uso más eficiente del recurso hídrico, a una flota mucho más amigable con el medio ambiente, a fortalecer su programa Reciclave con el que crean soluciones en conjunto con los y las recicladores de oficio, y a trabajar en tres pilares: diseñar recolectar y tener más alianzas estratégicas.
DE CARA AL FUTURO
A largo plazo su objetivo es poder impactar cada vez más positivamente la economía social y ambiental de las comunidades donde tienen presencia e incidencia, al punto que lo consideran una ‘obsesión’ y un punto que no se puede obviar. Con ello quieren llegar a más ciudadanos y personas con mejores proyectos, recalcando su meta de 2023 de reciclar todo lo que producen.
“Buscamos mejores decisiones de negocio para que la rentabilidad vaya de la mano con la sostenibilidad. Otro pilar es la eficiencia del recurso hídrico, el mayor de todos, donde trabajamos a diario para crear estrategias de reabastecimiento, de conservación de las cuencas y fuentes hídricas, que también es nuestra obsesión porque tenemos que lograr devolver la naturaleza el equivalente, y más, de lo que captamos. En general seguiremos pensándonos como una compañía con una estrategia holística, que pone la sostenibilidad como eje fundamental en el negocio para el desarrollo de las comunidades en las ciudades donde estamos operando”, finaliza Johana Cerpa, vicepresidente Legal y de Asuntos Corporativos de Coca-Cola FEMSA.
Comentá la nota