Al final habrá veinte boletas de legisladores porteños compitiendo el 27 de octubre, que contendrán a docentes, filósofos, sociólogos, fotógrafos, militantes sociales, exmilitares y menos abogados.
Iván Petrella, el teólogo bailarín
Ya se sabía que Iván Petrella iba a estar a la cabeza de la lista del Pro, por lo que en este rubro no hubo sorpresas. Es extraño el métier de este intelectual de 43 años, hijo del exvicecanciller de Carlos Menem, Fernando Petrella, que comenzó estudiando en la Escuela de Servicio Exterior de la Universidad de Georgetown, luego cursó una Maestría en Estudios Teológicos en la Escuela de Divinidad de Harvard y, finalmente, recibió un Doctorado en Religión y Derecho de parte del Comité para el Estudio de la Religión en la Escuela de Graduados de Artes y Ciencias de la Universidad de Harvard. Sus afanes teológicos lo acercaron a los demócratas, con los que intentó quebrar el monopolio religioso de los republicanos en la política norteamericana.
Petrella es presentado como un estudioso de la Teología de la Liberación, a la cual intentó vincular con otras teologías surgidas en Europa y en África. Bailarín de tango aficionado, el flamante candidato, que es director académico de la Fundación Pensar, ha recomendado a los jóvenes que lo imiten si quieren conseguir chicas.
Gustavo Vera, de La Alameda al potus
Presidente vitalicio de la fundación La Alameda, que nació tras la ocupación de un bar del mismo nombre, ubicado en Lacarra y Directorio, Vera fluctuó en su militancia entre el asambleísmo surgido al calor de las rebeliones de 2001, la denuncia contra la esclavitud laboral en los talleres textiles y el escrache contra la actividad de los prostíbulos en la Ciudad, en donde se explota a mujeres y muchas veces se somete a esclavitud a chicas de humilde condición que son secuestradas y obligadas a trabajar en el mercado del sexo tarifado.
Amigo personal del cardenal Jorge Mario Bergoglio, llegó a la desmesura –un rasgo habitual de su personalidad– de comparar al actual pontífice con el padre Carlos Mugica y los seminaristas palotinos, que fueron asesinados por una patota militar el 4 de junio de 1976, en la Iglesia de San Patricio.
En los tiempos inmediatamente posteriores al año 2003, este organizador social fue kirchnerista e incluso recibió contención y protección del secretario general de la Presidencia de la Nación, Oscar Parrilli, que facilitó el crecimiento exponencial de La Alameda con sus buenos oficios.
Su linterna estuvo a punto de apagarse cuando en los primeros reportajes que se le hicieron arremetió con muy poco sentido político contra todos y todas, repartiendo acusaciones de “mafiosos” a troche y moche. Tiempo atrás, llegó a apuntarle al ministro de la Corte Eugenio Zaffaroni cuando se descubrieron prostíbulos en departamentos que él había alquilado. De todos modos, este militante social que también suele apoyar las luchas de los cartoneros deberá postergar las anchas alamedas para pasar a conformarse con los potus de interior, que son los únicos vegetales que podrá plantar en las oscuras macetas legislativas.
Un plebeyo que frecuenta los palacios
Si los anteriores no lo fueron, el primer candidato a legislador del Frente para la Victoria, Jorge Enrique Taiana, constituyó una absoluta sorpresa, que se develó recién cuando empezaron a sonar los teléfonos de los candidatos, que eran convocados desde la Casa Rosada para firmar las planillas que se debían presentar ante la Justicia Electoral.
A partir de su seguro acceso al Palacio Legislativo de Perú 130, este sociólogo de 63 años, paradójicamente, habrá conocido otro palacio, que se agregará al Palacio San Martín, que ocupó cuando fue canciller entre el 1 de diciembre de 2005 y el 18 de junio de 2010. Renunció después de sostener un desacuerdo con la Presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner, pero, a diferencia de otros, permaneció fiel a su liderazgo y a su proyecto político.
La paradoja del palacio viene a cuento por la antigua militancia de Taiana, quien conoció la cárcel en tiempos de la dictadura –estuvo cautivo durante siete años, la mayoría de ellos en el penal de máxima seguridad de Rawson–, cuando estar prisionero de los militares era vivir permanentemente en el pasillo de la muerte. Al salir de prisión siguió militando por los derechos humanos y llegó a ocupar la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.
Taiana suma a su extensa trayectoria militante su paso por el Ministerio de Educación, donde fue jefe de Gabinete de su padre, que además fue durante muchos años el médico personal del general Juan Domingo Perón.
En 1975, el ex canciller recibió amenazas de la Alianza Anticomunista Argentina –la Triple A–, que desoyó y lo mismo se quedó en el país, solo para conocer el dudosamente confortable albergue de Rawson.
Militar para conjurar a la muerte
Pablo Ferreyra encabeza la lista de Alternativa Popular, una candidatura que tampoco fue sorpresiva. Este exmilitante del Partido Obrero tiene 34 años, es fotógrafo y artista visual y es el hijo de una docente y de un trabajador de un supermercado.
Su hermano, Mariano Ferreyra, que permaneció en el Partido Obrero tras la partida de su hermano en 2004, fue asesinado por una patota sindical tras protagonizar un corte del servicio ferroviario y un posterior enfrentamiento a piedrazos con obreros ferroviarios.
Tras el crimen de su hermano, Pablo redobló sus esfuerzos para combatir la precarización laboral, la actividad contra la que estaba protestando su hermano cuando fue asesinado. Además, patrocinado por el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), impulsó la causa contra los asesinos de Mariano, logrando la condena de los integrantes de la patota que lo mató y del secretario general de la Unión Ferroviaria, José Pedraza.
La lista de Alternativa Popular lleva en su nómina a militantes de izquierda que apoyan al Gobierno, tal como lo hiciera en 1973 la lista que propuso el Frente de Izquierda Popular que lideraba Jorge Abelardo Ramos, que proponía: “Vote a Perón desde la izquierda”. La propia Presidenta de la Nación reconoció públicamente el lunes último que votó aquel 23 de septiembre de 1973 con esa boleta y no con la oficial del Partido Justicialista.
La botica del Ángel
Se puede decir que si algo no muestran las listas legislativas es uniformidad.
El Frente de Izquierda lleva al economista y profesor universitario Marcelo Ramal en el primer lugar, seguido por el militante universitario Patricio del Corro y por Ana Lastra y Carlos Artacho.
La nómina de Camino Popular estará encabezada por el sindicalista Fabio Basteiro, al que seguirán el médico Jorge Selser y Carla Rodríguez.
Graciela Ocaña, “la Hormiguita” según su examiga Lilita Carrió, encabezará la boleta de Confianza Pública, el partido del sindicalista del juego Daniel Amoroso, a la que siguen Cristina Ventura y Marcelo Depierro.
El hasta hace poco Proyecto Sur Rafael Gentili formó su propio partido –que llamó, con escasa originalidad, Izquierda Democrática– en tiempo récord para intentar la aventura de seguir en la Legislatura. Lo acompañan en la ocasión el socialista José Rodil y Claudia Cotuli.
El militante de la CTA Sergio García encabezará la lista de Nueva Izquierda, seguido por la comunera Maru López y por el actor Héctor Bidonde, que alguna vez fue legislador por Autodeterminación y Libertad, que lidera aún el extrotskista Luis Zamora. Precisamente, este partido llevará, a su vez, a Fernando Vilardo como primer candidato a legislador.
El Movimiento, el extraño partido que responde a Jorge Sobisch no se sabe para qué, porque políticamente casi no existe, llevará al inefable actor de teatro de revistas Moisés Ikonicoff, seguido por el amigo de Eduardo Massera, Carlos Tórtora y por Graciela Patané, que en 2005 integró la lista todoterreno de Moria Casán.
El Partido de la Red pretende erigirse en la representación política de los “cyberconectados” y propone actuar de acuerdo a lo que voten sus seguidores en las plataformas digitales. Agustín Frizzera, sociólogo con un máster en Gestión Ambiental, llevará las banderas de los jóvenes militantes de la Red de Redes.
El Nuevo Mas estará representado por la militante feminista Manuela Castañeira, de la agrupación Las Rojas, que abogan por la legalización del aborto y por la profundización de las medidas de protección a las mujeres víctimas de la violencia de género.
Si bien Alberto Rodríguez Saá bajó la lista de Compromiso Federal después de su fracaso en las primarias, tres de los minúsculos partidos que lo apoyaron promoverán la solitaria carrera de Carlos Maslatón a la Legislatura. Son ellos Unir, que encabeza Jaime Chemea; Es Posible, que aúna las voluntades de Juan Carlos Blumberg y del inefable Raúl Padró, y la Democracia Cristiana, que lidera Carlos Traboulsi.
El Partido Liberal Libertario lleva como primer candidato a legislador a Gonzalo Blousson, que se define a sí mismo como un “emprendedor y librepensador”.
Los que vienen después son varios partidos casi imperceptibles, como Federalismo en Desarrollo (Carlos Nieve), Acción Ciudadana (Edith Schiaffino), Movimiento Independiente de Jubilados y Desocupados (Daniel Castiñeiras), Partido Federal (Sergio Nahabetian), Partido Popular de la Reconstrucción (Gustavo Breide Obeid) y Bandera Vecinal (Alejandro Biondini).
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