El precandidato a suceder a Bonfatti aceptó que "de cada etapa se aprovecha lo bueno que se hizo y hay que plantearse nuevos objetivos". Coincidió con su compañero de fórmula: "Somos la propuesta que no quiere volver a la vieja Santa Fe".
Miguel Lifschitz encaró ayer en Rosario el desafío de confirmarse como la continuidad de Hermes Binner y de Antonio Bonfatti, y de imbuirse a la vez como "la nueva etapa del Frente Progresista". Y fue su compañero de fórmula, el radical Carlos Fascendini, el dueño de las frases más filosas contra los adversarios en la campaña. "Hay uno que se la pasó criticando al Frente Progresista y diciendo que no sería dama de compañía de nadie, y termina siendo la sirvienta de un proyecto que nadie quiere para Santa Fe, que es de los '90", lanzó directo contra Jorge Boasso, su correligionario que acompaña a Miguel Del Sel en la fórmula del Pro. "Hace siete años que venimos transformando una realidad atrasada que en 24 años el peronismo no pudo superar", dijo luego. En primera fila, los aplaudieron Binner, Mónica Fein, Raúl Lamberto, el titular de la UCR departamental, Julián Galdeano, los diputados Maximiliano Pullaro y Santiago Mascheroni y otros dirigentes como Alicia Gutiérrez (Partido SI), Gabriela Sosa (Libres del Sur), Fabián Peralta (GEN) y Gabriel Real (PDP).
Un lugar inusual para la presentación de un binomio de políticos un salón de eventos junto al río valorado por la concurrencia por el aire acondicionado en un mediodía tórrido. Allí recaló la dupla oficialista en la interna del FP, que viene en recorrida y campaña: primero Santa Fe, luego Reconquista, y esta semana completarán con Venado Tuerto y Rafaela.
Lifschitz apeló a un discurso emotivo, de apelación a los cuadros militantes, antes que a plataforma de gobierno. Hizo un repaso de su vida de rosarino hasta desembocar en la generación del FP, al que definió como "una herramienta inédita en el país, comparable con el Frente Amplio uruguayo y la Concertación Democrática de Chile". Destacó a Bonfatti ausente porque "de ser gobernador podría haber elegido ir por un lugar con más brillo, senador tal vez, pero es militante y decidió ser diputado provincial y trabajar desde ahí". Y despertó la primera tanda de aplausos.
El precandidato a suceder a Bonfatti aceptó que "de cada etapa se aprovecha lo bueno que se hizo y hay que plantearse nuevos objetivos". En este sentido, dijo que hay que invertir "en infraestructura, transporte, caminos rurales, rutas, energía y agua potable". También consideró que "una prioridad será la lucha contra el narcotráfico y la violencia, la inseguridad, no sólo del próximo gobernador sino de todos, y del próximo presidente también", extendió.
Consultado por el día después de las primarias en las que habrá enfrentado al radical Mario Barletta y al socialista Rubén Giustiniani, el ex intendente dijo: "Que al otro día estemos trabajando juntos". Pero al advertírsele que el senador nacional critica la gestión actual como el más acérrimo opositor, Lifschitz terció: "Eso no le sirve ni al FP ni a Rubén tampoco, porque le arrima votos a la oposición. Pero a veces no todos asumen su responsabilidad de la misma manera. Nosotros no entramos a discutir en ese terreno. Si nos toca ganar, tendremos una mano generosa con nuestros adversarios para trabajar juntos al otro día".
El socialista reconoció que "puede haber disconformes en ocho años en los que hayan esperado soluciones que aún no llegaron, pero siempre actuamos con la verdad, no inventamos cifras favorables ni tenemos un Indec paralelo. No nos subimos a cualquier colectivo". "En esta fórmula está representado el 80 por ciento del Frente Progresista. Somos un gran frente electoral, y un gran equipo de gobierno, que no vemos el futuro mirando por el espejo retrovisor".
"Acá -agregó- no verán ningún rejunte circunstancial. Nosotros somos la propuesta que no quiere volver a la vieja Santa Fe. Y lo decimos con orgullo: acá no pasarán los que quieren imponer las viejas recetas de los 90". Lifschitz resaltó: "Somos la continuidad de los gobiernos de Hermes y Antonio. Tomaremos de ellos lo mejor que han hecho, y vamos a cambiar lo que aún queda por mejorar".
Fascendini no se caracteriza por definiciones rotundas como ministro de la Producción, pero ayer mostró las uñas y la cintura. Consultado por el entusiasmo del titular de su partido, Ernesto Sanz, a la alianza entre Mauricio Macri y Elisa Carrió, el esperancino se abrió: "La convención nacional se reunirá en marzo y definirá allí las posibilidades de la UCR en cuanto a alianzas. Santa Fe da el ejemplo, porque seguimos una idea, no de partido, sí de un proyecto. Hace siete años que el FP viene transformando una realidad atrasada que el PJ no pudo superar en 24 años". Para afirmar eso se basó en acueductos, hospitales y en la devolución de la coparticipación completa del 13,73 por ciento a municipios y comunas.
El radical se despidió de los rosarinos que empezaron a conocerlo más con un dardo contra Miguel Del Sel y contra su correligionario, Jorge Boasso, que ahora acompaña al humorista en el binomio del Pro. "No entendemos la política ni el gobierno como un chiste ni una aventura que si perdemos nos retiramos. Los que tomaron otro camino no merecen explicación, que se expliquen los que por mucho tiempo criticaron las políticas del FP y ahora optaron por otro. Decían que no querían ser damas de compañía de otro partido, y terminan siendo sirvientas de un proyecto totalmente ajeno a nosotros", terminó.
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