El gobernador multiplica sus visitas a los municipios. Poder territorial más figura taquillera mata ola amarilla. Una cadena de favores basada en la gestión.
Por Macarena Ramírez
En este primer tramo de campaña hacia las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) del 13 de agosto, el gobernador Axel Kicillof se monta a una agenda cargada de presencias en el territorio junto a los intendentes. La hoja de ruta incluye destinos del interior, pero se centra fundamentalmente en el conurbano de los millones de votos, con actos y apariciones basados en la gestión que, esperan, termine catapultándolos a un triunfo en el pago chico y, consecuentemente, en la provincia, donde al otro lado de la grieta se trenzan en una disputa amarilla los precandidatos Diego Santilli y Néstor Grindetti. La del gobernador y los intendentes es, más que nunca, una sociedad de socorros mutuos.
Sus presencias en el conurbano se multiplican. Este lunes, estuvo en Malvinas Argentinas junto a la intendenta interina, Noelia Correa, y el jefe comunal en uso de licencia que va por la reelección, el ministro de Infraestructura Leonardo Nardini. La recorrida por el conurbano continuó este martes: previo paso por Zárate, adonde viajó para apuntalar la precandidatura a la intendencia de la diputada Agustina Propato, desembarcó en La Matanza, donde ya había estado tres días antes, junto a la vicegobernadora Verónica Magario y el intendente Fernando Espinoza. Su gira continuó en Berazategui, el distrito de la Tercera que conduce Juan José Mussi.
Nardini, Espinoza y Mussi son tres dirigentes que gobiernan populosos municipios y tienen altos niveles de aceptación en el electorado. Este jueves, su tour distrital continuará en Ezeiza, donde junto al intendente Alejandro Granados y su pretendido sucesor, Gastón Granados, inaugurará un jardín de infantes, y en San Martín, donde con el intendente Fernando Moreira y el ministro de Obras Públicas Gabriel Katopodis inaugurará un parque Industrial y recorrerá obras realizadas a través del OPISU. Todas las presencias están montadas sobre diferentes hechos de gestión.
La estrategia de campaña cambiará a partir del próximo miércoles 19 de julio, fecha límite según el calendario electoral para realizar actos de gestión. A partir de allí, comenzará una segunda etapa en el sprint final hacia las PASO, en la que el gobernador hará hincapié en recorridas con precandidatos, encuentros con sindicatos y organizaciones y actos de tinte puramente proselitistas.
Como contó Letra P, pese a las tensiones que estuvieron presentes durante toda su gestión, Kicillof monta su campaña sobre el poder territorial de los intendentes. En el encuentro que encabezó días atrás en La Plata para coordinar la campaña dijo en varias ocasiones que había que traccionar votos de abajo para arriba. Es que son los intendentes e intendentas peronistas quienes mejor miden dentro de la estructura de Unión por la Patria. Le sigue el gobernador, quien, pese a las constantes crisis políticas del Frente de Todos, logró sobrevivir como el dirigente mejor valorado en la provincia de Buenos Aires.
La estrategia tiene beneficio de doble vía: ayuda a los jefes comunales en la campaña para las reelecciones, mientras que beneficia al mandatario. Unidos, todos buscarán traccionar la boleta nacional que lidera Sergio Massa.
El panorama es complejo para el oficialismo. Como contó este medio, pese a los intentos, le fue imposible alambrar Buenos Aires y las desavenencias políticas y económicas nacionales golpean en el electorado de las grandes urbes, incluso en aquel que históricamente se mantuvo cerca del peronismo.
Fuentes del gobierno provincial reconocieron a Letra P que hoy los sondeos que manejan pintan un panorama “parejo” en Buenos Aires: “Una semana estamos nosotros arriba, la otra estamos abajo. No es ni de cerca el panorama de 2019. Esto es como la final Argentina – Francia, si ganamos es en el último penal, no se puede cantar victoria antes. Por eso, hay que dejar todo”.
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