El senador, que asumirá la conducción del PJ rionegrino en lugar del fallecido gobernador Carlos Soria, ratificó el respaldo del partido al nuevo mandatario provincial, Alberto Weretilneck. También dijo que “hoy más que nunca el peronismo tiene que estar unido”.
El senador Miguel Pichetto dormía en una casa de playa en El Cóndor, cerca de la ciudad de Viedma, cuando a las cinco de la mañana del 1º de enero las autoridades policiales de Río Negro lo despertaron con la noticia. En ese momento sólo sabía que había ocurrido “un accidente” con el gobernador Carlos Soria. Una hora después le confirmaban su fallecimiento y a las 10 de la mañana ya estaba en la chacra donde Susana Freydoz le había disparado a su esposo, el dirigente peronista que terminó con 28 años de gobierno radical. En diálogo con Página/12, Pichetto reconoce que hay “una angustia muy grande” en el peronismo por haber perdido a Soria, pero también por haber perdido a un gobernador propio. Sin embargo, ratificó su respaldo al nuevo mandatario, Alberto Weretilneck, referente del Frente Grande. “Este no es el gobierno de un adversario”, aclaró el senador que se convirtió en el nuevo hombre fuerte del PJ rionegrino.
–¿Cómo lo impactó la noticia?
–Fue muy conmocionante, inesperado, de un gran impacto para mí. Incluso cuando recibí la primera información no reaccioné mucho. Pensé que podía ser alguno de mis hijos con un accidente en Viedma. Había estado con Soria el jueves 30 a la mañana. Conversando sobre la marcha del gobierno, le había sugerido que se quedara en Viedma, en la residencia. Me respondió que no porque venía su hija con el novio y en la tarde ya se fue para Roca.
–Con Soria se disputaron el poder del PJ, ¿cómo era su relación con él?
–Mi relación era una relación política, una buena relación porque transitamos juntos muchos años en el Parlamento. También fui su adversario en la política interna. Cuando yo fui candidato lo llevé a su hijo de candidato a legislador y en el 2011 lo apoyé con todo porque entendía que había que cambiar la provincia porque eran muchos años de radicalismo. Era un hombre político, con muchas convicciones, con mucha pasión. Con aciertos y con errores, como todos. En su ciudad fue un gran gobernante y en estos 25 días generó muchas expectativas.
–¿En qué estado está la investigación judicial?
–La competencia es la del juez y del fiscal de General Roca, ellos son los que están autorizados para hablar de la causa. Indudablemente hay una identificación de la autoría, que es la esposa. La calificaciones y las figuras del proceso las tendrá que determinar la Justicia. Yo conocí tanto a él como a ella, una pareja de toda la vida. Hacía más de 30 años que estaban juntos.
–Hubo varios cortocircuitos entre el juez Juan Pablo Chirinos y el presidente del Superior Tribunal de la provincia, Víctor Sodero Nievas...
–Eso ya se clarificó. Yo siempre sostuve que es el juez de la causa el que tiene que hablar. Pero en este momento no hay que generar fricción con la Justicia, que debe actuar con total libertad, con todo el apoyo necesario para que la opinión pública rionegrina y nacional tenga una correcta explicación de los hechos y las responsabilidades.
–¿A casi una semana del hecho, cuál es la situación política en Río Negro?
–Frente a estos acontecimientos tan fuertes y terribles, el justicialismo, el vicegobernador Alberto Weretilneck y las instituciones de Río Negro funcionaron a pleno. La presidenta Cristina Fernández, que conversó conmigo el propio 1º de enero, me transmitió la necesidad de respetar la Constitución, que establece claramente que en caso de acefalía asume el vice. Hemos cumplido con la Constitución y las instituciones.
–Soria era además presidente del PJ, ¿cómo reaccionó el partido?
–El justicialismo es una fuerza política poderosa en la provincia. Tiene 33 intendentes propios, 25 legisladores de los 30 del Frente para la Victoria y de 45 que tiene la Cámara. Conforma la principal fuerza política de la provincia, con un peso territorial muy fuerte porque gobierna las principales ciudades y numerosos pueblos. La presencia de los principales dirigentes del partido definieron claramente el apoyo al vicegobernador y la convocatoria a su asunción.
–Usted dijo que la Presidenta le pidió que asuma la conducción del PJ, ¿cómo se va a producir ese proceso?
–La semana que viene se junta el Consejo partidario que va a renunciar en pleno. Inmediatamente se convoca a elecciones para la primera quincena de marzo. Vamos a convalidar esa decisión mediante el proceso electoral y espero que pueda haber una lista única porque hoy más que nunca el peronismo tiene que estar unido frente a esta contingencia que nos puso la historia.
–¿La relación con el Frente Grande no es compleja teniendo en cuenta que llevó a candidatos en las dos fórmulas? Julio Arriaga acompañó al radical César Barbeito y Weretilneck a Soria...
–En realidad el Frente Grande a nivel institucional está expresado en Weretilneck, que es el vicepresidente de la mesa de conducción nacional del Frente Grande. Y además, la presencia de él cerró un acuerdo político del corazón electoral de la provincia, que es el Alto Valle. General Roca-Cipolletti era una conjunción poblacional muy fuerte en términos políticos. Eso, junto a la gravitación de la política nacional, fue lo que nos permitió ganar la provincia.
–¿Cuál es su vínculo con el actual gobernador?
–Siempre he tenido una relación muy correcta. Es un hombre de perfil respetuoso, prudente. Es un dirigente que cuida las relaciones. Siempre he tenido un trato muy correcto con él.
–Después de 28 años de gobierno radical, una vez que el PJ gana la gobernación, esta situación termina dejando a la provincia en manos del Frente Grande, ¿no es una frustración para los peronistas, en términos políticos?
–Desde el punto de vista del pensamiento profundo del justicialismo de Río Negro, hay una sensación de angustia muy grande por la pérdida de Soria y por la pérdida de un gobernador propio. Pero tenemos que comprender que éste es también nuestro gobierno y tenemos que apoyarlo, sino la sociedad también nos va a castigar. Lo peor que puede pasar es que el peronismo se fragmente, que se dividan los bloques en la Legislatura porque éste no es el gobierno de un adversario, es el gobierno que modelamos durante toda la campaña electoral y por el que venimos remando en el desierto desde hace años. Yo perdí ajustadamente en 2007 y Soria en 2003. Que haya llegado Soria es como que hubiera llegado yo.
–¿No queda debilitado el gobernador para llevar adelante el proyecto político que tenía Soria?
–Hay un compromiso político de garantizar la gobernabilidad. El gobernador ha reafirmado los lineamientos que dieron lugar a la campaña y que significaron los primeros 25 días de gestión en la provincia. Río Negro tiene un déficit de 40 o 50 millones de pesos y hemos conversado con la Presidenta para reordenar esta situación. Tenemos que lograr mejorar salarios, las estructuras de servicios básicos, un ordenamiento y una viabilidad económica con un aumento de la recaudación.
–En este contexto ¿cómo se interpreta la decisión de nombrar a su hijo como ministro de la Producción?
–Ha habido una reformulación del ministerio por parte del gobernador, se ha designado también un ministro político del peronismo y lo convocó a mi hijo, que estaba trabajando a nivel nacional, a formar parte del gobierno en el Ministerio de la Producción y también a cargo del financiamiento externo de la provincia.
–Una de las últimas medidas de Soria fue la eliminación de la prohibición del uso de cianuro en la minería a cielo abierto. Eso generó mucha polémica, ¿se va a mantener?
–Me parece que se borró una ley absurda y prohibitiva que no dejaba ninguna alternativa. Hay que abrir la cabeza, se trata de generar un marco de evaluación con participación de los intendentes y los legisladores. Y si el proyecto es lesionante del medio ambiente no se hará, no hay ningún glaciar cerca. Estamos en una zona desvastada por las cenizas, habrá que generar condiciones para generar trabajo en blanco. No tiene que ser ni un proyecto ultra que rompa todo, ni un esquema hiperambientalista que prohíba todo. Todas las actividades humanas en cierta medida depredan; algunas más, otras menos.
–¿Esa decisión también está en sintonía con el gobierno nacional?
–Cada paso que demos lo vamos a ir conversando con la Presidenta y con los distintos ministerios. La minería también es una política del gobierno nacional. El lunes (por mañana) que viene con el gobernador nos reunimos con Amado Boudou, y el martes con el ministro de Planificación, Julio De Vido, y de Agricultura, Norberto Yauhar.
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