El gobernador bonaerense apareció en escena a las 10 de la noche; fue el primero de los candidatos en hablar. Anunció que el FpV ganaba y, sin mencionar la palabra ballottage, pronunció un discurso de convocatoria con miras al 22 de noviembre.
Minutos después de las diez de la noche, el candidato presidencial del Frente para la Victoria, Daniel Scioli, sorprendió a todos al salir al escenario del estadio Luna Park, acompañado por sus asistentes más cercanos, para dar un mensaje, aun antes de que se comenzaran a conocer los datos oficiales. Su discurso, sin hacer referencia explícita al resultado de los comicios, fue un discurso de campaña, con la mirada puesta claramente en el 22 de noviembre, fecha estipulada para la segunda vuelta electoral: confrontó duramente contra su rival Mauricio Macri, quizá con más dureza que nunca hasta ahora, reafirmó su identidad con el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y llamó a indecisos, independientes, radicales y socialistas a que lo acompañen.
“Existen dos visiones muy diferentes del presente y del futuro de la Argentina que están en juego. Nuestra prioridad son los humildes, los trabajadores y nuestra clase media. Si fuera por Macri no tendríamos Asignación Universal por Hijo, YPF ni Aerolíneas”, comenzó Scioli, marcando claramente el tono del mensaje. Salvo la palabra ballottage, todo lo demás, incluso sus gestos, apuntaban a ese compromiso, que tendrá lugar en cuatro semanas. A esa hora, aunque los números que llegaban no eran auspiciosos, no se preveía el resultado final. Por eso quizás, el candidato prometió dar otro mensaje más tarde, que no se concretó.
En ese momento, el Luna Park todavía estaba repleto y teñido de naranja. Adentro, ese color les ganó a las banderas de otros tonos de organizaciones políticas que forman parte del Frente para la Victoria. La Cámpora, que concentró en el bunker elegido por el candidato a gobernador bonaerense Aníbal Fernández, no concurrió; Fernández tampoco. La larga espera se había matizado con reggaetón en los parlantes y tres latas de cerveza por cien pesos que volaban de las manos de los vendedores ambulantes.
En una carpa montada a un costado del estadio, sobre Lavalle, un puñado de funcionarios alternaba con muchas figuras del espectáculo y el deporte. Codo a codo, el primer candidato al Parlasur Jorge Taiana y la ex vedette Moria Casán, el director técnico Carlos Bilardo y el presidente del Banco Provincia, Gustavo Marangoni, el ex arquero Sergio Goycochea y el vicegobernador Gabriel Mariotto, esquivando mozos y mozas que repartían empanadas y gaseosa en botellitas de vidrio.
Las malas nuevas circulaban primero en voz queda y de forma fraccionada: “Se perdió Tres de Febrero”, “Macri arrasó en Córdoba”. La falta de datos oficiales potenciaba la ansiedad y la rápida salida de Scioli al escenario sorprendió a la mayoría de los presentes, que siguieron el discurso por los monitores instalados para ese fin. A medida que avanzaba el discurso del candidato y se iba decodificando el mensaje, un murmullo se adueñó del lugar, acompañando de fondo las palabras del gobernador bonaerense.
“Hoy nuestro querido pueblo habló a través de las urnas y este triunfo es una nueva demostración de confianza que nos convoca a actuar con mucha responsabilidad y prudencia para respetar estrictamente lo que marca la ley electoral”, dijo Scioli, acompañado por su compañero de fórmula, Carlos Zannini. El secretario general de la Presidencia fue, casi, el único funcionario del gobierno nacional que se mostró ayer en el Luna Park. También estuvieron el titular de Anses, Diego Bossio, y el ministro de Defensa, Agustín Rossi.
El candidato a presidente cargó duro contra Macri, el postulante de Cambiemos a quien deberá enfrentar en segunda vuelta. El jefe de gobierno porteño, dijo, “no cree en lo que dice y cambia de discurso durante la campaña”. Por el contrario, buscó mostrarse, al igual que durante toda su campaña, como una alternativa “confiable y previsible” para gobernar el país. “Nuestros compromisos son concretos y vamos a trabajar en ellos hasta el 10 de diciembre”, manifestó, con optimismo. “Los cambios tienen que ser cambios para adelante y no para atrás y siempre incluyendo a los más necesitados. Los argentinos no quieren volver al ajuste, la devaluación y el endeudamiento, agregó.
Durante su discurso volvió a referenciarse fuertemente con el gobierno de Fernández de Kirchner, a quien agradeció en dos ocasiones. También citó a Néstor Kirchner, a Juan Perón y a Raúl Alfonsín. “Mi compromiso es ser un presidente que represente a todos –dijo el candidato–. A quienes antes eligieron esta propuesta, que nos sigan acompañando. Creo como Perón que ‘todos unidos triunfaremos’, creo como Alfonsín que ‘con la democracia se cura, se come y se educa’. Creo como los socialistas en el valor de la igualdad. Al igual que Néstor Kirchner creemos que las convicciones no se dejan en la puerta de la Casa de Gobierno y como Cristina que ‘la patria es el otro.’”
El gobernador bonaerense se despidió con la promesa de volver a salir una hora más tarde, con resultados oficiales en la mano. La demora en la publicación de los datos del escrutinio provisorio y las malas noticias que llegaban principalmente de la provincia de Buenos Aires lo hicieron desistir. Cuando quedó claro que no habría más palabras de Scioli, la concurrencia comenzó lentamente a evacuar el estadio.
“Vamos a seguir trabajando como hasta ahora”, fue el único mensaje que permeó del equipo del candidato una vez que se conocieron los resultados. Se espera que hoy Daniel Scioli vuelva a hablar públicamente y haga una reflexión más acabada de lo que sucedió en las elecciones de ayer, donde quedó primero pero muy cerca de su competidor.
Las vías de comunicación con Sergio Massa y, principalmente, con José De la Sota, están abiertas desde antes pero anoche se reactivaron, aunque en el sciolismo saben que los dirigentes de UNA tienen también otro canal de diálogo con Macri. A pesar del resultado de los comicios, el candidato ya está concentrado nuevamente en la campaña, con la mira puesta en el 22.
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