En el espacio que lidera Mauricio Macri tienen tiempo para las internas a pesar de la pandemia. El rol de María Eugenia Vidal, las aspiraciones de Emilio Monzó y la reaparición de Ernesto Sanz para pelear por Maximiliano Abad.
Mientras que la crisis sanitaria mantiene en vilo a gran parte de la sociedad, por debajo, en silencio, comenzaron las pujas internas para el armado de las candidaturas en el territorio bonaerense. Si bien la pandemia alteró las prioridades y el ritmo de la política, las diferentes ramificaciones de Juntos Por el Cambio en la Provincia de Buenos Aires empezaron ya a moverse con miras a las elecciones legislativas del 2021. El primero en encender los motores fue el radicalismo bonaerense, que en octubre renovará las autoridades del partido. Hay dudas respecto de si la situación epidemiológica permitirá la realización de las elecciones, pero la repentina irrupción pública de Ernesto Sanz en la campaña, manifestándole su apoyo a Maximiliano Abad, recalentó la interna. Por otro lado, María Eugenia Vidal y Emilio Monzó están de Zoom en Zoom, conversando en privado con militantes y dirigentes políticos, cada uno por su cuenta pero con el mismo objetivo: ampliar la base de sustentación de Juntos Por el Cambio en la Provincia.
En primer lugar, la interna radical se instala como la única elección de este año que tendrá cierto impacto nacional, dado que existen muchas expectativas de que la puja por el comité bonaerense terminará de definir qué tipo de oposición quedará formulada de cara a las legislativas del año que viene. La fecha de la interna será el 11 de octubre, una decisión que generó fuertes críticas por parte de la principal fuerza de la oposición, que lidera el intendente de San Isidro, Gustavo Posse. Posse aspira a competir contra el jefe de la bancada de Juntos por el Cambio en la Cámara de Diputados bonaerense, Maximiliano Abad, por la sucesión de Daniel Salvador, actual titular de la UCR bonaerense. Abad es representante del actual "oficialismo" radical, y se jacta de contar con el apoyo de la mayoría de los legisladores e intendentes radicales bonaerenses, así también como del apoyo del ala del radicalismo más cercana al Pro, como Alfredo Cornejo y Mario Negri. Posse, por su parte, cuenta con el respaldo de Martín Lousteau.
"Es momento de decidir si el radicalismo se para sobre sí mismo y decide terminar con la etapa de sumisión y servilismo que predominó en los últimos cuatro años", disparó Posse, quien acusa a Salvador y Abad de haber permitido que el Pro "sodomizara" al radicalismo durante toda la presidencia de Mauricio Macri. El intendente de San Isidro gusta de presentarse en la interna como el vocero de los radicales que quedaron "enojados" por el rol "sumiso" que el partido tuvo durante el gobierno de Juntos Por el Cambio, aunque rechaza tener una postura "rupturista" e insiste en que es imprescindible "sostener y ampliar la coalición". "Fui de los primeros en acompañar a Mauricio Macri y defender el carácter frentista, pero ser frentista no significa que el radicalismo sea manejado y servil", denunció. Desde el entorno de Abad, sin embargo, desestimaron el "discurso enojado" de Posse y aseguraron a PáginaI12 que, en los últimos cuatro años, el intendente había sido "el más amarillo de los radicales".
"Lo primero que hay que hacer es sostener Juntos Por el Cambio. Hay que sostenerlo y liderarlo y para eso el radicalismo tiene fortalecerse con nuevos liderazgos e ideas", planteó Abad, quien es presentado por sus aliados como el representante de la "renovación" del radicalismo bonaerense. El primero en sostener esta idea es Ernesto Sanz, quien volvió a aparecer en la escena pública luego de cuatro años de silencio para pronunciarse a favor de Abad en la interna. Hace unos días, el ex senador por Mendoza y uno de los fundadores de la alianza Cambiemos participó de una videoconferencia en la que comentó que Vidal iba a meterse en la interna radical bonaerense, generando una gran polémica. "Tuve un zoom mano a mano con María Eugenia Vidal, hacía mucho que no hablaba con ella. En el sentido de la comunidad de intereses y de visión, se va a meter de lleno a ayudarlo a Maxi, porque quiere que el radicalismo tenga liderazgos jóvenes, para que a ella le ayuden a producir un cambio", relató Sanz en un Zoom privado que luego fue expuesto en una nota.
Sanz es el "padrino político" de Abad y su irrupción pública en la interna radical tiene que ver con que el mendocino sabe bien que el balance de poder interno puede definir el curso de acción de toda la UCR y eso, luego, impactar en la política nacional. Eso fue lo que sucedió en la convención de Gualeyguaychú del 2015, en la que Sanz se impuso sobre Cobos y selló la alianza con el Pro y la Coalición Cívica, dando origen a Cambiemos. La mención de que Vidal estaría interviniendo en la interna, sin embargo, no causó gracia en muchos sectores del radicalismo, que lo vieron como una "intromisión externa".
Paralelamente, el liderazgo de la oposición en la Provincia de Buenos Aires recae hoy principalmente sobre María Eugenia Vidal. Sin embargo, desde su salida de la Casa de Gobierno en La Plata, la ex gobernadora limitó su exposición, ciñendo sus mesas de diálogo a reuniones virtuales privadas con diferentes sectores. En estas charlas de Zoom con militantes y referentes políticos de diferentes partes del país, Vidal suele hacer hincapié en "mantener la unidad" luego de la derrota electoral y en la importancia de "hablar con todos". "Hoy el principal objetivo es sostener Juntos Por el Cambio", indicó un estrecho colaborador de Vidal, quien asegura que "la grieta se fue para adentro". En este sentido, Vidal mantiene una sintonía política interna con el ala más "dialoguista" de Horacio Rodríguez Larreta. "Ella está convencida de que hay que darle tiempo a la nueva gestión, de que hay que hacer una cierta autocrítica y no salir a hacer declaraciones en los medios para entorpecer al gobierno", aseguraron fuentes cercanas a la ex gobernadora, resaltando que existe una profunda distancia con las figuras más duras del Pro, como Patricia Bullrich, Miguel Ángel Pichetto e, incluso, el mismo Mauricio Macri.
LEER MÁSAna Saco | Página12
Los colaboradores de Vidal aseguran que ella no está haciendo campaña, pero la ex gobernadora, en silencio y por diferentes carriles, va dialogando con distintos sectores para ampliar la base de sustentación del espacio. La otra gran figura de la Provincia de Buenos Aires que está realizando aquel trabajo es el histórico armador y ex presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó. También con discreción y a través de la vía remota (único espacio donde transita la construcción política en tiempos de pandemia), hace semanas que Monzó participa de reuniones con diferentes actores políticos con el objetivo de "generar puentes y ampliar la base de sustentación" de Juntos Por el Cambio, según explicó una fuente cercana. "Él sostiene que hay que alejarse de la grieta, construir un espacio de la 'moderación', y que hay que hacerlo manteniendo una actitud dialoguista y constructiva con el gobierno", indicó el colaborador.
Hace unos días, Monzó participó de un zoom con 600 personas en el que la senadora bonaerense Ana Laura Geloso lo presentó como el futuro "candidato a presidente". "Si tengo que ser candidato, seré candidato", respondió Monzó, para quien la presidencia podrá quedarle aún lejos, pero no así un cargo legislativo en representación de la Provincia de Buenos Aires. Con precaución y bajo perfil, el armador va construyendo un alineamiento que lo acerca a Rodríguez Larreta y Lousteau y que, además, pareciera encaminarlo cada vez más hacia una reconciliación política con Vidal, luego de haberse despedido enojados en el cierre de listas de Juntos Por el Cambio del año pasado. "En los últimos meses se abrió un diálogo con Vidal que se había cortado. Hay diferencias, pero se volvieron a juntar con la perspectiva compartida de que hay que impulsar un proceso de reposicionamiento interno en Cambiemos", indicaron desde el entorno de Monzó.
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