Funcionarios del gobierno del demócrata Biden, incluida la Casa Blanca y el Tesoro, pretenden conocer el rumbo del futuro gobierno del libertario amigo del republicano Trump. Por eso, lo recibirán esta martes, al igual que en el FMI. En Nueva York almorzó con otro demócrata, el expresidente Clinton, por gestión del eventual embajador en Washington, Gerardo Werthein. Inversores de Wall Street se encontraron con Caputo, que esta vez no quiere pedirles plata.
Alejandro Rebossio
Los demócratas que habitan la Casa Blanca y las demás reparticiones del gobierno más poderoso del mundo saben que Javier Milei es amigo del republicano Donald Trump, el que amenaza con destronar a Joe Biden en las elecciones presidenciales norteamericanas de 2024. Los inversores de Wall Street han leído que el presidente electo hizo campaña promoviendo el reemplazo del peso por el dólar, una idea que ellos consideran inviable pero que después de ganados los comicios se enteraron de que el libertario eyectó a quien venía preparando desde hace dos años el plan dolarizador, Emilio Ocampo. Pues en el primer viaje de Milei después de su victoria electoral, a Nueva York este lunes y a Washington este martes, funcionarios e inversores de Estados Unidos quieren saber de qué se tratará su gobierno, qué ideas sigue abrazando y cuáles dejó atrás en su stand up de campaña.
Milei, camino a convertirse al judaísmo, había planeado inicialmente su viaje sólo para agradecer a un destacado rabino en su tumba neoyorquina, Menachem Mendel Schneerson. Después el embajador norteamericano, Marc Stanley, judío y demócrata, le ofreció la semana pasada organizarle una agenda en su país. Los dos, junto a los empresarios Eduardo Elsztain y Gerardo Werthein, posible embajador de Milei en Estados Unidos, fueron al sepulcro este lunes para iniciar la gira. Hasta allí llegaron el presidente electo y Werthein después de un vuelo en jet privado que costó US$250.000 y en el que también volaron su hermana Karina Milei, futura secretaria general de la Presidencia; Nicolás Posse, que será jefe de Gabinete; Luis Caputo, eventual ministro de Economía; y Santiago Caputo, consultor que le hizo la campaña al libertario.
Mientras los Milei, Werthein, Elsztain y Stanley visitaban la tumba, los Caputo y Posse se encontraban en el hotel Plaza con inversores de Wall Street. “Las reuniones son protocolares para explicar el plan económico: ajuste fiscal, reforma monetaria, reforma del Estado y desregulación. No es en búsqueda de financiamiento”, aclaró el vocero del presidente electo. Así descartó la hipótesis de que buscaban fondos para contener la presión que habría sobre el dólar si se desarma la bola de Letras de Liquidez (Leliq), la deuda del Central con los bancos, que a su vez se financiaron con los plazos fijos de los ahorristas.
Si la autoridad monetaria reestructura con plazos más largos y tasas más bajas buena parte de las Leliq, pero paga una porción de ellas para los inversores que quieren recuperar sus depósitos, se teme que esos pesos que vuelvan a circulan vayan a alimentar el apetito por los dólares paralelos y eso recaliente aún más la inflación. Entre 2016 y 2018, Luis Caputo, entonces ministro de Finanzas de Mauricio Macri, colocó tanta deuda en el mercado internacional que duplicó lo que se debía al sector privado, pero después muchos inversores quedaron desencantados con él y con la Argentina. Sin embargo, Toto, como lo llaman, los conoce mejor que ningún otro financista local.
Por gestión de Werthein, de buena relación con los demócratas, Milei almorzó en el mismo hotel con el expresidente estadounidense Bill Clinton, figura del mismo partido de Biden. La idea es alejar el fantasma del trumpismo y acercar al futuro jefe de Estado con Estados Unidos, uno de los países a los que quiere dar prioridad en su mandato. El otro es Israel. Milei también se reunió allí con un ex senador demócrata enviado por la Casa Blanca para asuntos latinoamericanos, Chris Dodd, según publicó Infobae.
Por gestión de Werthein, de buena relación con los demócratas, Milei almorzó en el mismo hotel con Bill Clinton, figura del mismo partido de Biden. La idea es alejar el fantasma del trumpismo y acercar al futuro mandatario argentino con Estados Unidos.
En Washington, el libertario se verá con funcionarios de la Casa Blanca, el Tesoro y el Consejo de Seguridad Nacional. No es habitual que los presidentes norteamericanos reciban a futuros colegas. En rueda de prensa, uno de los voceros de Biden, puso paños fríos: “Tendremos que ver cómo se desarrolla todo esto. Desafortunadamente, el presidente (de Estados Unidos) no podrá verse con él (Milei) porque estará viajando dentro del país. Pero, obviamente, queremos seguir buscando formas de cooperar con Argentina. Argentina es un socio vibrante en este continente en muchos temas. Estamos ansiosos por escuchar las ideas del presidente electo y ver hacia dónde quiere dirigirse en cuestiones de política económica, asegurándonos de tener la oportunidad de mantener abierta esa línea de comunicación”. Se prevé que Milei sea recibido por Jake Sullivan, principal asesor de relaciones exteriores y asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca.
En la capital norteamericana, el presidente electo se reunirá con funcionarios del Fondo Monetario Internacional (FMI). Se desconoce si también con su directora gerenta, Kristalina Georgieva, con la que ya mantuvo una videollamada la semana pasada. En el equipo de Ocampo pretendían llegar a un acuerdo con el Fondo para, a cambiar de un fuerte ajuste fiscal, patear los vencimiento de deuda de 2024 con este organismo. Habrá que ver qué planea Caputo. Por lo pronto, le anticipó a banqueros que más créditos no le pedirá.
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