A pesar de las buenas perspectivas que hay sobre el turismo local, los estacioneros de Mar del Plata no ven un panorama exitoso para la temporada estival debido a los altos precios de los combustibles.
El incremento de los precios de las naftas provocó en los lugares turísticos bonaerenses que la súper adquiera una diferencia de tres pesos, respecto de la Ciudad de Buenos Aires. Una situación similar ocurre con el combustible Premium y con ambas variedades del gasoil.
En Mar del Plata, la nafta súper de YPF se vende por encima de los 40 pesos, mientras la Premium está por encima de los $ 46.60, el gasoil Premium a $ 42.65 y el Gas Oíl común a $ 34.75, según un relevamiento llevado a cabo por surtidores.
Al respecto, la Presidente de la Cámara de Estaciones de Servicio de Mar del Plata, Mónica Killian, se mostró preocupada por el futuro de las ventas especialmente en los meses de diciembre, enero, febrero y parte de marzo, que suelen ser las temporadas en que los turistas brindan una diferencia de ganancia significativa respecto del resto del año.
“Con la caída del poder adquisitivo de la gente, no estamos viendo que la temporada que se avecina sea de las mejores, por lo que tenemos incertidumbre sobre el momento que deberemos afrontar como sector de Estaciones de Servicio, al igual que otras actividades comerciales de la Costa atlántica”, dijo la empresaria.
Agregó la dirigente de los expendedores marplatenses que “los precios del GNC estarán actualizados en los próximos días, ya que recién a fines de la semana pasada se terminaron de recibir los nuevos cuadros tarifarios, pero seguramente habrá incrementos”.
Por otro lado, aseguró Killian, que los costos fijos a causa de los servicios públicos son muy altos y ahora “deberemos abrir la paritaria nuevamente con el Sindicato de SMATA, no porque haya una claúsula de revisión, sino que el acuerdo es anual, desde septiembre de este año, hasta septiembre del año que viene”.
Sin embargo no adelantó de cuánto será la cifra de actualización salarial que será reclamada por el gremio, cuyos trabajadores en esa zona están en un convenio colectivo de trabajo diferente al del resto de las expendedoras de casi todo el país.
Finalmente, aludió que no tiene datos precisos sobre la cantidad de bocas de expendio de la región que dejaron de aceptar tarjetas de crédito, aunque reconoció que “se hace muy difícil el financiamiento con las altas tasas de interés, comisiones y plazos de pago”.
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