En medio de una generalizada apatía que las campañas publicitarias no lograron derretir, más un cierto desconocimiento de qué es lo que se estaba votando, transcurrieron en el país, las elecciones Primarias, Abiertas, Simultáneas y Obligatorias.
Las campañas
Hablando de estilos, las izquierdas que se han presentando numerosas, apelaron a discursos duros, a ceños fruncidos y puños cerrados, fieles a una tradición que acentúa sus principios, pero se da de patadas con los requerimientos “marquetineros” que en esta época se imponen. Más allá de sus votos cautivos, era difícil que de esa manera, logren instalarse en las codiciadas franjas de indecisos de la sociedad. Con candidatos poco conocidos y la mayoría de perfil muy bajo, de poco les sirvió el auxilio de los espacios gratuitos que el Gobierno distribuyó para la publicidad política. Así, los Frentes Nueva Izquierda, Es Posible, El Frente de Izquierda y de los Trabajadores y Por un Pueblo Unidos, quedaron fuera de la conversación a pesar de los esfuerzos enormes de su militancia. Queda otra reflexión: si esos cuatro frentes de la izquierda hubiesen podido unirse, porque todos ellos aunque difieren en métodos, enuncian enemigos y objetivos comunes, quizá hubiesen sumado a las cuatro fuerzas juntas, el plus por el impacto de verlos unidos. Pero parece ser un estigma de la izquierda, vivir agonizando en segmentos irreconciliables. A considerar para octubre.
En el otro extremo del arco, el Frente Unión PRO, el macrismo y sus amigos, tampoco fue feliz en su concepción de la oferta. Tal vez por ser la primera experiencia en elecciones, y porque algunos de esos amigos se quedaron sentados al costado del camino sin invertir energías detrás de los candidatos. Ellos, al revés de los anteriores, personalizaron la campaña sobre las virtudes de un candidato novel al que pretendieron mostrar como irrumpiendo poderosamente. De todas formas, el tránsito por el escenario electoral les deja posibilidades de crecer, ya que fijaron un piso, pero dejaron sin colocar el techo de la estructura que seguramente, volverá a la
carga en la carrera por lograr bancas provinciales y municipales más adelante.
En algún lugar de ese arco político, entre los dos grupos anteriores, el Frente Primero Jujuy, tampoco se consagró con una campaña que se vaya recordar durante los próximos años. La primera candidata, eligió un discurso convencional, pretendidamente coloquial y convincente, donde durante mucho tiempo estuvo en la radio y la TV diciendo qué iba a hacer, y subrayándolo con la frase “le doy mi palabra”, tomada del título y la muletilla que un prestigio periodista acuñó en canales de televisión porteños hace ya varios años. La idea pudo ser buena, pero detrás de ella, no estuvo, al menos no se advirtió fuertemente, la presencia y el acompañamiento de los demás candidatos y dirigentes de ese Frente. Ese vacío, subliminalmente, llegó con una pregunta/mensaje a la gente: ¿si esto es la campaña, cómo será la vida post elecciones de la agrupación? Y además, ¿cómo llegarán a octubre?
Los que desde estas líneas hemos denominado “los grandotes del barrio, el peronismo, regente del Frente para la Victoria, y el Radicalismo, del Frente Jujeño, se llevaron los grandes premios. A los primeros se les criticó desde la oposición, hacer campaña con los logros del Gobierno provincial, sin mostrar demasiadas propuestas de sus candidatos. Críticas comprensibles, pero inaceptables. Si los papeles estuviesen invertidos, seguramente la oposición de hoy, hubiese hecho lo mismo. Especialmente porque se instaló en la sociedad el slogan que gobernar, es gestionar. De todos modos, desde hoy hasta Octubre, los candidatos consagrados, tendrán todo un espacio para mostrarse con las espadas afiladas y cortantes. Como sea, y aún a media máquina, el peronismo hizo sentir la potencia de su estructura, y el control político de una provincia donde -con su más y sus menos- jamás perdió las elecciones desde que nació. Acá, si hubo una decidida y gigantesca participación del partido y gobierno junto a los candidatos. El propio gobernador y presidente del PJ encabezó esos apoyos y arrastró consigo a todo el aparato estatal/partidario en procura de la victoria.
Por su parte, los radicales, como era esperable, cabalgaron sobre la fuerza que supieron conseguir en la Capital provincial, más el trabajo de sus dirigentes en todo el interior. La campaña, tampoco los ayudó mucho. Olvidados de sus gestiones y sólo mirando la paja en el ojo ajeno, carentes de ofertas y propuestas concretas, y de ideas fuerza por el lado positivo, transitaron por el lado negativo diciendo “basta” a todo lo que el oficialismo nacional y provincial mostraba. Los votos, les llegaron, digamos, por el lado amable, como diría un personaje de la TV, pero eso, para octubre, ya no les servirá de nuevo. Se debe decir que en este caso también, el ya casi presidente del Comité Provincia y futuro candidato a gobernador, también se colgó la mochila de la campaña en los hombros y salió a mostrar unidad monolítica, al menos, en este tramo del año electoral.
Lo demás, fueron los votos, los caudales, los porcentajes, los votos en blanco, la escasa incidencia del voto optativo de los jóvenes entre 16 y 18 años, y todo el universo de detalles que, con mas tiempo y serenidad, se irán analizando en los próximos días.
Algo para recordar
Los últimos días, sin embargo, no fueron sólo campañas electorales. Hubo algunos ingredientes que deberán ser tenidos en cuenta con vistas a los momentos políticos que se vivirán en las próximas semanas. Dentro de la UCR, el encontronazo del intendente de Tilcara Félix Pérez, con la cúpula radical, y en especial, con el senador Gerardo Morales, mantiene en máxima tensión la cuerda que aún une al “Diaguita” con su partido. Ofendido por no haber sido tenido en cuenta, y sorprendido por la extraña explicación que el senador/jefe argumentó en conferencia de prensa, para entregar una candidatura a diputado provincial a un referente quebradero, opuesto a Pérez, aduciendo que padece una grave enfermedad, el tilcareño, como se anticipó, terminó de redactar su renuncia a la UCR. Y no sólo eso. Dejó de atender los teléfonos a los dirigentes radicales, incluso no atendió el teléfono rojo que le sonó innumerables veces, y confesaron allegados al comité provincia que incluso no recibió la visita que un par de oportunidades realizaron a su despacho y su casa particular en la villa quebradeña, principalísimas figuras, en búsqueda de una reconciliación. Pérez, rodeado de peronistas, ganó todo en los últimos quince años en su tierra, y en el colmo de su enojo, hasta les dijo a sus mejores amigos que “si quieren la intendencia, también se las dejo”. Obviamente, todos confían en que el radicalismo a ultranza que profesa, lo hará reflexionar y cederá una vez más. Mañana habría una cumbre radical para intentar subsanar la cuestión. Dicen en el comité que primero sería una conversación de dos. Y luego, y todo va bien, la sucedería otra ampliada. Les importa Pérez, porque los votos no sean una enormidad, a Tilcara los radicales, deberían tratarla como un símbolo.
Mientras tanto el peronismo, va embarcado en otros objetivos. El gobernador realizó una visita que curiosamente aún no se calificó como histórica. Eduardo Fellner fue a San Pedro de Jujuy. Si bien se habían visto varias veces con el intendente Julio Moisés, es la primera vez desde que fumaron la pipa de la paz, y en varios años, que el jefe del PJ llega al despacho del intendente. El motivo declamado no podía venir mejor como anillo al dedo: si no los unió el amor, sí lo hizo la esperanza. Es decir, La Esperanza (el ingenio), ya que un pedido de la Presidente de la Nación, en ocasión de su reciente visita, les habría dado el pie “para reunirse y trabajar mancomunadamente por la región. Si bien, el complejo agroindustrial está en la Municipalidad que regentea otro intendente ultra ganador (Gustavo "El Churo’ Bautista que obtuvo el más alto índice de votos en su última reelección, siendo récord provincial), de la suerte del ingenio, dependerá gran parte de la vida de todo el departamento San Pedro. Extrema cordialidad, en una reunión impensada hasta hace unas semanas, donde participaron también el ministro de Tierras Luis Cosentini, la diputada Carolina Moisés y el futuro diputado Carlos Lops, actual jefe del gabinete sampedreño. Como la política siempre será el arte de la posible, el PJ se lame las heridas, y se lava la cara preparándose para la fiesta de octubre, y la previa del 1º de septiembre. Así, de forma a la esperanza de retener las mayorías que hasta hoy, caracterizaron su vigencia, aún en la diversidad -a veces peligrosa- de su vida interna.
Ahora, septiembre
Se cerró otro capítulo de la vida pública provincial, que deja enseñanzas importantes, y una serie de datos que servirán para que cada agrupación rediseñe sus tácticas y sus estrategias de cara a las próximas elecciones internas o generales y también para que el conjunto vaya pensando en las formas de actualizar los sistemas electorales de la Provincia, para aumentar el interés de los electores, incorporar tecnología como el voto electrónico, entre otras posibilidades. En tanto, en 19 días más, los casi ciento cuarenta mil afiliados del PJ, estarán nuevamente convocados a votar. Resolverán entonces quiénes serán sus candidatos a diputados provinciales, quiénes los concejales y vocales de comisiones municipales, y como frutilla del postre de esa otra fiesta de la democracia, como bien se denominan a los comicios, en Humahuaca, se elegirán todas las autoridades de la ciudad histórica, que tras los dramáticos sucesos de público conocimiento, buscará reencontrarse con su destino. Casi nada.
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