Admiten que si se construye una mayoría no se opondrán, pero prefieren no sumarse al clamor de Carrió, Bullrich y Vidal.Mario Negri y Miguel Bazze.
Por Mauricio Cantando.
En la UCR tomaron con sorpresa la prematura propuesta de Elisa Carrió y Patricia Bullrich de pelear la presidencia de la Cámara de Diputados en diciembre y mucho más el inesperado aval de María Eugenia Vidal.
Y si bien ante los micrófonos ningún referente del bloque conducido por Mario Negri rechazará como posible la idea de ocupar el sillón de Sergio Massa, prefieren evitar el tema y dejarlo para noviembre.
"No se habló", "No es momento", "Ya veremos", son algunas de las respuestas preferidas en off the record, pero ante el hipotético caso de una presión que llegue a los pasillos del Congreso y alcance para reunir una mayoría opositora, admiten que será inevitable.
"La gente nos pide todo el tiempo ponerle un freno al Gobierno. Si se instala que la manera es con el control de la Cámara de Diputados, no será fácil negarse", reconocen, pero aseguran que en charlas privadas no abunda el entusiasmo por la aventura.
Vidal anticipó que le peleará a Massa la presidencia de la Cámara de Diputados
Viejos conocedores de la rosca parlamentaria, imaginan difícil sostener la expectativa que puede tener su votante promedio ante el impacto de quedarse con la presidencia de la Cámara y, algo no menor, las heridas abiertas por quién resulte favorecido con ese sillón, que viene acompañado de un presupuesto.
De hecho, tras la derrota de Negri en la interna de Córdoba, que lo obliga a mantenerse hasta 2023 como diputado, su grupo anticipó que pedirá su reelección como jefe de bloque y por ahora cuenta una mayoría. "Tenemos 27, suficiente para seguir con el control del bloque", repiten.
No es un tema en el que se haya avanzado, pero no debería sorprender tanto porque en muchas provincias es común, como Buenos Aires. Pero a nadie se le ocurre desestabilizar a un gobierno, así que la sociedad puede estar tranquila.
Por si acaso, Negri llamó a un zoom después de las elecciones y sus detractores de Evolución, el sector identificado con Martín Lousteau, se conectaron primeros y detectaron que sus rivales internos no estaban con el plantel completo. Tal vez había problemas de señal.
El talismán del cordobés sigue siendo Elisa Carrió, quien con sus 10 diputados lo puede imponer al frente del interbloque, aun cuando el PRO tenga más diputados y pueda reclamar ese sillón para Cristian Ritondo, fortalecido con los triunfos de Vidal y Diego Santilli. La disputa, a fin de cuentas, se resolverá en diciembre en conjunto con la renovación de las autoridades del Comité nacional, y tallarán fuerte los gobernadores de Mendoza, Corrientes y Jujuy, el poder territorial del partido.
Y es por eso que a más de un diputado radical le resultó un problema extra empezar a hablar de la presidencia de la Cámara, un cargo que en los últimos tiempos fue para un diputado del partido del gobierno de turno, tenga o no mayoría propia.
Ricardo Buryaile.
"No es un tema en el que se haya avanzado, pero no debería sorprender tanto porque en muchas provincias es común, como Buenos Aires. Pero a nadie se le ocurre desestabilizar a un gobierno, así que la sociedad puede estar tranquila", dijo a LPO Miguel Bazze, uno de los miembros de la mesa chica de la UCR.
También la integra el formoseño Ricardo Buryaile, quien sonaba para reemplazar a Negri si se mudaba al Senado. "Tenemos claro que elegir un presidente de la Cámara opositor no es ilegal, pero hoy no es una discusión trascendente. Primero hay que contar los porotos en noviembre", señaló a este medio.
Alejandro Cacace, del sector Evolución, recordó que en Estados Unidos es habitual que la oposición presida Diputados, pero coincidió con sus correligionarios que el debate es cuanto menos apresurado. "Hay que esperar a las elecciones, no es momento de estar especulando con reparto de cargos", se apartó.
Carrió y Patricia buscan quedarse con la presidencia de Diputados
Más se sorprendieron los diputados cercanos a Emilio Monzó, quien ganará una banca después de acompañar al radical Facundo Manes en la primaria bonaerense y juntará no menos de 8 votos propios, suficiente para hacerse escuchar.
"Es increíble que algunos todavía crean que Juntos es de 3 personas", se lamentan alrededor del ex presidente de la Cámara, cargo que ejerció cuando Cambiemos no tenía mayoría propia.
Algunos radicales creen que Vidal salió a buscar el voto duro con su amenaza. Que se sentía condicionada por Bullrich, quien avala la pelea por la presidencia de Diputados y tiene como socios explícitos a los liberales de Javier Milei y José Luis Espert, capaces de aportar 4 o 5 votos.
Se necesitan 129 para juntar una mayoría en el recinto, Juntos no llegaría con los propios, pero con liberales y cordobeses puede acercarse y presionar a los bloques chicos que restan, como la izquierda, Florencio Randazzo, la dupla de lavagnistas (Graciela Camaño y Alejandro Rodríguez) y los partidos provinciales. No es una misión sencilla.
Lo cierto es que en el oficialismo se tomaron en serio a la ex gobernadora y la salieron a atacar, hasta con amenazas de denuncias penales. Las autoridades de la Cámara se definen la primera semana de diciembre, por lo que después de la elección hay tres semanas de rosca para saber quién junta la mayoría para repartir los casilleros. Algunos ya empezaron. No todos.
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