El Teatro ND tenía el aspecto de las grandes veladas. En el interior, las butacas estaban colmadas por una leal audiencia de militantes y ex funcionarios. En el exterior, la asistencia que no había podido ingresar casi interrumpió el tránsito de Paraguay y 9 de Julio.
Si bien la convocatoria refería a la presentación del libro “El otro camino”, todos sabían que en realidad esa era sólo una excusa. Daniel Scioli iba a lanzar su precandidatura presidencial, y la audiencia no se conformaría con menos.
Y Scioli cumplió sobremanera con las expectativas de los asistentes. Era el mismo lugar donde dieciséis años atrás había lanzado la fórmula conjunta con Néstor Kirchner. Y el orador no jugó con la expectativa de los presentes. Ni bien tomó la palabra, declaró: "Más allá de lo que resuelvan otros candidatos, mi decisión está tomada. Voy a ser precandidato a presidente”.
Allí, por primera vez, la asistencia se puso de pie, alborozada, al grito de “Scioli presidente”. El rostro del candidato se distendió y adoptó una sonrisa que ya no habría de abandonarlo durante el resto de la velada. Era su audiencia, la mayoría de los cuales lo había acompañado durante su gestión o durante la apuesta que terminó dejándolo a 1,5 puntos de la presidencia de la Nación en 2015. Pero ahora volvía Daniel, a pelearle a la suerte, como tantas otras veces en su vida.
Entre el público se distinguían varios referentes del peronismo bonaerense. Los intendentes Jorge Ferraresi (Avellaneda), Andrés Watson (Florencio Varela), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Gustavo "Tano" Menéndez (Merlo), el legislador Marcos Di Palma, varios funcionarios del municipio de La Matanza, encabezados por Déboora Giorgi y Roberto Feletti, también los ex funcionarios sciolistas Alberto Pérez, Oscar “Cacho” Cuartango, Nora de Lucía y Silvina Batakis.
Y también otras dos presencias que Daniel Scioli destacó puntualmente en su discurso y que muchos asociaron espontáneamente como probables candidatos a la vicepresidencia y la gobernación de la provincia: el ex ministro de Agricultura, ex presidente de la Cámara de Diputados de la Nación y ex precandidato a la gobernación provincial, Julián Domínguez, y el ex ministro de Seguridad, Sergio Berni.
Pero Scioli no se limitó a agradecer esas presencias, sino que reclamó una unidad que no se limitara a la dirigencia ni al acto electoral: “No quiero que nos juntemos solo para ganar una elección. Quiero que nos juntemos para que la Argentina se ponga en marcha otra vez”.
Como en 2015, el precandidato convocó a unir voluntades detrás de un proyecto político al que denominó “El otro camino”: el del trabajo, la producción, la educación y el desarrollo social. “Es momento de mirar para adelante con más fuerza que nunca. Estoy acá para decirles una vez más que hay otro camino. Los mejores días están por venir para nuestro país”, vaticinó, mientras la audiencia alentaba al borde del paroxismo.
No faltó en su intervención la crítica demoledora de la gestión de Mauricio Macri, ni tampoco la referencia al célebre debate en el que Scioli anticipó la plaga de sufrimientos que impondría Cambiemos a la sociedad argentina. “No porque fuera un sabio -aclaró-, sólo porque sabíamos quiénes eran y qué se proponían”.
En ese debate, “a mi Macri me dijo: ‘¿En qué te has convertido Daniel?’. Ahora yo le pregunto: ‘¿En qué se ha convertido su revolución de la alegría, señor presidente?’”.
“Recuerdo que después del balotaje dije que la derrota me había dolido más que mi accidente. Fue un sentimiento muy fuerte. No se trataba de una derrota personal. Se trataba de la derrota de más de 40 millones de argentinos que hoy sufren una gran frustración”.
Scioli recordó que siempre había sido un hombre de palabra, de acuerdos, de consensos. Y llamó a convocar a una gran mayoría detrás de un acuerdo amplio para sacar al país adelante. Y aclaró que si bien muchos argentinos habían sido engañados en su buena fe, había que convocarlos nuevamente para la construcción de un gran país entre todos.
“Cambiemos ganó pero Argentina perdió. Porque sus decisiones trajeron a la sociedad las consecuencias económicas. La palabra cambio, que tenía que significar esperanza y mejores expectativas, hoy es retroceso, inflación y pobreza”.
Scioli aseguró que Cambiemos nunca comprendió que “tenía que gobernar mirando hacia adentro", y que, sin importarles el sufrimiento ni la exclusión de los argentinos, “siguen insistiendo en que el camino que tomaron es el único y mientras tanto la clase media y los trabajadores se empobrecen cada día más. Las políticas económicas y sociales de Macri y su alianza no pudieron ser peores”, concluyó.
Pero el precandidato aclaró que, como siempre, mira al futuro con optimismo. “La Argentina no va a ser siempre volver para atrás”, y que “el otro camino” es el indicado “para generar las condiciones para que el país sea el mejor lugar para invertir”.
Por último, Scioli anunció las diez propuestas clave de su proyecto político, y las desarrolló en detalle. Privilegiando la educación, la salud, la producción industrial, la industrialización del agro, el fomento a las pymes y a las grandes empresas, fijando incentivos a la producción, la recuperación del salario y de las jubilaciones, el abordaje de las cuestiones relacionadas con la Justicia y la seguridad ciudadanas, la fijación de tarifas razonables y pesificadas para los servicios, la simplificación y reducción del sistema impositivo, la eliminación del impuesto a las ganancias de los trabajadores, el incremento del presupuesto en educación, ciencia y tecnología y la renegociación de los compromisos contraídos con el FMI privilegiando los intereses de los argentinos.
En el cierre, Daniel Scioli confirmó su determinación de reeditar el enfrentamiento de 2015 contra Mauricio Macri, pero no por resentimiento personal, sino porque así lo merecen los argentinos. “Yo no me tomo revancha -aseguró-. Pero todos los argentinos merecen una nueva oportunidad para ponerse de pié nuevamente”.
Lo que se dice, un Daniel Scioli auténtico.
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