Uno de los principales sectores productivos de la ciudad cuya riqueza no se ve reflejada en las condiciones ni en el estado del lugar. Petróleo, papas fritas y las inversiones en riesgo. Las promesas inconclusas de muelles y la desidia. El 2022 del Puerto desde la mirada de La Tecla.
Cuándo se piensa en Mar del Plata, casi de forma inmediata se vienen a la mente imágenes vinculadas con el turismo y el puerto. La industria pesquera nacional tiene en "La Feliz" uno de sus bastiones quién año a año se posiciona como primera en materia de desembarco y exportaciones de las principales especies. Sin embargo, más allá de los redituable de dicho sector económico, la riqueza parece no derramar por fuera de las principales empresas.
El puerto local, bajo gestión del ravertista Gabriel Felizia, parece lejano a los pergaminos numéricos que maneja. La postal de barcos picados o escorados sobre los muelles ya se convirtió en una postal ineludible, casi a la par de los lobos marinos, que más allá del "atractivo" turístico para paseantes de tarde, muestra de lleno las falencias del sector.
El desguace de unidades inactivas se cocina a fuego lento, por no decir imperceptible. A pesar de algunos avances recientes, el contrato firmado por la gestión Merlini -y luego continuada por Felizia- para usar el varadero de la Base Naval dejó el estéril récord de 0 naves trabajadas en 40 meses. A pesar de la cuestión estética, la presencia de decenas buques sin uso atenta contra la operatividad del puerto en una dinámica dónde los armadores en falta ocupan de forma ociosa el espacio mientras que la flota activa se enfrenta a un tráfico congestionado.
Como informó en diversas oportunidades La Tecla, el problema trasciende con creces a la propia industria pesquera. Otros negocios, que traerían inversiones y trabajo a la ciudad, se ven obstaculizadas por la falta de frente de amarre. El Estado, por su parte, "colaboró" a la problemática con las promesas inconclusas de un nuevo muelle: el "Espigón 9". Con al menos 4 proyectos en los últimos 20 años, la obra nunca se inició.
El caso más recientes es el de la iniciativa de Fernanda Raverta y el entonces ministro de Economía, Martín Guzmán, quienes en enero de 2021 anunciaron con bombos y platillos la inversión millonaria con fondos del ANSES. A día de hoy, en el Concejo Deliberante se trabaja un expediente que pide respuesta por el inicio de la obra pero también con los destinos de la partida provenientes del ente previsional. Ambas cuestiones ese encuentras vacantes de respuesta a día de hoy.
Petróleo y papas fritas, la promesa en riesgo
La instalación de plataformas off-shore para la explotación de hidrocarburos se instaló en la agenda hace casi dos años, con el avance a pie firme de empresas extranjeras asociadas con la autóctona YPF. El 2022, sin embargo, hizo tambalear las intenciones de la noruega Equinor, la más avanzada de las adjudicatarias. Los vaivenes judiciales provocaron desgaste en la compañía, generando además, un antecedente negativo para los capitales por venir.
El puerto jugó un rol de llamativo silencio. Sin pronunciamientos en contra pero tampoco de gran aliento -salvo expresiones puntuales-, se mantuvo al margen. El tiempo, sin embargo, corre en contra para la zona operativa. En las condiciones actuales, la llegada de nuevos buques necesarios para la operatoria parece imposible. Sin espacio y falto de logística, el muelle local necesita de mejoras para recibir una industria demandante como la petrolera.
El otro interrogante, por similares motivos, recae sobre la alimenticia estadounidense Lamb Weston, con la que el Municipio firmó un convenio a mediados del 2022 para que se instale en el Parque Industrial "General Savio". Una de las condiciones para la radicación de la empresa, líder en el comercio de papas fritas y sus derivas, es poder exportar vía marítima a Brasil, algo que harán con el 90% de su producción. Dicho volumen requiere de portacontenedores en tamaño y frecuencia, que hoy tampoco tienen lugar.
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