A una semana de las elecciones, Ciudadanos y Podemos en multitudinarios mitines.
A una semana de las elecciones más disputadas de la historia de España, los partidos emergentes Ciudadanos y Podemos dieron ayer una demostración de fuerza con grandes mítines en Madrid ante el conservador Mariano Rajoy, quien no logró llenar la plaza de Toros madrileña de Las Rozas, y el socialista Pedro Sánchez, quien buscó refugio en Valencia.
Los candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, y de Podemos, Pablo Iglesias, querían encarar la recta final de campaña con un impulso, dándose un baño de masas con actos centrales en la capital y lo lograron; incluso superando la imagen que años atrás sólo podían ofrecer el Partido Popular (PP) y el Partido Socialista (PSOE).
Para ello, Rivera eligió el emblemático Palacio de Vistalegre, tradicional bastión socialista y talismán del ex presidente José Luis Rodríguez Zapatero en su carrera hacia La Moncloa, tanto en 2004 como en 2008. El PP, en la época de mayor apogeo del ex presidente José Maria Aznar, también pudo colmar este recinto.
"Es la hora de cambio, tenemos una oportunidad de oro que no podemos desaprovechar, llevamos años quejándonos de un bipartidismo decadente, de la corrupción, y llegó la hora de cambiar con un proyecto", aseguró un envalentonado Rivera, entre gritos de "Presidente". "No nos podemos quedar a las puertas del éxito, necesitamos la victoria", advirtió
Casi en simultáneo, Podemos logró reunir a unas 12 mil personas en la Caja Mágica de Madrid, donde Pablo Iglesias fue ovacionado junto a la alcaldesa de Barcelona Ada Colau, su compañera inseparable de campaña e imán de votos.
Colau reivindicó los cambios llevados a cabo por su gestión y expresó su respaldo al "futuro presidente de España": "Viene desde abajo", "estuvo dando la cara" y "ahora, al igual que las mujeres, tiene que escuchar que su aspecto es no es de presidente". Emocionado hasta las lágrimas, el líder de Podemos se empleó en su habitual discurso y proclamó: "Nunca más un país sin su gente".
"A muchos les hemos visto cambiar de cara y ropa, pero en esta campaña mucha gente se ha dado cuenta la diferencia entre la autenticidad y el marketing", defendió Iglesias.
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