Con el objetivo de eliminar basurales crónicos en los barrios y focos de enorme contaminación ambiental, la Municipalidad de la ciudad comenzó a realizar los espacios recuperados, a través del programa de Mitigación de Minibasurales.
Sin duda, la basura se ha convertido en uno de los principales problemas de las sucesivas gestiones municipales.
Según los datos aportados por el secretario de Ambiente municipal, en los últimos meses del 2020 fueron eliminados 520 minibasurales en la ciudad de los cuales 37 fueron reconvertidos en espacios de uso comunitario.
Hoy, son murales que adornan los barrios o grutas y oratorios que estiman los vecinos.
El objetivo del programa es lograr sanear zonas que por costumbre se convirtieron en lugares donde los vecinos depositan la basura fuera de horario y hasta en días que no corresponde.
Los barrios que quisieron y quieren sumarse al programa deben enviar una nota dirigida al Intendente, dando detalles de cuál es el basural sobre el que quieren trabajar y una propuesta sobre la transformación que esperan para el sitio, así los técnicos y personal del área pueden comenzar a trabajar con los vecinos.
«Este es un programa participativo, donde los propios vecinos deciden el destino que tendrá el lugar recuperado y juntos trabajamos en su mantenimiento y conservación», comentó al momento de llevar a cabo el programa el intendente Tassano.
En cuanto a la trascendencia de avanzar en la creación y generar lugares de esparcimiento en diversos puntos de la ciudad, el funcionario expresó que «los fines de semana se nota lo importante que es tener un espacio público, ya que el vecino se ha apropiado de las plazas de sus barrios, donde concurren y la disfrutan muchísimo».
Alguno de los realizados:
En la esquina donde se ubica el CDI Ñande Roga del barrio 17 de Agosto, fue acondicionado y se pintó un mural con una frase alusiva al cuidado del medio ambiente.
Los niños que asisten al Centro de Desarrollo Infantil Ñande Roga pintaron sus manos en la pared.
En el barrio Bañado Norte, realizaron un mural que rememora el mítico arroyo Poncho Verde.
El puente sobre el arroyo fue propuesto por los vecinos y pintado por uno de ellos.
En la esquina de las calles Belgrano y Don Bosco, se colocó a la Virgen María Auxiliadora.
Este fue el espacio número 78, en lo que sería el último minibasural del Cambá Cuá, un barrio antiguo y tradicional de la ciudad.
En la intersección de Alberdi y Lavalle, junto a los vecinos del barrio San Benito y la comunidad del Colegio Santa Anta.
Se limpió totalmente el lugar en el que históricamente se concentró un basural a cielo abierto, y realizaron trabajos de parquizado, pintura, iluminación y construcción de la gruta.
La obra, de la que participaron docentes de la institución educativa, incluyó un mural alegórico con un mensaje para generar conciencia sobre el cuidado ambiental.
Estas actividades se enmarca dentro de un proyecto que están relacionadas con una ciudad más sustentable, eje en el que también se incluyen otros temas importantes, como el de la recolección diferenciada, o las tareas de plantación de árboles.
En la plaza ubicada por calle Chile casi Madariaga, se instalaron nuevos juegos infantiles y se realizó una intervención general, además de un enrejado para mayor seguridad. También se colocaron luces LED y se pintaron murales a cargo de cuatro artistas.
En el barrio Colombia Granaderos, los trabajadores municipales limpiaron totalmente el lugar, realizaron trabajos de parquizado, iluminación y construcción de la gruta que lleva, a elección de los habitantes del sector, la imagen de la Virgen de Itatí.
«La Virgen de Itatí es nuestra Madre y hay una gran devoción de parte de los vecinos, por eso se eligió su imagen para que esté en este lugar», comentó una vecina en su inauguración.
En el barrio San Roque Este, los vecinos lidiaron durante años con un vertedero de grandes dimensiones, hoy se levanta la gruta la Nº 32 de la ciudad, en este caso, con la imagen de San Roque, santo patrono del barrio homónimo.
En el barrio Niño Jesús, inauguraron una gruta de la Virgen de Itatí, donde antes había una gran acumulación de deshechos.
Más allá del retiro de los basurales, el programa comprende un trabajo junto con los vecinos, entidades sociales y civiles, comisiones y agrupaciones del barrio, quienes manifiestan sus proyectos y necesidades y luego tienen el compromiso de mantener el espacio.
Comentá la nota