Por ahora hay PASO entre Juan Zabaleta y Damián Selci, el candidato de la agrupación K. Una historia no zanjada que lleva años. El dilema de la boleta en el conurbano
Por Federico Mayol
Tiene unos 200 mil habitantes, se conformó como municipio autónomo en 1994 como un desprendimiento de Morón y no tiene la incidencia electoral de otros distritos mucho más populosos, pero hace tiempo que en Hurlingham sobrevuela una particularidad que se palpa en el ambiente: es el territorio del Gran Buenos Aires en el que se libra la interna más feroz entre un intendente del PJ y La Cámpora, la agrupación liderada por Máximo Kirchner.
Según trasciende, hace rato que el intendente Juan Zabaleta y el jefe del PJ provincial dejaron de hablar. Tampoco hay diálogo entre el ex ministro de Desarrollo Social -volvió al distrito en octubre pasado-, Damián Selci, el ex intendente interino de La Cámpora, y Martín Rodríguez, el número dos del PAMI y referente principal de la agrupación k en el municipio, un funcionario que no llega a los 40 años y que reporta directamente al hijo de la ex presidenta.
Dicen en Hurlingham que en las últimas semanas empezaron a aparecer algunas tímidas señales hacia el intendente por parte de mensajeros del ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro, que trabaja a tiempo completo en la instalación de su imagen por si finalmente es el precandidato presidencial elegido por Cristina Kirchner. Señales por ahora muy débiles para una pelea feroz por el control de un municipio en manos del peronismo desde que Juan José Álvarez lo gobernó por primera vez en 1995.
Martín Rodríguez, número dos del PAMI, y Damián Selci, ex intendente interino de Hurlingham
“En Hurlingham hay PASO”, aseguraron a Infobae desde el entorno de Zabaleta y desde la agrupación liderada por Kirchner. Si no hay acuerdo será, en definitiva, una situación atípica en el cronograma electoral bonaerense del 2023: no hay ningún otro distrito del conurbano en el que La Cámpora se haya preparado con tanto despliegue logístico, político y financiero contra un gobierno de su mismo signo político.
En Esteban Echeverría, por ejemplo, “la orga” hizo un intento a través de Horacio Pietragalla, el secretario de Derechos Humanos nacional, a pesar de que no vive ni tiene domicilio real o fiscal en el municipio. La aventura del funcionario duró lo que un suspiro. Fernando Gray, el intendente, ejerce una jefatura total: también enfrentado a La Cámpora, fue quien se presentó en la Justicia para impugnar la elección que llevó a Kirchner a liderar el PJ provincial. El caso está en la Corte Suprema. Puede fallar en cualquier momento, y hay temor de que sea en medio del proceso electoral.
Algo parecido sucedió en Berazategui, los pagos de la familia Mussi: su intendente, Juan José, se abrazó en los últimos tiempos a Alberto Fernández por si a Luana Volnovich, la jefa del PAMI, se le ocurría incursionar en ese territorio. En la obra social aseguran que a la dirigente camporista nunca le dieron los tiempos de la gestión. Algo similar explican en relación a Rodríguez, su pareja y número dos del organismo, que envió a Selci al día a día del distrito.
Según las encuestas que consumen tanto el oficialismo como la oposición municipal, en la interna del PJ de Hurlingham, Zabaleta tiene una ventaja de al menos 10 puntos por sobre Selci, que se hizo cargo de la intendencia entre agosto del 2021 y octubre del 2022.
Para ese entonces, La Cámpora ya había avanzado sobre buena parte de la estructura municipal y territorial: hasta cambiaron el logo que identifica a la municipalidad, una declaración pública de guerra. “En el verano fueron por todo”, explicaron a este medio fuentes cercanas a Zabaleta. Hace poco menos de dos meses, desde el camporismo buscaron instalar de hecho que el jefe comunal no iría a buscar la reelección, si no que se bajaría para encabezar la lista de diputados, otra señal de la guerra sin cuartel. “Voy a ser precandidato a intendente y voy a ganarle a La Cámpora”, mandó a decir el jefe comunal.
En 2022, cuando la relación pasaba por un mejor momento, Zabaleta compartió un acto con referentes del kirchnerismo que encabezó Axel Kicillof
Hace algunos fines de semana, la agrupación empezó a desplegar un operativo de instalación callejero con una estética más PRO que peronista. El intendente, por su parte, está abocado desde hace tiempo a recorridas vecinales: bajó el perfil mediático, se desentendió de la pelea nacional y se dedicó a recorrer el distrito.
Cuando Zabaleta retomó el control del municipio frente a la avanzada K, la vuelta fue negociada: hubo una conversación entre el ex ministro y Máximo Kirchner que, al tiempo, quedó en el olvido. Semanas después de reasumir, el jefe comunal barrió con todos los funcionarios que la agrupación había sumado a la gestión. Y se trenzaron en una puja por la obra del hospital del PAMI cuya construcción fue anunciada por Selci, Rodríguez y el jefe de La Cámpora durante el interinato K. “Son nueve meses, ¿no? Hasta el 25 de mayo paciencia, si no la pudrimos”, dijo entonces Kirchner durante el anuncio. Los plazos se estiraron, según explicaron, por ampliación de la obra. Estaría recién para agosto o septiembre.
En el medio, durante el verano, hubo todo tipo de acusaciones y mensajes cruzados entre el municipio y el PAMI. En las próximas semanas podría haber más capítulos. Lucas Delfino, el candidato y referente único de Juntos por el Cambio del municipio, espera expectante por la resolución del conflicto. Una batalla a todo o nada puede beneficiarlo.
A fin del año pasado ya habían habido señales de que la tregua estaba lejos. Zabaleta no logró aprobar el presupuesto 2023 ni la ley fiscal impositiva: no habilitó las sesiones extraordinarias. La Cámpora, por su parte, no pudo lograr entonces que Selci volviera a su cargo de presidente del Concejo Deliberante. Pero la historia lleva años no zanjados de idas y vueltas.
En el 2021, en las elecciones de medio término, el municipio estuvo muy cerca de convertirse en el único en tener una primaria interna. Después de tensas negociaciones, se consensuó una lista de unidad al filo de la ley. Pero los ánimos quedaron muy caldeados. Zabaleta había sido desde el principio uno de los que intentó, sin éxito, que el Presidente ejerciera su cargo con mayor determinación y autonomía política.
La interna de Hurlingham espera ahora, como el resto de los municipios, por el desenlace de las negociaciones políticas en torno a las candidaturas nacionales y provinciales. En concreto, los intendentes del Gran Buenos Aires quieren saber cómo van a concluir finalmente las negociaciones por las boletas. Es decir, si van a colgar de uno o dos candidatos si no se llega a la unidad. Es el esquema del 2015, cuando los jefes comunales colgaron tanto de Aníbal Fernández como de Julián Domínguez en la PASO bonaerense.
Las candidaturas se presentan el próximo 24 de junio. Faltan poco más de 20 días. En política, y más aún en este contexto de fragilidad y preocupación del Frente de Todos, es una eternidad.
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