En el marco de los festejos por el bicentenario del Exodo Jujeño en esta ciudad, la afamada poetisa sampedreña Ernestina Acosta presentó su nueva obra denominada ‘La Patria Consagrada’.
Tras entonarse las estrofas del Himno Nacional, se dio paso a la danza de una selección de carnavalitos a cargo de docentes del Jardín de Infantes “Conejín”uego de la lectura del Decreto Municipal correspondiente, hizo uso de la palabra el doctor Hugo Zamar (actual Juez de Menores) para brindar un bosquejo sobre la personalidad de Ernestina Acosta y su nueva obra. Samar, entre otras cosas, expresó: ‘Cuando me llegó la invitación de Ernestina, mi maestra, para que realizara esta presentación, me dije que ese honor debía sentirlo desde un costado diferente. Sentí que no se podía descubrir el vértice azul de la Patria Consagrada, como diría Ernestina, de este rezo de argentinidad si uno no ayuda a entender algunos aspectos del alma y de la personalidad de la tremenda escritora que le dio la luz. A ello voy, escribir es para Ernestina Acosta un modo de purificarse, de allí su prolífica labor como poeta, como ensayista, como crítica literaria, como cuentista; no, cómo entenderla cuando dice ‘un corazón en esta hora es solo un sitio, el peso le construye el techo’, auténtica antes que nada es su personalidad. Ella dice en el cuaderno que nació en un momento de distraccion de Dios, señalando el lugar de su nacimiento, poeticamente refiere ‘sucedió en un verde pais de soles y cañaverales’, lo que todos nosotros sabemos significa San Pedro. Así le canta a su tierra’.
Luego Jurado resaltó los valores de Ernestina Acosta, tanto humanos como poéticos y destacó tambien que “este Cuaderno fue impreso en la imprenta municipal”.
A su turno, la autora sampedreña dijo: ‘Cuando me confirmaron este acto cultural, sentí que necesitaba un idioma propio para expresar lo que reflejara mi pensamiento y mis sentimientos por esta circunstancia de sentido amor a la Patria; mpre he comulgado con la poética doctrina de que cada escritor tiene que tener su propia visión, su ideario, su propia parcela. Sin embargo, con estos valores propios, uní mi alma, así sentí que podia llegar a cada uno de ustedes con el más intacto conocimiento. Busqué a la palabra en el jardin de Dios, allí estaba como una flor brillante y perfumada y respondía a un nombre de siete letras: gracias, gracias. Me recogí para engarzarla en el centro del corazón de cada uno de ustedes como un canto celeste, como un emblema celeste de hermandad, que repite desde el alma y desde el cielo la palabra que dice gracias, gracias, gracias’.
También sus amigos Fausto Solis y Angela Sofan recitaron sendos poemas que comprende su nueva obra y por último recibió innumerables presentes de parte de instituciones gubernamentales y privadas, bajo el caluroso y respetuoso aplauso de los presentes.
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