Más de 7 mil ciclistas participaron ayer de la 55ª Caravana de la Primavera que, como todos los años, partió de la sede de Pequeño Mundo. Bajo el lema "Contagiá tu alegría, Cristo te acompaña", los participantes se dirigieron hasta el camping del Faro y luego, todo por la costa, culminaron frente al monumento al general San Martin.
Si bien la mañana dominguera mostraba un sol tímido, los 6º5 que marcó el termómetro a las 8.30 invitaron a muchos de los que se acercaron hasta la sede de Pequeño Mundo lo hagan con gorros, guantes y camperas infladas.
La música de reggaetón trataba de inspirarle calor a los más de 7 mil participantes, calculados por la organización, que se dividieron en cuatro grupos que fueron partiendo, desde las 9, desde Matheu entre Salta y Jujuy.
En el pelotón inicial, además de algunos de los organizadores y autoridades eclesiásticas, se dieron cita el intendente municipal Gustavo Pulti, acompañado por funcionarios como Santiago Bonifatti (con moderna bicicleta plegable), Eduardo Bruzzeta, Luis Reales, Adrián Alveolite y Máximo Mazzuchi.
El jefe comunal se mostró contento de poder participar de la tradicional bicicleteada y aseguró: "Vine siempre, sólo falté un año que no estaba en la ciudad". Al lado de su bicicleta, la concejal Claudia Rodríguez cuidaba a su nieto Felipe, de 3 años, que se sumó al reto por primera vez a bordo de su bicicleta con rueditas. "Vamos a ver hasta dónde llega", dijo su abuela, que lo seguía al trote.
Encabezado por una camioneta que transportaba la imagen de la Virgen de Luján, el pelotón inicial partió puntual a las 9 desde la esquina de Jujuy y Matheu, luego de escuchar el mensaje del obispo diocesano Antonio Marino y del padre Gustavo, director provincial de la orden Don Orione, rumbo a la avenida Independencia hasta Juan B. Justo.
La densidad de bicicletas era tal que, cuando los primeros tomaron Juan B. Justo, recién el grupo 3 se ponía en movimiento.
Verónica, a bordo de su triciclo adornado con flores, contó: "Vine con mis hijos, Sofía y Emanuel, después de recuperarme de un cáncer".
A su lado, Ernesto arengaba a su hijo Lucas de 7 años para que pedaleara. "Es la primera vez que viene -sostuvo el padre- vamos a ver si se banca todo el recorrido".
Tradición
En la tradicional subida de la loma de Juan B. Justo, muchos de los ciclistas bajaron de sus rodados y en esa instancia se pudo apreciar la marea humana que se extendió por más de 13 cuadras.
Ya en el último trayecto hacia el camping de El Faro, los ciclistas se vieron afectados por el viento del sur, aunque nada disminuyó sus ánimos.
Una vez en el camping, fue el momento de reponer fuerzas, estirar un poco los músculos y prepararse mentalmente para encarar el regreso, bordeando la costa.
A media tarde, y encabezados por los motoristas de la dirección de tránsito municipal al igual que a la ida, los primeros caravanistas comenzaron a aparecer rumbo al monumento al general San Martín.
Allí, como todos los años, el integrante de la organización Matías Staci leyó el mensaje final a través del cual consideró que "lo que hemos logrado es maravilloso, es un símbolo de unidad, es una manifestación de fe, de esperanza, que todos nosotros queremos para la sociedad argentina".
"Ver a miles y miles de familias y de amigos contagiando alegría por las calles de nuestra ciudad, nos llena de orgullo -dijo-. Saber que se han sumado a este desafío nos da la pauta de que debemos replantearnos muchas cosas. Demostremos que la felicidad la encontramos en las pequeñas acciones, en el ayudar sin esperar nada a cambio, porque vale la pena jugársela por el otro y estar al servicio del más necesitado".
En ese sentido, el joven aseguró que hay necesidad de ayudar al otro "con Cristo, nuestro amigo, nuestra fuerza, nuestro guía, quien nos da paz y amor, quien dio la vida por nosotros. Entonces no nos olvidemos que él nos acompaña en este camino".
"No tengamos miedo de mirar la realidad de quien más sufre -arengó-, y dejémonos conmover por su dolor. No hacerlo sería ignorar nuestro entorno y encerrarnos en una postura egoísta".
Y continuó: "No dudemos de que a través de la alegría, la solidaridad, la perseverancia y el compañerismo, podemos hacer la diferencia. Y esa diferencia es lo que nos va a llevar a ser felices y a ser verdaderos testigos de Cristo".
Finalmente, señaló: "La felicidad que tenemos es inmensa y nuevamente reafirmamos que la Caravana es el reflejo de la vida misma. Vamos juntos, vamos en familia, en busca de una meta en común: construir ese mundo mejor que queremos para nuestra vida".
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