Una entrega de diplomas sembró emoción en el PJ

Una entrega de diplomas sembró emoción en el PJ
En el Día del Militante, la mesa del Consejo de Localidad del Partido Justicialista homenajeó, ayer por la tarde en su sede, a una treintena de militantes que recibieron un diploma alusivo en medio de emociones, agradecimientos y algunos discursos improvisados que conmovieron a quienes concurrieron al acto.

El acto era uno más, con los discursos del caso, cuando se empezaron a entregar los diplomas a los militantes y de a poco algunos se animaron a tomar el micrófono para decir lo suyo, como sucedió con el ex secretario de Gobierno durante la gestión de Mario Morejón, Natalio Jovanovich, uno de los adoctrinadores más importantes que tuvo el justicialismo en Comodoro Rivadavia en toda su historia.

Lejos de los problemas físicos que a veces le ocasiona su enfermedad, Jovanovich pidió la palabra no solo para agradecer, sino también para asegurar que “un militante jamás se recibe, siempre sigue siendo militante” y para agregar, ante la emoción de los presentes, que “el único peronómetro son las 20 verdades, el que se aparte de ellas se está equivocando y ese es el único que le puede tener miedo a ese peronómetro”, señaló.

Otro momento emotivo fue el que se vivió a partir de las palabras del contador Ricardo Guerreiro, ex secretario de Hacienda durante un tramo de la gestión de Raúl Simoncini, quien se quebró en varios tramos de su improvisado discurso, que comenzó evocando a sus compañeros de la JP que nombró por sus apodos como “Chacho”, “Bazooka”, “la Negrita”, “Maga” y “Pancho, que con sus aciertos y errores siempre militó por el peronismo”.

El ex presidente de Huracán, con apenas un hilo de voz, aseguró que ese diploma que estaba recibiendo “es la distinción más grande que recibí en mi vida. Sé que soy un buen padre, no hace falta que me lo digan, pero esto (dijo elevando su distinción) es el reconocimiento más importante que me han dado”.

El cruce de diplomas entre padres e hijos, como pasó entre el diputado provincial Gustavo Reyes y su padre Leandro, con Luis y Nelson Vidal, Guillermo y Fernando Davies entre otros, fue una clara señal que el justicialismo sigue traspasando generaciones. Otro momento emotivo se vivió cuando, apenas escuchó su nombre e intentó levantarse para recibir su diploma, Miguel Raileff se desvaneció pero de inmediato se incorporó para acercarse al centro de la escena.

APOYAR AL “TANO”

Los discursos habían comenzado con el pronunciado por el vicepresidente del Consejo, Ricardo Mutio, continuaron con el que estuvo a cargo de Alberto Lagleyze por la CGT y se cerraron, fuera de programa, con el que brindó el “viceintendente más militante” Carlos Linares, como lo presentó el maestro de ceremonias, Daniel Alonso.

El presidente del Concejo agradeció a la militancia, a quien pidió seguir multiplicándose en apoyo de la gestión municipal y por el engrandecimiento del peronismo. Luego, por enésima vez en poco tiempo, Linares volvió a hablar del estado de salud del intendente, Néstor Di Pierro, quien sigue de licencia por la realización de chequeos médicos en Buenos Aires.

“Hay algunos tarados que hablan y dicen que estaba de vacaciones y no es cierto. El ‘Tano’ está dejando la vida en esta gestión y por eso hay que apoyarlo. Estoy orgulloso de ser su compañero en la Intendencia”, apuntó.

Linares también volvió a criticar, sin hacer nombres propios, a algunos funcionarios que consideró que no están a la altura de las circunstancias. Fue cuando aseguró que “algunos se creen que porque tienen un cargo, se ponen un saco y una corbata, ya llegaron. No es así, lo que no puede hacer un funcionario es olvidarse de la gente, de la militancia”, sentenció.

Luego, el acto por la militancia, que se celebra por el regreso de Perón el 17 de noviembre de 1972, luego de 18 años de exilio, se cerró –como corresponde- con la marcha peronista

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