A poco más de cinco meses de la nueva gestión nacional y provincial, el campo realiza un balance de las políticas implementadas por la administración central. Si bien en las últimas se-manas el sector cuestionó al Gobierno por el incremento de los combustibles, en líneas generales, los ruralistas coinciden en que la inclinación es positiva.
El restablecimiento de las relaciones entre el sector público y el campo se dio horas después de que Mauricio Macri asumió como presidente de la Nación. Frente a una plantación de maíz, en Pergamino, el líder del PRO anunció la eliminación de las retenciones a la venta al exterior de productos agrícolas y la disminución en 5 puntos porcentuales a la soja, tal como había prometido en campaña. De esta manera, la exportación de carne; de cereales como trigo, cebada, maíz y girasol; y de otros cultivos regionales, entre ellos yerba mate, algodón y caña de azúcar, pasó a estar exenta de gravamen. También se eliminó el 5% de derecho de exportación al pescado procesado en tierra y 10% para las exportaciones de pescados enteros congelados.
La resolución, firmada
por Macri y por el ministro de Agroindustria, Ricardo Buryaile, fue celebrada por integrantes de las entidades del campo, quienes expresaron rápidamente su confianza a que el Gobierno tomara medidas económicas que beneficiaran al sector, y fijó un punto de partida para un vínculo que había desaparecido durante el go-bierno de Cristina Fernández de Kirchner.
Sin embargo, el escenario se vio opacado por los incrementos autorizados por la cartera de Energía y Minería, comandada por el ex CEO de Shell Juan José Aranguren. El último aumento de los combustibles, que ya subió el 30% en lo que va del año, le quitó al agro la mejora alcanzada por los anuncios de diciembre, más teniendo en cuenta que en el interior del país, y a medida que las expendedoras de combustibles se encuentran más alejadas de Capital Federal, los precios au-mentan, hasta llegar a establecer con ese distrito una diferencia de entre 3 y 5 pesos por litro de nafta.
En este sentido, según cálculos del Instituto de Estudios Económicos y Negociaciones Internacionales de la Sociedad Rural Argentina (SRA) el campo, que consume 4.300 millones de litros de gasoil por año, tendrá
que gastar $ 8.114,1 millones extra, equivalentes a unos US$ 570 millones, para poder cubrir ese aumento. Teniendo en cuenta que ya suman cuatro los aumentos de precios en lo que va de 2016, la cuenta total extra que este año deberá pagar el agro por el gasoil es de 25.153,7 millones de pesos, o su equivalente en dólares de 1.778 millones.
Pese a este nuevo escenario, el campo tiene buenas expectativas respecto a las futuras medidas que el gobierno podría proyectar. “En líneas generales se ha cumplido con el compromiso asumido en la campaña”, señaló Horacio Salaverri, titular de CARBAP, en diálogo con La Tecla. Agregó que las “medidas tienen un sesgo positivo”, aunque destacó que vieron “con preocupación y sorpresa el incremento de combustible, porque impacta de ma-nera negativa en los costos, más en el sector agrícola”.
En la misma línea se expresaron referentes de sociedades rurales del interior bonaerense, como Eduardo Lawler, de Suipacha, quien destacó que “hay renovadas expectativas, aún no materializadas pero que podrán efectivizarse en la medida en que se vaya llevando a cabo la cosecha”
Según declaraciones de su par de Dolores, Germán Facio, si bien “estamos en un momento complicado”, consideró “que es muy difícil poder arreglarlo en poco tiempo”.
“Los nuevos lineamientos buscan fortalecer la exportación y encontrar un mercado que
no sea acotado al consumo”, analizan desde el interior bonaerense, al tiempo que se muestran esperanzados con que los próximos anuncios le den un respiro al sector.
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